Noticias de Cantabria
Opinión 18-05-2020 20:00

Caminando hacia el totalitarismo global, por Juan Goti Ordeñana

El siglo XXI se inicia con la experiencia del fracaso de los sistemas comunistas y de los populismos. Pero las experiencias, que se han dado, no han sido baldías, han abierto el camino para un nuevo proyecto de dominación del mundo: el de la globalización, desde donde, con un total dominio de la economía, se pretende dirigir la marcha de los pueblos y subyugar íntegramente a las personas.

 

 

Se inicia con la consideración de que la economía es la esencia de la sociedad, tanto de la organización, como de las personas, con exclusión de toda transcendencia. Por tanto, se cree que, una vez llegado a dominar la economía, se consigue dirigir el mundo eficazmente. Se ha llegado a tal nivel de superioridad que ya están en el intento de crear un nuevo orden, basado según se afirma en la libertad, pero una libertad según la idea y los límites que ellos tienen de este principio. Para el pueblo no es el reconocimiento de una libertad responsable de la persona, sino un concepto indefinido, más próximo a la arbitrariedad, guiado por unas fuerzas que actúan en la oscuridad, y desde donde tiranizan hasta la forma de pensar de las personas.

 

¿Por qué tanto interés en regular una enseñanza pública dirigida por un grupo político? No es para dar una formación en las ciencias y las letras, pues se quiere liquidar las matemáticas, sino para condicionar desde la niñez la ideología, según su proyecto de sociedad. ¿Por qué imponer la educación desde los jardines de infancia? Más que para quitar o debilitar en los niños la relación y el amor hacia los padres. A quienes se les ha quitado este nombre para calificarlos de progenitores, término indicativo de desligar a los hijos de sus padres. De modo que, para el Gobierno, los hijos no son de los padres. Este movimiento globalizador, surgido de aquellos movimientos comunistas, que establecieron el dominio en algunas naciones, unido ahora a un capitalismo de Estado explotador, han tomado el camino más eficaz para dejar al ser humano desprotegido, sin los lazos que le indiquen su origen y el valor de la transcendencia. Dominada la persona desde la escuela, y por una sofocante publicidad que somete al individuo, se afirma una libertad que le consiente la consecución de placeres y caprichos inmediatos, muy lejos de la libertad plena del desarrollo de la persona, y de ser responsable del medio social.

 

Identifican la evolución de la sociedad con el mito del progreso, y así se ha creado la idea de progresismo, que se propone, como la única y verdadera alternativa para conseguir el desarrollo económico, como si esto fuera el bienestar total, sin reflexionar en las bolsas de pobreza que se multiplican de esta forma. Pues no establecen vías para que este bienestar llegue a todos, esto se oculta, mientras hay un acaparamiento de bienes por el Estado para crear una dependencia total, al tiempo que se generaliza la pobreza, creando numerosos de empobrecidos.

 

¿Pero es verdadero este progreso? Los hechos muestran, no obstante, el engaño que sufre el pueblo, pues la realidad es muy otra, aumenta la ignorancia, el desempleo y crece el sometimiento, con grandes niveles de esclavitud. Y lo que es más grave trastruecan la configuración del mundo, y aun la idea de la persona, que no es más que un instrumento para sus objetivos, cómo se logra esto, se puede encontrar en la novela de Aldoux Juxley: «Un Mundo Feliz».

 

Enfundado en la figura de libertad, que se ha concretado en un ismo, el liberalismo, pretende crear una nueva cosmovisión, esto es, una nueva forma de ver y comprender el mundo. Este liberalismo no es nuevo, es el fin y consumación de la Ilustración. En un principio, no modificó los principios de la comprensión del mundo, que venía del esquema cristiano anterior, y dio el primer paso sin suprimir la idea de Dios, pero arrinconándole al atribuir a la ciencia la marcha del orden del mundo. No obstante, conservó los tres grandes principios que enseñó la doctrina de Cristo: dignidad de la persona, por cuanto toda persona es hijo de Dios, y en consecuencia iguales y libres. El segundo paso fue apartar la sociedad toda relación con la religión, afirmándose laica, con lo que dejando de lado la ley natural, se adoptó la postura de la creación de una ley positiva, creada para las necesidades de ese progresismo. Aunque como en el caso del juicio de Nuremberg, no se les juzgó según el derecho positivo que habían creado, sino que se les condenó conforme a los Derechos Humanos, esto es, el Derecho Natural. En un paso posterior vemos en estos tiempos, que los políticos ni siquiera quieren someterse a las leyes que ellos se crean para sus necesidades, y ahora aún afirman que en su actuación les resultan estrechos los campos regulados por ellos mismos, y prefieren actuar por decreto, sin control.

 

Este progresismo, instrumento de la globalización, tendría alguna justificación, si se limitara a la organización de la economía mundial para suavizar y alentar las relaciones económicas de las diversas sociedades del planeta, que es lo que piensa el hombre común, pero no es este su objetivo, lo que pretende es dominar al hombre, creándolo y formándolo al capricho de las mentes que dirigen esta globalización. Siempre la cultura, con la idea que elaboró de la persona, dominó la sociedad, pero era conforme al desarrollo natural de los pueblos. Cada grupo se creaba su forma de ser y de pensar, con lo que se forjaron muy diversas culturas, teniendo en cuenta los lugares en los que se había desarrollado, las filosofías que se crearon. Pero esta globalización pretende hacer una sola cultura según los intereses de unos grupos que desde la economía pretende dominar al hombre, según el proyecto que se ha hecho Soros, partiendo de la «Sociedad abierta y sus enemigos», de Karl Popper, con lo que se ha propuesto dominar el mundo.

 

En estos tiempos se ha dado otro paso, se quiere elaborar una nueva concepción de la antropología, de la filosofía y de la teología, con lo que se intenta crear una idea socio-política nueva, para lo que está dispuesto nuestro Gobierno de Pedro Sánchez, quien desde que fue nombrado Secretario General del PSOE, ha tratado de ponerse en contacto con George Soros y su equipo de colaboradores, recibiéndoles en la Moncloa, o encontrándose con ellos en sus viajes a Nueva York, en circunstancias especiales como en el Foro de Davos o en la Cumbre sobre Acción Climática, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, y en algunas otras circunstancias.

 

El apoyo de estos grupos le ha dado una publicidad y unas relaciones internacionales, con las que ha podido aparecer ante la sociedad española como un político conocido internacionalmente. No ha hecho su carrera política por las relaciones con los demás políticos españoles, ni con el pueblo, ni por la solución de los problemas reales de los españoles, sino por el apoyo de estos multimillonarios, y con la idea de modificar la cultura de occidente. Grupo que propugnando por una globalización es más peligroso que una bomba nuclear. Actúa en la sombra y con el uso de su dinero y poder está manipulando la economía y el sistema político del mundo.

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