Los ciudadanos no entienden porque se maltrata a la hosteleria de Cantabria. Por Pedro Arce
Y tenemos algunos ejemplos muy significativos, como es el caso de la educación, donde no se ha cerrado, se ha regulado bastante bien por parte de las Comunidades Autónomas, entre ellas Cantabria, y la incidencia es bien escasa y asumible.
Solo soy un ciudadano consumidor, pero observa que algunos sectores económicos de este país lo están pasando muy mal por culpa de la pandemia sanitaria que padecemos, agravada por las inadmisibles decisiones políticas. Y entre estos sectores, el de la hostelería se encuentra en una situación insostenible, abocando a muchos a cerrar definitivamente….
¡Quien no me crea, que se dé un paseo por Santander o Torrelavega, por ejemplo!
Evidentemente hay que tomar medidas preventivas para hacer frente al Covid-19, especialmente la conducta de cada uno de nosotros: mascarilla, distancia social, higiene, ventilación, etc.
Y como no es posible ni deseable parar totalmente el país, tal como les hubiera gustado a nuestro Gobierno de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Salvador Illa o Fernando Grande-Marlaska, deben adoptarse medidas adecuadas, lo que ya está sucediendo en este “reino de taifas” en que ya hemos convertido a España.
¿Cerrar la hostelería? Mi respuesta es no; ¿Regularla? Sí.
Y tenemos algunos ejemplos muy significativos, como es el caso de la educación, donde no se ha cerrado, se ha regulado bastante bien por parte de las Comunidades Autónomas, entre ellas Cantabria, y la incidencia es bien escasa y asumible. Y son los profesores y los alumnos quienes se han mentalizado de cómo deben actuar. Y lo hacen francamente bien.
Y lo hace la hostelería de Madrid, que no se ha cerrado ni hundido y Madrid tiene una incidencia menor que Cataluña, por poner un ejemplo, donde la hostelería está prácticamente cerrada. Y Cantabria tampoco tiene unos datos como para tirar cohetes, con una hostelería bajo mínimos y con negocios cerrados y que quizás ya no vuelvan a abrir.
¿Solución? Al menos para Cantabria, propongo unas líneas de actuación:
Lo primero es diálogo entre el Gobierno de Cantabria y los hosteleros, para diagnosticar globalmente la situación y adoptar medidas de control para que se puedan utilizar los servicios hosteleros con absoluta seguridad para trabajadores y clientes.
Y, en cuanto a los segundo, las restricciones que se impongan, debieran de ser compensadas: negociaciones sobre la renta de los locales, rebaja o eliminación temporal de impuestos y tasas para los locales cerrados o semicerrados, ampliación si es posible de espacios públicos para instalación de terrazas, siempre que no impidan la libre circulación de los peatones y un largo etcétera que nuestras sabias autoridades deben saber muy bien cómo diseñar, negociar e implementar.
Y habrá que concienciar a los consumidores para que respeten las normas que se pudieran implantar, evitando botellones, fiestas privadas y demás mandangas que parece son los principales focos de contagio, pues se relajan las medidas de protección. Y hay sectores con mucho más riesgo que la propia hostelería: las aglomeraciones en ciertas zonas urbanas, el transporte colectivo que a veces van los usuarios como sardinas en lata, etc.
Y no olvidemos que la hostelería es la espina dorsal de nuestra sociedad y cada día estoy viendo a personas que se encuentran casi secuestradas, encerradas, desorientadas, desilusionadas, tristes…
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Comentarios(5):
Pero que puedes esperar de estos profundos retrasados que son nuestros representados que les hemos elegido nosotros no se te olvide Los que mandan y los que quierenmandar
La piara politica no tiene ni idea de lo que hacen por eso van siempre al recurso facil. !!! Lo pagaran !!!
En Santander se han pintado los semáforos, para que las personas accedan por su derecha y no se mezclen; nadie hace caso de las marcas en el suelo, pues todos cruzan "totum revolotum".¿Tan difícil es seguir las indicaciones? Creo que somos un poco irresponsables y esto tiene efectos más letales que la hostelería
Esta tarde, ya de noche pasaba yo en coche por un bar, de esos que ponen barriles bajo su toldo y me fijé que alrededor de uno de los barriles había cinco personas, de las que una de ellas estaba fumando y otro tenía puesta una mascarilla, con la nariz destapada; los otros tres sin mascarilla, compartiendo la bebida y hablando muy cerca unos de otros.... ¿No estaría mejor dentro, con separación de mesas, mascarilla puesta, sin fumar y bajo control del propietario para que siguieran las normas adecuadas y que no permanecieran en el local por el tiempo que se determinase?
Las propuestas que pides están muy bien pero yo haría incidir en el transporte que debería reducirse al estrictamente necesario Y los choferes y los trabajadores interprovinciles deberían ser controlados con PCR porque pueden ser verdaderos trasmisores y portadores No se ha echo nada con el transporte solo contra la hosteleria