Mismos mantras de insultos y corrupción. Por Jesús Salamanca Alonso
Sánchez vuelve a los habituales insultos en la campaña andaluza. Lo hace con mantras, nada nuevo bajo el sol. Los insultos y las acusaciones de corrupción son la única vía de escape y pretendida. Sabe el presidente del mal que ha hecho y no encuentra cómo ampararse. Si las encuestas aciertan, el batacazo será monumental.
Nunca antes habían abandonado el mitin del jefe de filas los propios socialistas andaluces; esta vez lo han hecho. Y muchos, al igual que otros le abandonaron en Davos.
Sánchez vuelve a los habituales insultos en la campaña andaluza. Lo hace con mantras, nada nuevo bajo el sol. Los insultos y las acusaciones de corrupción son la única vía de escape y pretendida. Sabe el presidente del mal que ha hecho y no encuentra cómo ampararse. Si las encuestas aciertan, el batacazo será monumental. Lo sorprendente es que Pedro Sánchez pretende defenderse con su propia corrupción, la de su partido y corruptelas mil.
Hace campaña rodeado de traiciones de sus socios, desprecios de miles de votantes y como diana del hundimiento de España. Esta vez ha dejado bien aparcado el Falcon y se ha rodeado de cámaras y otros medios, incluido Netflix, para rodar «su documental». Estamos ante la reacción del típico chulo barato que pretende vivir de ensoñaciones pensando que su Gobierno ha hecho historia. Y la ha hecho, pero destrozando España, arruinando a los españoles y dejando las infraestructuras al borde del colapso. Inútil total. Ya es un presidente para el arrastre, como llegó a decir el presidente francés a otros colegas de la Unión Europea.
El 19 de junio va a ser su sepultura como político, al igual que la falsificación de su tesis y decenas de documentos fueron la sepultura de su persona. Una vez fuera del Gobierno, los tribunales acabarán por acorralarlo. No tiene otra salida. Sus dictatoriales implicaciones y sus medidas fuera de la ley son casi diarias y arrabaleras. Se pilla antes a un socialista que a un cojo.
Está tan desfasado y dispuesto a seguir mintiendo que se le ha escapado eso de que «la izquierda es la única salida de la clase trabajadora». Pero, como todo el mundo ya le tiene por trapacero y mentiroso compulsivo, el desprecio se lo ha ganado a pulso. Nunca antes habían abandonado el mitin del jefe de filas los propios socialistas andaluces; esta vez lo han hecho. Y muchos, de la misma forma que al subir al estrado en Davos empezaron a desfilar los líderes, empresarios y periodistas de otros países. Ya solo le quedan los medios de comunicación pagados para apagar los fuegos y cubrirlos con mentiras y bulos para que no salga humo.
Ya no engaña a nadie, ni siquiera a los andaluces. Lo mejor de todo es que estos han sabido reaccionar tras comprobar cómo gastaban los socialistas el dinero de parados en fiestas, orgías, prostitutas y lupanares a diario. Por cierto, ese dinero aún se les debe a los parados de Andalucía. No dudo de que, si algún andaluz vota socialismo esta vez, entonces es que se ha instalado en ellos el masoquismo, el desprecio por su tierra y el afán por seguir en la esclavitud obrera.
Tras cuatro años de mejora considerable de la economía en Andalucía, los andaluces han comprobado que se puede prosperar cuando no hay ladrones en el Gobierno y sí políticos dispuestos a llevar el servicio público hasta las últimas consecuencias. Juan Manuel Moreno ha dejado a los anteriores presidentes del PSOE-A a los cascos de los caballos. El sabio pueblo andaluz no puede olvidar, como no puede olvidar la fábrica de corruptelas que fue la FAFFE hasta que Moreno lo paró e inició la investigación que debe completar VOX, como así lo ha comprometido.
Lo triste es que no se atreve a echar a esa gente que llegó con el carnet del PSOE en la boca y dispuestos a ponerse mirando a Cuenca si algún dirigente socialista se lo pedía. Pregunten, pregunten en los cinco lupanares donde se repartía el dinero a manos llenas. Se lo robaban a los parados y «prostituían» en lo que parece que eran sus santuarios de fulaneo. Solo faltó que lo hubieran desgravado en Hacienda como donaciones.
Veremos qué recorrido tienen lo que ?Antonio? Sánchez «El mentiroso» llama «logros de la legislatura: salario mínimo, reforma laboral o revalorización de las pensiones». Europa ya ha dicho que vincular la revalorización de las pensiones con el IPC es un claro despropósito. ¿Quién cogerá al toro por las defensas y dará la orden de desvincular pensiones e IPC?
Ya verán cómo el mentiroso presidente echa la culpa al maestro armero, a la invasión rusa o al decreto-ley de 1936 sobre la abolición de centros de tolerancia y otras medidas relativas a la prostitución.
¿Alguien duda de que en vez de un presidente tenemos un rácano totalmente desgastado, esclavo y súbdito del comunismo, del fascismo nacionalista, de proetarras y de golpistas?
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