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Opinión 27-10-2021 06:00

Elena Quiroga, un centenario olvidado. Por Pedro Arce

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Elena Quiroga en Santander y los gurús de la cultura santanderina no han movido un dedo para recordar a una persona brillante y perseverante, ya sea por olvido involuntario o quizás porque han antepuesto la lupa del sectarismo. Tan solo la Sociedad Cántabra de Escritores la ha recordado en el Día de las Letras de Cantabria.

 

 

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Elena Quiroga en Santander y los gurús de la cultura santanderina no han movido un dedo para recordar a una persona brillante y perseverante, ya sea por olvido involuntario o quizás porque han antepuesto la lupa del sectarismo. Tan solo la Sociedad Cántabra de Escritores la ha recordado en el Día de las Letras de Cantabria.

 

Novelista de éxito, premio Nadal y académica de la Real Academia de la Lengua, que superó los viejos atavismos masculinos que evitaron, por ejemplo, que Emilia Pardo Bazán hubiera alcanzado uno de sus sillones siete décadas antes.

 

Elena Quiroga y de Abarca nació en Santander, tal día como hoy hace cien años: el 26 de octubre de 1921. Hija decimoquinta de los condes de San Martín de Quiroga, nace en Santander, de dónde es natural su madre, prematuramente fallecida, y en Santander pasará largas temporadas con su abuela, tanto en el Paseo de Pereda, núm. 27, como en Villa Barca, en el Paseo del Alta, hoy Avda. General Dávila. Y ella decía que Santander era su matria y Galicia su patria.

 

Hija de José Quiroga Velarde, conde de San Martiño de Quiroga, y de Isabel de Abarca y Fornés, pasó largas temporadas en el pazo familiar de Villoria, en O Barco de Valdeorras, hoy propiedad de la Xunta de Galicia. Era la penúltima de diecisiete hermanos y al quedar huérfana de madre, explica que pasase largas temporadas con su abuela santanderina. También vivió en casa de su tío Estanislao Abarca y Fornés, un mecenas que solía reunir en su casa a artistas y literatos como Federico García Lorca o Miguel de Unamuno, mientras la joven Elena se iba impregnando del mundo cultural y literario que después la inclinaría profesionalmente.

 

Realiza estudios en Bilbao, Barcelona y Roma, acabando los estudios de secundaria y asistiendo a la universidad en las clases que eran de su interés, aunque no acabó ninguna carrera, pues tenía claro por dónde iba a encaminar sus pasos.

 

Cuando tenía 21 años, se establece con su padre en La Coruña, ciudad en la que conoce al historiador Dalmiro de la Válgoma, que era bastante mayor que ella, con quien contrae matrimonio en 1950 en la ciudad de Santiago de Compostela; se trasladan a vivir a Madrid, habitando en el mismo piso dónde muchos años antes se había alojado Menéndez Pelayo. Él sería elegido académico y secretario perpetuo de la Real Academia de la Historia y ella frecuentará los foros y cenáculos literarios donde conocerá a muchos de los narradores que renovaron la novela española contemporánea de mediados del siglo XX?

 

Quizás no excesivamente conocida, pues siempre evitó los medios de comunicación, escribe La soledad sonora (1949) y en 1951 alcanza su primer éxito, con el premio Nadal por su novela Viento del Norte, que se llevaría al cine en 1954 por Antonio Momplet; a ésta le seguirán La sangre (1952), Trayecto uno (1953), Algo pasa en la calle (1954), La enferma (1955), La careta (1955), Plácida, la joven y otras narraciones (1956), La última corrida (1958), Tristura (1960), ganadora del Premio de la Crítica Literaria, Carta a Cadaqués (Santander, 1961, Imp. Bedia), Envío a Faramello (1963), Escribo tu nombre (1965), Premio Rómulo Gallegos, Presente profundo (1973), Grandes soledades (1983), entre otras muchas obras. Tristura es probablemente la obra más santanderina de la escritora, junto con Grandes Soledades, en dónde se despide y dice adiós a la Bahía, el Cabo Mayor,...

 

Elena Quiroga ha sido maestra del intimismo realista, dentro de una línea objetiva; sus novelas destacan por el virtuosismo formal, como es el caso de La soledad sonora (1948), cuando aún no había conseguido el Nadal. Forma parte de esa generación de mujeres escritoras (Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Carmen Kurtz o Dolores Medio) que llevaron la profundización psicológica a su testimonio femenino en sus relatos sobre la trágica anécdota de la Guerra Civil y jugó un papel clave en el auge de la novela española de mediados del siglo pasado, con una extensa obra narrativa en prosa, también junto con autores como Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa o Juan García Hortelano y es considerada como una de las voces femeninas más relevantes de su generación, preocupada por las injusticias de la vida, de forma especial durante la infancia y adolescencia. Fue amiga personal de Gerardo Diego a quién admiró.

 

Elena Quiroga se dedica a escribir, con un trabajo literario continuado de calidad, alcanzando en 1983 un sillón en la Academia de la Lengua, el ?a?, que había sido ocupado por Pio Baroja y quedó vacante por el también novelista Juan Antonio Zunzunegui, siendo la segunda mujer que lo consigue, tras la poetisa Carmen Conde; su discurso de ingreso al año siguiente versó sobre la figura del escritor gallego Álvaro Cunqueiro (Presencia y ausencia de Álvaro Cunqueiro) y dijo que llegaba a la Academia para estar al servicio de la palabra.

 

Fue elegida Montañesa del Año en 1983 por el Ateneo de Santander, con motivo de su designación como académica de la Lengua.

 

Falleció el 3 de octubre de 1995 y está enterrada, junto a su esposo, en el cementerio de Villafranca del Bierzo (León). En Santander tiene con su nombre una calle en San Román y el nombre de un colegio en la zona de Peñacastillo y sería deseable que esta efeméride no pasara inadvertida en la ciudad que la vio nacer, pues fue una novelista que alcanzó a llegar hasta el olimpo de la L

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Comentarios(5):

Luis Robertp - 29-10-2021

Estupenda información.

Juan Infante - 29-10-2021

En la finca donde pasaba largas temporadas, hoy conservatorio de música, debiera haber una placa recordandola, pero no se hará nada porque los actuales gestores de la cultura de Santander son unos analfabetos y están a otras cosas. En la casa del paseo de Pereda donde también vivió su infancia...

JAO - 26-10-2021

Enhorabuena a Pedro Arce por estar siempre a favor de la cultura con mayúsculas, recordando a figuras tan señeras como Elena Quiroga.

Xuan - 26-10-2021

Hemos olvidado a Elena Quiroga en Santander?

- 26-10-2021

Muy interesante , la mayoría de los Cántabros los caminos de esta gran persona pero gracias a ti Pedro nos enteramos de los o las grandes de Cantabria .