Noticias de Cantabria
Opinión 07-07-2018 07:00

¿Dónde está el doctorado en economía de Pedro Sánchez?

Parece que la prensa ha aceptado con alguna alegría a los ministros que ha nombrado, pero en verdad, ¿son tales joyas, para un Gobierno de España? Empezando por el mismo presidente, se dice que es doctor en economía, pero nadie ha visto su tesis, que no está publicada, y tampoco tiene ningún artículo sobre esta materia.

A pesar de que en estos tiempos están empeñados algunos partidos en hacer olvidar parte de la historia, ésta es muy terca y fija, y en su momento saltará a la conciencia de la población, como los Ojos del Guadiana.

En algunos sectores se había pasado y casi olvidado el último mandato del PSOE con Zapatero, que nos metió en el círculo vicioso de la ideología de género y en el mayor paro con la consiguiente pobreza de las familias, cuyos efectos van a aumentar en este gobierno de Pedro Sánchez, de Zapatero-2.

Parece que la prensa ha aceptado con alguna alegría a los ministros que ha nombrado, pero en verdad, ¿son tales joyas, para un Gobierno de España? Empezando por el mismo presidente, se dice que es doctor en economía, pero nadie ha visto su tesis, que no está publicada, y tampoco tiene ningún artículo sobre esta materia. Y contaba Javier Horcajo hace unos días, que como el tema le había llamado la atención, había ido a la Universidad donde se debió defender la tesis, a preguntar por ella, y le dijeron que no se podía enseñar. No sé si han cambiado las tesis, pero antes para figurar como doctor había que publicar la tesis o, al menos, un resumen de la misma. Si las cosas son así, ¿qué doctor en economía tenemos? ¿Qué valor puede tener un trabajo que no se puede ver? ¿Qué clase de doctorado es ese? ¿Con el escándalo que se armó con lo de Cifuentes, cómo un doctorado como éste no interesa a nadie?

Además, parece que no importa que Pedro Sánchez falsee su corriculum, donde afirmaba que había sido «jefe de gabinete» del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la Guerra de Kosovo (1999), como consta en su currículum oficial del PSOE, cuando sólo fue simplemente un «miembro del gabinete». Y ha borrado de su historial el tener un máster por el instituto IESE, que en realidad era un título de prostgraduado sin consideración oficial. Otros curricula con menos errores tuvieron una fuerte contestación. ¿Éste por qué no? Por si acaso, este último ha desaparecido de su corriculum.

A estas cosas de Pedro Sánchez hay que añadir la rapidez en regular por decreto ley el ente TVE. Con lo que no nos va a extrañar la vieja terapia de cambiar la programación en su beneficio, puesto que hay que dominar este ente, para que la sociedad trague al nuevo presidente y a su equipo, y una vez conseguido una buena programación para él, es fácil lograr que la población, con tanta orientación, dé un cambio y vote «correctamente». Pero esto no es nuevo en el PSOE, recuerden los tiempos de José María Calviño, como director de TVE. Llegado aquí, entonces se podrán hacer las elecciones. Zapaterismo puro, ya lo ha anunciado alguna ministra y Cristina Almeida. Sólo han faltado unas semanas para que se muestre el objetivo de su programa.  

No es cuestión de analizar a todos los miembros del Gobierno, pero sí el momento de indicar el diagnóstico de algunos. Se ha vuelto a recuperar a Carmen Calvo, ministra de Cultura con Zapatero, y ahora vicepresidenta y ministra de Igualdad, quien viene a remedar a la Bibiana Aído, y elevar la política de igualdad a primer nivel con un Pacto de Estado contra la violencia de género. Y de quien ya sabemos, entre otras barbaridades, que «el dinero público no es de nadie», por lo que se puede gastar con alegría para los sectores protegidos.

