Álvaro Velarde Sotres, un lebaniego que triunfa en la diáspora…., por Pedro Arce Díez

Han pasado ya más de tres décadas desde que un quesero de los Picos de Europa, “despeñose desde Tresviso, se presentó y ganó…”. Y me estoy refiriendo a aquella primera Cata Internacional de Barcelona de 1986, que ganó el quesero tresvisano, Javier Campo. Pues mucho tiempo después, un hijo del quesero de Pendes, sin despeñarse, triunfa también en la Ciudad Condal, donde se ha formado y donde es en estos momentos Coordinador Académico de Postgrado del Área de Deporte y profesor e investigador en la Universidad Europea del Atlántico.

Seguro que nuestro protagonista vio, olfateó y saboreó los quesos de Liébana, pues su padre, Pedro Velarde, es uno de los queseros señeros de Liébana y Cantabria; y es seguro que ese buen recuerdo lo siga persiguiendo de por vida…

Me estoy refiriendo a Álvaro Velarde Sotres (Santander, 1993), hijo del dueño de la quesería de las Brañas de Liébana de Pendes, Pedro Antonio Velarde Collado, y de la maestra Ana Isabel Sotres, quien ejerce su profesión en Liébana; aunque Álvaro no quiere olvidarse de las personas que marcaron su vida, como sus abuelos, que “ojalá ellos lo pudieran ver, porque también para ellos la vida fue dura y el camino fue largo, de mucho trabajo y muchas dificultades”.

¡Y Álvaro es un corredor de fondo! Hizo sus primeros estudios de Primaria y Secundaria en su Liébana natal y después ha adquirido una sólida formación en Salamanca, Madrid y Barcelona: Doctor en Proyectos de Salud, Máster en Prevención y Readaptación de Lesiones Deportivas, Máster Universitario en Formación del Profesorado en la Especialidad en Educación Física, Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, etc. Y ha hecho otros muchos cursos de especialización, otro Máster, y siempre en torno al mundo de la actividad física y el deporte, lo que le llevó en un tiempo ya pasado a ser preparador físico del Real Racing Club de Santander, que quizás le hubiera atado a nuestra tierra, pero como él dice “la pasión por lo que haces, te hará entender que los límites son mentales” y quizás por ello traspasó los límites de Cantabria.

Así, pues, Álvaro ejerce su profesión docente e investigadora en la Universidad Europea del Atlántico y es Coordinador Internacional del Área del Deporte, tal como se acaba de reseñar, además de miembro del Comité Científico en Congresos Internacionales. Álvaro es uno de los muchos cántabros que, con una gran formación, ha buscado otros caminos alejados del terruño que les vio nacer; y, ¡Cómo no!, ha triunfado, pese a su juventud y como él mismo afirma, “el éxito no se mide tanto por la posición que uno ha alcanzado en la vida, sino por los obstáculos que ha tenido que superar”, lo que ya nos describe cómo es su personalidad.

Y también se reafirma en que “en la vida uno es lo grande que son las personas que nos rodeas” y él mismo reconoce que siempre ha estado bien rodeado, ya fueran sus padres en los primeros años de su existencia, como otras personas con las que ha coincidido en su trayectoria vital; y me dice que una de las personas que más le han marcado en la vida, ha sido Antonio Bores, cántabro como él y profesor de la Universidad, que ha estado de preparador físico de fútbol en Doha (Qatar) y que actualmente es el Jefe de Ciencias del Deporte del Club Independiente del Valle en Ecuador; también tiene un recuerdo especial, “a quien le debo el resultado de todo este proceso y que me ha enseñado la importancia de los pequeños detalles en la vida”, que no es otro que Julio Calleja González, Catedrático de Universidad y un referente a nivel mundial en el ámbito de las Ciencias del Deporte, Performance Scientist de jugadores de la NBA en Estados Unidos. ¡No es fácil encontrar en estos tiempos superficiales a alumnos que guarden grato recuerdo de sus profesores y Álvaro es uno de ellos!

Álvaro también está agradecido al gran trabajo que se está realizando en la Universidad Europea del Atlántico y en la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER), entidad que une a España con el mundo allende el Atlántico, con presencia en una treintena de países y a cuyo presidente, Santos Gracia, tuve ocasión de conocer en alguno de los actos inaugurales de la Universidad del Atlántico de Santander; se ha creado una red académica y profesional de gran interés, cuya cabeza visible en Santander y Cantabria es Rubén Calderón.

Aunque en un futuro le gustaría acabar en Santander, como próximos objetivos le gustaría poder seguir creciendo y viviendo experiencias, así como realizar estancias en el extranjero, porque sin duda, salir y viajar enriquece de conocimientos y fortalece como persona. Nuestro protagonista es un optimista y me dice que “si algo he aprendido estos años es que en la vida al final no existen las casualidades, que no hay cosas ni retos imposibles, que el trabajo, la disciplina y la humildad de las personas nos hacen llegar a sitios”; pero no sólo es optimismo, pues él mismo me dice que ha tenido que sacrificar muchas cosas, mucho tiempo y ocio, para llegar a donde ha llegado, en un recorrido de experiencias y personas que te estimulan a aprender y crecer cada día. ¡Álvaro, quién persigue las utopías, seguro que alcanzará a conseguir las metas!