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Opinión 06-06-2019 17:20

Etiología del cambio climático (II), por Alfonso Campuzano

El planeta azul, debido a su configuración intrínsecamente esférica, está sometido a múltiples procesos cíclicos de destrucción y renovación, calentamiento y enfriamiento, más o menos globales, fundamentalmente territoriales, tras los cuales el clima siempre ha sido discrepante, sin necesidad alguna de que lo ayuden, pues se basta él sólo.

 

Cuando la zona habitable se hace inhóspita es hora de cambiar de parroquia, sin esperar asistencia y sin pensar en que la evolución retroceda, porque lo más usual es que acelere. La conclusión ante todo cambio, el que sea, es que surge una adaptación, y quien no se adapta fenece.

Las causas exógenas que pueden influir en el cambio climático terrestre, tanto naturales como artificiales, figuran:

Entre las causas de origen natural, casi siempre inevitables están:

1–La traslación del planeta azul en su recorrido por la Vía Láctea y, a su vez, por las regiones galácticas.

2–La eficacia solar dinámica afecta, al variar aproximadamente en cada década, entre una baja actividad solar, llamada mínimo solar, y una alta actividad solar, llamada máximo solar.

3–El impacto de meteoritos/asteroides perdidos, procedentes de las profundidades del espacio sideral, sobre las superficies terrestre y acuática.

Entre las causas de origen artificial, casi siempre evitables, están:

1–La chatarra espacial que, a modo de escudo protector, flota entre 160 y 36.000 km. de altitud, desde 1957, formada por cerca de veinte mil fragmentos en desuso de cohetes, satélites, del tamaño de una pelota; medio millón del tamaño de una canica; millones aún más pequeños, que suman unas treinta toneladas, y viajando a 28.000 km/h.

2–La peligrosidad tóxica de los gases aumenta cuando varios se reúnen zonalmente. El dióxido de carbono (CO2) –tan vilipendiado por ciertos gobiernos ignaros et al.–, imprescindible para que la vida exista; indispensable como fuente de supervivencia para la fotosíntesis de las especies vegetales; localizado en aguas subterráneas, aguas termales, atmósfera terrestre, glaciares, géiseres, lagos, mares, ríos, rocas carbonatadas, volcanes. Se origina durante la respiración de animales y humanos; la fermentación orgánica; la combustión de carbón, de madera, de petróleo y derivados. Se utiliza para la elaboración industrial de bebidas efervescentes. Y, gracias a él, según la NASA, el planeta azul es más verde que hace veinte años.

El monóxido de carbono (CO), es un gas mortal para todo ser vivo, producido por la combustión insuficiente de carbón, de madera, de petróleo y derivados.

El óxido nitroso (N2O), es un gas hilarante, con efecto anestésico, muy utilizado en la industria automovilística convencional.

El metano (CH4), es un gas explosivo, incoloro, inflamable, inodoro, insoluble en agua. Se manifiesta como resultado de la putrefacción orgánica.

Los hidrofluorocarburos (HFC), gases incoloros, inodoros, extraídos de la industria, utilizados en frigoríficos, en aire acondicionado, como elemento motriz en pulverizadores y disolventes.

El amoniaco (NH3), es un gas corrosivo, incoloro, repulsivo, temible. Se produce igual cantidad por la naturaleza (animales, microorganismos, vegetales) que por la industria agrícola, farmacéutica, limpieza.

3– Los cataclismos provocados tales como puedan ser los incendios intencionados e incontrolados.

4–Las guerras territoriales interminables.

Es tal la implicación de los gases en el desarrollo vital del planeta azul que sería casi imposible prescindir de ellos en la agricultura, en la construcción, en la electricidad –nuclear, eólica, carbón, hidráulica, gas natural, solar–, en la ganadería, en la industria, en el transporte.

Y es que disminuyendo, o clausurando, la producción de tales gases, a la vez que impidiendo el consumo de combustibles fósiles, sin un plan hidrológico consecuente tras haber sido derogado el 21 de abril de 2004, es difícil de entender cómo se va a hacer frente al inconmensurable aumento de gasto eléctrico, en vehículos, como poco, triplemente más caros, tal y como se pretende.

¿Suprimiendo de la atmósfera los gases, básicamente el dióxido de carbono, sin actuar adecuadamente sobre el resto de las causas, tanto endógenas como exógenas, se conseguiría revertir el alarmismo generado por un calentamiento territorial, que no global?

 

BIBLIOGRAFÍA:

Alfonso Campuzano; 23 de noviembre de 2016; 21:00

Alfonso Campuzano; 21 de febrero de 2017;14:25

Alfonso Campuzano; 10 de mayo de 2017; 19:00 

Alfonso Campuzano. 16 de febrero de 2018; 14:00

Alfonso Campuzano. 14 de marzo de 2018; 07:00

 

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