¿Gobierno de la Gente o Gobierno de la Peste? Por Jesús Salamanca Alonso
En Murcia, el desprecio premeditado de Pedro Sánchez a Felipe VI no tiene parangón, coincidiendo con la inauguración de la llegada del AVE a la ciudad. Sánchez se sintió Rey.
En Murcia, el desprecio premeditado de Pedro Sánchez a Felipe VI no tiene parangón, coincidiendo con la inauguración de la llegada del AVE a la ciudad. Sánchez se sintió Rey.
No dan más de sí. Toda esta colección de mamertos que han aterrizado en el Gobierno parece que no las habían visto igual de gordas o siempre las espigas las habían segado verdes. No solo los mamertos de Unidas Podemos que están en el Gobierno son los culpables de la aberración legislativa de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Sinceramente no podían haber elegido peor nombre porque la única garantía advertida es la puesta en libertad de muchos violadores y la rebaja de condena a decenas de agresores sexuales. ¿Qué interés puede tener el Gobierno «Frankenstein» en que siga habiendo violaciones fáciles y en que no se pongan los remedios precisos para cercenar de una vez por todas tal brutalidad?
Estoy anotando paulatinamente la cantidad de horteradas protagonizadas por la inutilidad del «Gobierno de la Peste»; ese mismo al que los socialistas denominan «Gobierno de la Gente». La misma gente que ya espera para «crucificarlos» en las convocatorias electorales y cuando abandonen de forma ordenada su filibusterismo por Moncloa y el Congreso de las «Fieras». No debe de ser el «Gobierno de la Gente» por cuanto semejante memez jamás caló en la ciudadanía y ni siquiera se lo creyeron los propios. Abundan los ejemplos en todo el territorio nacional, lo que prueba que puede ser «Gobierno de la Corrupción», «Gobierno de la inutilidad», «Gobierno de la negligencia con resultado de muerte en más de cien mil ciudadanos fallecidos durante la pandemia», «Gobierno del latrocinio», «Gobierno de los cleptómanos de los ERE andaluces» y un alargado etcétera. Y así podríamos obtener infinidad de titulaciones de «Gobierno», pero nunca será el «Gobierno de la Gente». ¿De qué gente? ¿De esa que insulta y avasalla al presidente felón y mentiroso y que le recuerda siempre a su progenitora?
No hay más que preguntar a la ministra de Transportes cuando acudió al Metro de Madrid, haciendo el correspondiente paripé, y se llevó todos los insultos de la gente. Esa misma gente de la que ellos dicen que son «Gobierno». La ciudadanía no es tonta y sabía que el vehículo oficial le habían llevado hasta la misma esquina del suburbano. ¿Qué pretendía? Si quería decir a todos que ella era como los demás, le salió el tiro por la culata y el sujetador por la manga. ¡Qué cara más dura! Una actitud tan extraña como la mostrada por la «gallina bolchevique» en la toma de posesión de Lula da Silva, donde la Casa Real hubo de equilibrar los desmanes y aspavientos gallináceos de la ministra, Yolanda Díaz. ¡Hasta el presidente, Lula, se sintió agobiado con la cercanía abusona, abrasadora y fuera de protocolo de «la Yoli»! En fin, como decía el estribillo de la canción torera: «¡Si no sabes torear para qué te metes!»
Dudo que quieran seguir llamándose «Gobierno de la Gente» tras los abucheos e insultos en la Sierra de la Culebra. No puede ser el «Gobierno de la Gente» tras el ridículo hecho en la Plaza Mayor de Salamanca, donde se aplaudió a los presidentes autonómicos, especialmente a Díaz Ayuso, y se cargaron tintas de insultos en el presidente mentiroso del actual desgobierno español, felón de ocasión y «fraude cum laude». Dudo, también, que pueda sentirse «Gobierno de la Gente» en los desfiles militares celebrados desde que llevó su colchón a Moncloa, como dudo que sea ese tipo de Gobierno en sus visitas a Valladolid, Toledo, Rioja, Murcia, Madrid, Soria, Cáceres, Sevilla, Granada, ...
