Noticias de Cantabria
Opinión 27-02-2021 07:25

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23 F, un aniversario surrealista Por Pedro Arce

Esta semana hemos celebrado un aniversario surrealista que me ha obligado a frotarme los ojos, pues bien pareciera que acababa de despertar de un largo sueño de cuatro décadas y que muchos españoles han despertado de una sedación ideológica colectiva.



Los que ya peinamos canas con el pelo que aún conservamos, recordamos nítidamente cómo fue aquel 23 F de 1981, cuyo 40ª Aniversario se ha celebrado esta semana; recordamos cada minuto de aquella tarde y aquella larga noche, reflexionando cómo habían sido los años anteriores, desde el fallecimiento del general Franco, la toma de posesión del rey Juan Carlos I, los avatares de aquella difícil transición política y social, la aprobación de una nueva Constitución Española, esta vez, sí, por consenso y aprobada en referendum por la inmensa mayoría de los españoles…
…Y vienen unos desalmados y toman al asalto el Congreso de los Diputados, con todo el Gobierno de España dentro y en un acto de investidura de un nuevo presidente. Y, ahora, visto con la retrospectiva histórica, no dejó de ser un acto surrealista, con unos guardias civiles engañados y comandados por el entonces teniente coronel Tejero, con la aquiescencia de algunos militares de alta graduación, algunos ya jubilados, otros con mando en plaza y algunos conspirando desde dentro de instituciones como el Centro Nacional de Inteligencia, lo cual es bochornoso y nos deja una sensación histórica de auténtica chapuza.
El sainete dentro del Congreso de los Diputados fue una vergüenza nacional, con aquel presidente ya dimitido pero valiente e inhiesto, Adolfo Suárez, o el entonces vicepresidente del gobierno, el general Gutiérrez Mellado, zarandeado por algunos guardias civiles; añádenle, por ejemplo, el confinamiento del Sr. Suárez en un despacho de las Cortes, humillado por Tejero y con la pistola al pecho. ¡Y todas las demás curiosidades que quieran!
Y en aquella tarde-noche de batiburrillo, de dimes y diretes, de difíciles contactos telefónicos, de algunos militares de alta graduación semiescondidos y esperando a ver cómo quedaba el asunto, solo una persona, Don Juan Carlos I de Borbón, Rey de España mantuvo el timón, hablando con unos y con otros, desactivando el intento de golpe de estado y dirigiéndose a los españoles en un breve pero clarividente mensaje televisivo, para desactivar lo que era un claro intento de pasar por encima de la legalidad vigente.
Yo mismo cuando escuché el mensaje, sentí que aquella desdichada aventura se había acabado y concilié el sueño por unas horas, pues al día siguiente me fui a trabajar como de costumbre, época en la que era director del Colegio José Mª de Pereda de Torrelavega y al que asistieron con absoluta normalidad profesores y alumnos. Digo esto, porque he escuchado a algún docente afirmar que al día siguiente no hubo clase y no recuerdo que ninguna dirección provincial de educación dictara la suspensión de las actividades docentes.
Pues lo surrealista de este 40ª Aniversario, que parece sirvió como vacuna para futuras aventuras golpistas, es que se celebre sin la presencia del héroe del día y que nos libró de una buena trifulca histórica, Don Juan Carlos I; este gobierno surrealista de socialcomunistas le ha forzado a irse de España y, encima, los podemitas le acusan de huir.
El actual Rey de España, Felipe VI de Borbón, aún un niño que se durmió aquella terrible noche, nos ha recordado quién fue el artífice de aquella situación en un sencillo acto celebrado en el Congreso de los Diputados, con la presencia de las primeras autoridades del Estado, entre las que estaba Pablo Iglesias, quien no aplaudió el breve y excelente discurso del Rey, en un acto de miseria política inconmensurable y grosera. Y la presidenta del Congreso de los Diputados ofreció un almuerzo, al que no se invitó a este impresentable político, para no manchar el acto.
Y otra situación surrealista, es el hecho de que todos los políticos y sus partidos que apoyaron la moción de censura de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, en el gobierno Frankestein (Según le apodó Rubalcaba), están en contra de este solemne acto, de la Corona, de la Constitución y de todo lo que se menea.
No quiero olvidarme, en este momento, de tres personas que fueron esenciales en aquel turbulento día: el general José Juste, responsable de la División Acorazada Brunete, quien tuvo que parar el golpe de esa unidad, ya ocupando las calles de Madrid, y quien advirtió al Rey Juan Carlos I de las intenciones aviesas del general Alfonso Armada, que pretendía ser aclamado presidente de un gobierno ilegal e ilegítimo, a través de la votación de todos los diputados apuntados con las armas de los guardias civiles; al general Sabino Fernández Campo, quien aconsejó adecuadamente al monarca y cortocircuitó las intenciones de general Armada, el cual “ni estaba ni se le esperaba en Zarzuela” aquel día; el siempre olvidado, Francisco Laína, que era el director general de la Seguridad del Estado, quien constituyó un gobierno en funciones con todos los subsecretarios, a través de una comisión permanente de secretarios de estado y subsecretarios y mantuvo la legalidad vigente y la coordinación territorial para mantener la calma y el orden.
Nunca se supo a ciencia cierta todos los entresijos de este fallido golpe de estado, ya fuera el almuerzo del general Armada con miembros del PSOE en Lérida, la trama civil nunca bien investigada o la actuación de altos mandos militares que se fueron de rositas. Como tampoco se esclareció todo lo sucedido el 11 M, en que se produjeron los terribles atentados de Madrid, que dieron paso a un cambio de gobierno y que muchos aún consideran que fue lo más parecido a un golpe de estado, con la manipulación posterior de los hechos por parte del PSOE.
Y lo más grave es que en estos momentos estamos en lo que Alfonso Guerra llamó “un golpe de estado a cámara lenta”, con los catalanes intentando separarse de España y los partidos nacionalistas, podemitas (en el gobierno y desde el altavoz de Moncloa), filoetarras y aprovechaos buscando la ruina de España por todos los medios, deslegitimando nuestras leyes, la Corona y presionando para desestabilizar el país, para escándalo de la Unión Europea, preocupación de millones de españoles y con el pasotismo de Pedro Sánchez que muchos días se levanta con ideas constitucionales y se acuesta en la siesta con las ideas revolucionarias y chavistas que le han inculcado Pablo Iglesias y Echenique.
¡Esto es lo que hay y lo que hemos votado los españoles! Si no le gusta, la próxima vez, piense mejor el voto ante de acudir a las urnas.
 
 

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