Rajoy primer presidente de España destituido por corrupción, por Carlos Magdalena Menchaca

Se  está hablando mucho del ‘rifirrafe’ entre Sánchez y Rajoy olvidándose de lo importante, la causa de la destitución de Rajoy. Llega el momento de empezar a hacer el análisis del por qué se ha producido esta destitución. Y para empezar tenemos que decir que a Rajoy quien realmente lo ha destituido ha sido la sentencia de Gürtel, la corrupción. 
Antes de seguir no queremos ocultar lo bueno de Rajoy como ha sido salir de la crisis y enfrentarse a Bruselas cuando quiso intervenirnos con la anuencia de los banqueros de España a favor. La Audiencia Nacional ha dictado una sentencia inapelable para medios jurídicos y bochornosa para el presidente, hoy expresidente de España, Rajoy. Dicha sentencia dice con toda claridad que el presidente de España no es creíble en sus manifestaciones cuando actuó de testigo y simplemente esa afirmación avala su destitución. Mintió. A partir de ese hecho, la sentencia, la actuación del presidente español ha sido de cobardía política total y absoluta. El ex presidente español como han pedido todos los medios de comunicación y los analistas de todos los signos,  lo que debería de haber hecho al conocer la sentencia era haber presentado la dimisión de forma inmediata. Tenía que haber convocado elecciones, no lo ha hecho. Ha demostrado una cobardía suprema, solo ha pensado en él, ni en su partido ni en los intereses de los ciudadanos ni en la democracia. Ha destruido su propio partido por intentar salvar su presunta dignidad. Deja a España en una situación difícil.No se le pueden echar culpas nunca al señor Sánchez porque Sánchez lo que hecho es aplicar la normativa constitucional, nada más. No se ha salido del guion. Otra cosa será su actuación. Está por ver.
Ahora tiene que tomar el rumbo este país dentro y fuera,  no estamos solos ni podemos hacer ninguna revolución sino seguir en Europa como estamos y cumplir todas nuestras obligaciones. La situación es difícil, pero es posible salir. España ha salido de situaciones más complejas y difíciles, dialogando y sin soberbia se pueden llegar a soluciones, manteniendo posturas extremas nunca hay solución para la convivencia. Toca esperar.