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Opinión 02-02-2022 08:28

Campaña electoral con más de lo mismo. Por Jesús Salamanca Alonso

Se ha anunciado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vendrá a Castilla y León al menos cuatro o cinco veces, supongo que para hundir la campaña del PSOE a Luis Tudanca.

Se ha anunciado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vendrá a Castilla y León al menos cuatro o cinco veces, supongo que para hundir la campaña del PSOE a Luis Tudanca.

¡Pobre Luis Tudanca! No quería que Pedro Sánchez participara en la campaña electoral de Castilla y León, pero se lo va a tener que comer con patatas. El presidente es incapaz de ver el desprecio que se le tiene en esta tierra y las broncas que se va a encontrar allí donde acuda, hasta el punto de que ni los suyos lo quieren cerca. Será la diana de ganaderos, agricultores, funcionarios y ciudadanos en general. Sánchez «El mentiroso» es la bicha en forma de títere fantástico.

Sabe que, además de gafe, es una rémora por sus deficientes políticas, su mala imagen y su permanente ridículo en el exterior. Ahí tienen toda la mofa del postureo que le ha montado su equipo de comunicación frente al ordenador, que no lo sabe utilizar, y el ridículo del que se han hecho eco las redes sociales al verlo hablar con dos teléfonos a la vez. ¡Ni en los «sketch» de José Mota o de Gila!

Se ha anunciado que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, vendrá a Castilla y a León al menos cuatro o cinco veces, supongo que para hundir la campaña a Luis Tudanca. No me sorprende que esté este burgalés hasta el gorro de Pedro «El mentiroso» y que tema por el daño que pueda provocar. Debe ser que Sánchez da la campaña por perdida, pero no quiere que le echen en cara su mediocridad, su traición a la ciudadanía y su negligencia, con resultado de muerte, sobre miles y miles de personas mayores durante la primera ola.

El mayor susto de Tudanca es saber que varios ministros vendrán a Castilla para exponer su imagen de incompetencia y ruindad, aunque no sea junto al burgalés. ¡Pobre Luis! El ala socialista se enfrentará al ala comunista de la extrema izquierda; estos últimos tachan de porquería a los sociatas y viceversa. Son primos carnales, pero siguen desavenidos. Puede ser un camino de rompimiento del Gobierno que, antes o después, deberá llevar a cabo «El mentiroso» de PLAYBOL, S.L.

No faltarán quienes echen en cara al PSOE y a Sánchez el malgasto de los fondos europeos, la desaparición de cantidades tremendas y el trato de favor hacia sus afines colorados. El espectáculo de la campaña socialista puede ser de traca si aparecen por León o por Castilla personajes ruinosos como María Jesús Montero, ministra de Hacienda, Luis Planas, Pilar Alegría, Raquel Sánchez (Transportes) e Isabel Rodríguez (Política Territorial), la exministra Calvo y un etcétera de ridículas políticas que no lucen ni con halógenos.

Ah, y no descarten al «terror de las macrogranjas» (Alberto Garzón) que acudirá en apoyo de «Izquierda Hundida», junto con la admiradora franquista, Ione Belarra; la «trabucaire» dialéctica, Irene Montero, o la comisionista obrera, Yolanda Díaz, la gallita, que no gallarda.

Luis Tudanca quiere estar solo en los actos o con su gente de Castilla y León. Sabe que Sánchez es una lacra, una rémora y una corona de espinas en su andadura, pero tendrá que tragar en un par de actos; es lo que tienen la esclavitud, las deudas y las prebendas. Como decía Díaz Ayuso: entre socialismo y libertad, elijo libertad, siempre mejor libertad.

La cruz le llegará a Luis Tudanca cuando se presente el innombrable bolivariano leonés, Rodríguez Zapatero. Sí, el del hotel de los líos, las maletas de Delcy Rodríguez y las «minas del gorila rojo». Lo curioso para Tudanca es que varios presidentes autonómicos se han negado a acudir a la campaña electoral con la disculpa de que «esa no es mi guerra». Algo pasa. Y para que no se vean las brasas, acudirá la eurodiputada lagunera, la tal Irache García, de la que nadie sabe qué hace o pinta en la Eurocámara, además de poner el cazo todos los meses.

Toda esa mediocridad puede verse destrozada con la ya comprometida presencia de Isabel Díaz Ayuso en Castilla y en León, donde su atractivo es potencialmente casi mayor que en Madrid. El

miedo de Luis Tudanca es que Ayuso coincida en la provincia el mismo día que el «fantasma» Sánchez, porque puede desactivarse el poco atractivo socialista. Conocido es el enorme poder de atracción que Díaz Ayuso tiene entre el socialismo no madrileño; decenas de pronunciamientos socialistas así lo avalan.

Aquel resultado de 2019 está muy lejos. El PSOE es consciente de que no ganará con aquella holgada mayoría. Pero sí hay temor a la mayoría absoluta de la «derechita cobarde» o a que VOX se vea con 12 o 15 procuradores y convierta al PP en esclavo o en tonto útil de las Cortes de Castilla y León. Confieso que, desde mi punto de vista, ver a Fernández Mañueco otra vez como presidente de mi tierra sería como si me dan un patadón en los bajos.

Nunca me gustaron los incendiarios, pero el PSOE-CyL no tiene nada que ofrecer, excepto más de lo mismo. Todo un problema para el votante. De poco van a servir los puentes con las formaciones de la España Vaciada: sólo crearán división, disensión, encarecimiento del voto y malestar. Ahí tienen los nefastos ejemplos de Teruel Existe y PRC en el Parlamento español o de UPL y Por Ávila en las Cortes castellanas de la carretera de Salamanca.

La reciente encuesta del CIS es un precocinado de muy mala calidad. Así es el despreciable CIS de Tezanos. Desde ya intentarán convencernos con lo de siempre: corrupción en el PSOE y en la Perla Negra del PP con las sospechas del parque empresarial de Portillo; el empleo que nunca llega; la industrialización de Castilla, cosa por la que nada se hace o la descentralización, que nunca se logra.

Bombardearán dialécticamente con la llegada a la zona rural pucelana de decenas de empresas catalanas; la situación de la sanidad; la dispersión de las instituciones por la comunidad; la ubicación en Valladolid del nudo de la industria eléctrica del automóvil y de la nueva construcción de la empresa Switch Mobility para autobuses eléctricos; el reto demográfico, que nadie sabe cómo abordar, etc.

Ya saben: más de lo mismo. Ni caso.

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