Pedro Sánchez recurre a los recursos del Estado para uso personal, incurriendo en malversación de caudales públicos, al igual que lo ha hecho con los desaparecidos fondos europeos.
Párense a pensar unos minutos e intenten escribir el nombre de los diputados nacionales, regionales, senadores y concejales de su provincia. ¿Recuerdan el nombre o la cara de alguno de ellos? Confieso que yo no. Además, en ningún momento ha recogido la prensa diaria la labor de esos senadores y senadoras que desaparecieron hace cuatro años.
Al expresidente podemita no le tragan sus alumnos, ni siquiera los más mamertos, además de que ya no le consideran líder de nada, aunque sí culpable de muchas calamidades e indecencias.
Pedro Sánchez no dudó en salir a los medios de comunicación para exponer que era una ley progresista y que sería vanguardia, además de imitada en otros muchos países.
No estaría de más que el nuevo Comité de la Verdad, que propugna el PSOE, comenzara por estudiar la sarta de mentiras, bufonadas, mamarrachadas, falsedades y ocultamientos socialistas.
«Hace unos días viajó en el séquito gubernativo para estar presente en la toma de posesión del corrompido Lula Da Silva y volvió a hacer el ridículo porque ser ministra le cae muy grande»
En Murcia, el desprecio premeditado de Pedro Sánchez a Felipe VI no tiene parangón, coincidiendo con la inauguración de la llegada del AVE a la ciudad. Sánchez se sintió Rey.
Fue una insensatez instaurar un Gobierno de emergencia nacional, momentos antes del debate de la «moción de vacancia», algo así como la sentencia de destitución que le apartaba de la Jefatura del Estado.
El presidente catalán no dudó en denunciar en Ginebra, aprovechando el 15º Foro de las Minorías de Naciones Unidas, la vulneración de los derechos de los catalanohablantes.
El fraude llega hasta «vender» a la Guardia Civil de Tráfico navarra a los herederos de la banda etarra y poder aprobar el presupuesto más antisocial de los últimos veinte años.
La actitud torpe y patosa del presidente ha quedado patente en su presunción ante mujeres socialistas. Para él, con esta ley «tan avanzada» «somos pioneros».
«Supongo que las sedes de Podemos se llenarán de felicitaciones y de jamones de los agresores sexuales/violadores que han visto recortada su pena o que ya están en la calle»
Siempre dije que Fernando Grande Marlasca (no se escribe con ¿K?, ni con guion entre apellidos) no tenía la mirada limpia. Nunca lo consideré apto para ocupar el puesto que ocupaba como juez en Bilbao. Se quejaban de él sus compañeros, los sindicatos policiales, la ¿ertzaina? y hasta el apuntador.
Si en ocasiones alguna ministra sale a escena para dar fe de su indigencia intelectual, desfachatez y demostrada degeneración humana, pues ahí tienen a la ministra de Igual-Da sin denostar el homicidio de la niña de Gijón.
Cada uno es hijo de sus obras y, precisamente por eso, Pedro Sánchez «el mentiroso» salió trasquilado del Senado y reforzado el ínclito gallego. Ni el CIS sirvió de falsete refuerzo.
Comprobamos que el INE ha puesto banderillas negras y dado la estocada a Pedro Sánchez tras confirmar que el crecimiento del tercer trimestre estará muy próximo a cero.
Acaba de decir el senador Feijóo a «Antonio» Sánchez que serán sus últimos presupuestos; de ahí el patente nerviosismo del presidente y sus huestes. Ven perder el dornajo demasiado pronto.
Lo que ahora tenemos en España no es un Gobierno, es un atentado permanente con exceso de víctimas. Hasta ahora la "Belén Esteban" del gobierno se ha salido de las lindes en numerosas ocasiones y otros ministros le han tenido que llamar al orden.
Para tener pruebas de cómo la mentira del Ejecutivo es genética, no hay más que escuchar las meteduras de patas, torpezas, rectificaciones e insultos de la vocinglera «portavoza», Isabel Rodríguez.
Como alguien profundice se va a encontrar hasta una ministra con la licenciatura falsificada y tres másteres no realizados. También la «media naranja» del presidente alardea de licenciatura que no existe en la universidad.
¡Vaya la que le ha caído a Sánchez en Sevilla! Pitos, insultos varios, desprecios de todo tipo sin que faltaran los gritos de «¡Fuera!» y «¡sinvergüenza!»
Nunca un Gobierno más inservible había contado con cientos de asesores sin formación, ni especialización ni estudios acreditados. Pedro Sánchez «El mentiroso» ya está camino del garlito y no tardará en caer en la emboscada: una vez fuera del Gobierno, los tribunales serán sus compañeros ordinarios y frecuentes.
La formación que abanderó el 1-O está rota, dividida en bloques y llorando por las esquinas tras la suspensión de Laura Borràs como presidente del Parlamento catalán.
Muchos empresarios destinaron importantes cantidades de personal para optar a las ayudas y ahora comprueban que el Gobierno socialcomunista no sabe qué hacer con esos fondos.
Miedo me da cuando estén disponibles los otros 70.000M y los 3.000M que recientemente nos ha adjudicado Bruselas por ser el país más retrasado en los planes de recuperación tras la pandemia.
«Todos los integrantes del Gobierno «Frankenstein» han votado en contra de la propuesta de la Comisión Europea de incluir el gas y las centrales nucleares como parte de la «taxonomía verde».
Cuando se viaja a otro país es imprescindible llevar una agenda clara y organizada. Vean en Instagram cómo presume la tropa de Irene Montero de reuniones con apenas diez personas.
Lo más crudo e injusto de soportar es la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social de la Universidad Complutense creada para ella, con una licenciatura falsa y sin equivalencia.
Sánchez vuelve a los habituales insultos en la campaña andaluza. Lo hace con mantras, nada nuevo bajo el sol. Los insultos y las acusaciones de corrupción son la única vía de escape y pretendida. Sabe el presidente del mal que ha hecho y no encuentra cómo ampararse. Si las encuestas aciertan, el batacazo será monumental.
En la foto estaban tres hombres y ella. Ni siquiera delante del pestiño Sánchez, que insultó de «piolines» a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, se ha atrevido a pestañear.
La hipocresía corroe a nuestra sociedad, al igual que la indignidad y la degeneración ha invadido algunas de nuestras instituciones. La manada socialcomunista aglutinó a incautos indignados por la canción de Eurovisión, pero ha silenciado la calle a pesar de los abusos y la nefasta gestión que ha llevado a la brutal subida de la luz, la gasolina, el gas, el camuflado paro o el exagerado e insospechado IPC que se nos amontona.
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