En cuanto a los que van a llevar tal responsabilidad se les ha dado demasiada credibilidad, no sé por qué, puesto que ya anuncian proyectos imposibles de cumplir con los presupuestos que se aprueben.

Todos ellos, salvo Grande-Marlaska y Borrel, éste por algún privilegio con experiencia en empresa privada de Abengoa, que son funcionarios, los demás son otra cosa, de aquellos que han hecho su carrera de otra manera, no con oficios contrastados.

En primer lugar, tenemos que citar a José Luis Àbalos, como ya se atreve alguien a calificarlo de Pepiño-2, contribuyente neto por razón del patrimonio que dispone, por lo que esperemos que sepa administrar el dinero del Ministerio de Fomento, con equidad y no para los suyos.

En el área de la economía tenemos más de lo mismo, con representantes que ya dieron muestras de su capacidad para destrozar la Autonomía andaluza. La primera es Nadia Calviño, en el Ministerio de Economía, conocida por su familia, pues ¡quién no recuerda al director de TVE de aquellos tiempos de José María Calviño! aquella programación televisiva tendenciosa. Quien siguió con innumerables cargos públicos de designación con MAFO, Solbes, etc. Llegando por esta vía la buena de Nadia Calviño a escalar a la partitocracia europea.

Su actitud ha planteado un nuevo problema en Europa, al no abandonar la Dirección de Presupuestos en la Comisión Europea, solicitando una excedencia por motivos personales. Así que se aferra a los cargos, con lo que cubriría lo que le resta del mandato de Bruselas. Por lo visto el problema ético que esto causa no le preocupa a la ministra de Economía. Con ello platea un flagrante conflicto de intereses, tema que de momento no le importa. De donde se puede valorar la profesionalidad y la ética de la ministra.

En una entrevista que le hizo el País, con mano deferente, como es costumbre desde los tiempos de Solchaga, habla de unos objetivos económicos generales, sin concreción alguna, reconoce que no sabe cómo alcanzarlos y espera que se puedan acordar, es decir, que se arreglen por birlibirloque. Lo cual va a ser difícil por los anuncios económicos y de impuestos que se están propalando. Por lo que nadie se extrañe si es la vuelta de una nueva era Salgado.

Y como el problema de Cataluña es una broma, ha elegido, como ministra de Política Territorial y Función Pública a Maritxel Batet, para explorar una solución política al enquistado conflicto secesionista catalán. La ministra se ha puesto a la obra y pronto ha dicho que lo va a arreglar con diálogo con los separatistas. Habló con Ercoreca del País Vasco para preparar las cesiones del encuentro de Urcullu con Pedro Sánchez, donde se ha acordado el pago de los votos recibidos. Con Torra, como es también catalán como ella, se entiende para llegar a todos los acuerdos que le propongan. Primeramente, recuperar las leyes aprobadas en el parlament que fueron declaradas inconstitucionales; luego el posible acercamiento de los presos independentistas a Cataluña, que como tiene competencias en esta materia, harán lo que quieran; y, además, a lo mejor llegar a un federalismo asimétrico, una cuasi independencia. Y como Pedro Sánchez se siente el redentor de la crisis catalana, afirma que es un problema político, que ha de resolverse en el ámbito político. Cree rehacer la situación con una voluntad de reconstruir la confianza por parte del Gobierno de Cataluña. ¡Se trata de ingenuidad, o de ceder a todo lo que los independentistas quieran!

Otras ministras y cargos del gobierno vienen de la Comunidad Autónoma de Andalucía, si allí levaron a la Autonomía a la situación de desastre en que se encuentra ¿qué esperanza podemos tener los españoles de este Gobierno de Pedro Sánchez? Caminamos hacía la era zapateril

Lo que le llevado a exclamar de Rosa Díaz: ¡Quien nos iba a decir que íbamos a ver a un socialista gobernar España con los presupuestos de la derecha española, la política penitenciaria de los proetarras vascos y la política territorial de los golpistas catalanes!

 

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