Bien es verdad que lo de Murcia no tiene parangón, coincidiendo con la inauguración de la llegada del AVE a la ciudad. En un acto de rebeldía contra el Rey y de chulería barriobajera, más propio de la chiquillería que de todo un presidente --aunque sea felón, falso, corrupto y mentiroso-- no dudó en romper el protocolo, despreciar a Felipe VI, abandonar al séquito en la estación murciana, adelantarse al actual Rey y entrar en el vagón en un acto claro de chulería de barra americana o matón de barrio contaminado. Hizo lo que suele hacer el maleducado, el chulo de baratillo, el putero de lupanar y el jefe del «Gobierno de la Gente». Solo faltó que fuera silbado por sus propios ministros, avergonzados ante la actitud de su felón personal. En mi tierra le hubieran gritado eso
de «¡el burro delante para que no se espante!». Incluso, se hubiera ganado un capón, un pescozón, dos puntapiés y un bofetón a mano abierta. ¿Por qué todos los tontos e inútiles que llegan a la política están cortados por el mismo patrón?
Hemos empezado por la ley prototipo del despropósito gubernamental y no lo vamos a soltar porque ya hay 134 agresores sexuales y violadores que están en la calle o se han beneficiado por la rebaja de condena, al ser una ley sin garantías, fácil de regatear y torpe en la redacción para la protección de las mujeres. ¿Dónde está la protección de la que hablan? Ya que se desentienden de la ciudadanía y desprecian el derecho a la protección básica, confío en que si se les vuelven lanzas las cañas, se les vuelvan a los responsables de la irresponsabilidad que supone la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Confío en que, caso de sufrirla, suceda en sus cercanías amistosas o familiares. Solo así comprenderán la aberración que han cometido, su inutilidad para la elaboración de leyes y la insensatez de seguir en sus puestos ministeriales y presidencial. ¡Lo van a pagar, sea ahora o después de abandonar el Gobierno, pero lo van a pagar porque el ?karma? nunca permanece insensible!
La rebaja de penas ya se ha extendido por toda España, desde Coruña a Málaga y desde Gerona hasta Huelva. Ya no hablamos de decenas de afectados positivamente, sino de más de un centenar, que se convertirá en dos o tres centenares antes de acabar el mes. No hay condenado que no haya solicitado la revisión de penas porque los nuevos condenados lo son al serles de aplicación la nueva ley de horquilla inferior y de tratamiento más fácil.
Los agresores sexuales han triunfado sobre la ley; ya tiene la ministra más negligente y torpe de la Historia de España nuevos compañeros para «regresar a casa sola y borracha». ¡Vaya calaña más cutre y despreciable! El esperpento de ministra, que se ha ganado el apelativo de «ministra de Violadores» al frente del «Ministerio de Violaciones» (antes de Igual-Da) no dudó, en su momento, en zanjar la cuestión como «propaganda machista». ¿Se puede tener una actitud más calamitosa, indigna y despreciable? No se puede pedir peras al olmo, ni castañas a la higuera.
El «Gobierno de la Peste», que no «Gobierno de la Gente», no da más de sí. Ni siquiera acierta cuando rectifica. Su desprecio hacia la ciudadanía es tal que no ha dudado en mantener su inútil y esperpéntico macrogobierno, como no ha mostrado respeto con las dádivas del caso PLAYBOL, ni con la vergonzosa colocación del marido de Calviño en Patrimonio Nacional (a él sí se le ha caído la cara de vergüenza y se ha marchado "motu proprio"), ni en beneficiar a los suyos con ayudas europeas, ni en dar dinero a sindicatos condenados para arreglar ventanas bajo el nombre de eficiencia energética, ni en eliminar ayudas a la ciudadanía, ni en romper el escudo social, ni en malversar más de 15.000M en la Administración del Estado, ni en trampear bajadas de productos básicos que acabaron convirtiéndose en abusivas subidas, ni en engañar y falsificar informes con las bajadas del IVA, ni en consentir el ridículo parlamentario y facineroso de De Celis y de Batet (alias ?pelo frito?), ni en esconder parados de la suma global tras el nombre de fijos-discontinuos, ni..., ni...
En fin, la revisión de condenas por parte de los tribunales acaba de comenzar y comprobamos que ya son numerosos los casos cuyo resultado es un claro beneficio para los abusadores sexuales. Quiero pensar que a este Gobierno le quedan tres telediarios porque es incapaz de gestionar con acierto una comunidad de vecinos.
¡Datos, datos, que a Yolanda Díaz le comen en su demostrada deficiencia para SUMAR!
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