Bruno Alonso Por Pedro Arce

Bruno Alonso González (Castillo, Arnuero, 1887-Ciudad de México, 1977). De origen humilde, y casi contemporáneo de Salvador Hedilla, cinco años mayor que él, comenzó a los doce años como aprendiz de herrero y al año siguiente ya inicia su vida sindical y política. Ingresa en la Sociedad de Metalúrgicos y a los diecisiete años ya es el presidente; es represaliado y en 1906 se traslada a Bilbao, dónde prosigue la lucha sindical y entra en contacto con Pablo Iglesias, quien le influenciará decisivamente en su trayectoria política. Regresa a Santander y trabajará en Solvay y Talleres Corcho…

Fue fundador de las Juventudes Socialistas de Santander, miembro de la UGT y tendrá diversos enfrentamientos, lo que le llevará en varias ocasiones a la cárcel. Al proclamarse la Segunda República, encabeza la manifestación pacífica que toma el mando del Gobierno Civil, pues fue un destacado dirigente en Cantabria; elegido diputado socialista por Santander en 1931, fue el que más votos obtuvo y pese a ser uno de los artífices de la coalición republicano-socialista que llevó al triunfo de las candidaturas antimonárquicas en Cantabria en las elecciones municipales de abril de 1931, a partir de la formación de las Cortes Constituyentes su posición varió hacia el cuestionamiento de la colaboración con partidos republicanos liberales, atendiendo a la erosión entre el electorado obrero que pudiera suponer la alianza con formaciones burguesas.

En las elecciones de 1933 también salió elegido, aunque superado por la Candidatura Regional Independiente (Eduardo Pérez del Molino, José María Valiente Soriano, Santiago Fuentes Pila, José Luís Zamanillo y Pedro Sáinz Rodriguez); también obtuvo representación en 1936, donde fue superado en votos por la Coalición de Derechas: Pablo Ceballos Botín (CEDA), Santiago Fuentes Pila (Monárquico), Ricardo Sánchez de Movellán (CEDA), Eduardo Pérez del Molino (CEDA) y Pedro Sáinz Rodriguez (Monárquico).

Al inicio de la Guerra Civil en julio de 1936, se traslada urgentemente de Madrid a Santander. Su coordinación con Juan Ruiz Olarazán, presidente de la Diputación Provincial, y con el otro diputado de izquierdas por Santander, Ramón Ruiz Rebollo, fue crucial para frustrar la rebelión en Cantabria. Dirigidos por el primero, lograron organizar a las fuerzas del Frente Popular, de la ugetista Federación Obrera Montañesa (el más poderoso sindicato de la región) y de la CNT en una sola dirección, con el objetivo de parar el golpe en una provincia con un marcado sesgo conservador.

Logrado esto, Alonso de inmediato se encarga de los asuntos militares en la Junta de Defensa de Santander. En octubre de 1936 sería nombrado comisario inspector de las fuerzas de Santander. El 31 de diciembre de 1936, Indalecio Prieto le nombra Comisario de la Flota Republicana con base en Cartagena, puesto en el que permanecerá hasta la huida de la Flota en marzo de 1939 y en la que se hizo respetar, pues los mandos militares no aceptaban de buen grado la presencia de un civil que supervisase sus acciones.

Según sus memorias, salió para su nuevo cometido en avión desde el aeródromo de La Albericia, dónde le despidieron 2.000 almas gritando “no vayas que nos haces falta aquí”. El 12 de junio de 1937, volvería a Santander para colaborar en la defensa de la ciudad y provincia ante el inminente inicio de la ofensiva militar.

Desde finales de 1938 apoya a la tendencia socialista anticomunista y favorable al fin de la guerra. El 5 de marzo de 1939 huye con la Flota a Argelia, tras la sublevación profranquista de la base. Tras llegar a Bizerta (Argelia), es ingresado en el campo de prisioneros de Maknassy. A finales del año 1942 llega a México desde Orán con su familia; en México permanecerá prácticamente el resto de su vida, trabajando y viviendo modestamente. Forma parte del Centro Montañés “Sotileza” formado por más de un centenar de montañeses exiliados.

Bruno Alonso había desarrollado una gran actividad como columnista en los periódicos “El Cantábrico” y “La Región”. Escribió un libro contando sus experiencias en la guerra: “La Guerra Civil en España y la flota republicana” editado en el año 1942, reimpreso por la editorial "Espuela de Plata" en el 2006. También escribió la obra “El proletariado militante. Memorias de un provinciano”.

En Santander se le ha dedicado una calle en la zona de Tetuán y la familia donó un busto en bronce que se depositó en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAS), obra de Enrique Fernández Criach.