¡Estado de Alarma y españoles alarmados!

Nos hemos quitado las ataduras legales, pero estamos más alarmados que hace tres meses.

Nos alarma que hubieran hecho caso omiso de todas las advertencias sobre la gravedad de la pandemia sanitaria, sea de OMS, la UE u otras advertencias, como la del jefe de riesgos de la Policía Nacional, al cual cesaron por solicitar medidas de protección; ¿Lo hicieron para preservar la celebración de las manifestaciones del 8 M? Si fue así, han provocado miles de muertos, lo cual es muy grave y debiera de tener consecuencias penales. Y encima nos dice Pedro Sánchez que su Gobierno ha salvado no sé cuántos miles de muertos (¿Medio millón?); debe tomarnos por tontos a los españoles.

Nos alarma que el Gobierno haya decretado el Estado de Alarma cuando bien pudo utilizar otros resortes legales, pero necesitaba demostrar a los ciudadanos su fortaleza, tenernos bien alarmados y demostrar que podía manipularnos a gusto, con utilización banal y abusiva de los medios de comunicación.

Nos alarma que se sienta cómodo gobernando a base de Decretos, pues hemos podido constatar como este Gobierno se siente cómodo manipulando, ninguneando y despreciando las instituciones, ya sea la Guardia Civil, la Justicia o la propia Monarquía. Y encima cerrando el portal de transparencia, para hacer mucho más opaca su actuación, lo que habrá de desvelarse en el futuro y pedir responsabilidades políticas.

Nos alarma que hubieran tomado el mando de todo el país en todos los sectores y después no hubieran sido capaces de gestionarlo adecuadamente y fueran las propias Comunidades Autónomas que tuvieran que resolver lo que ocurría en sus respectivos territorios. Y es de una hipocresía supina que el vicepresidente, Pablo Iglesias, máximo responsable de las residencias de mayores durante el Estado de Alarma, no haya hecho absolutamente nada, salvo criticar a algunas comunidades, especialmente Madrid.

Nos alarma que hayan fallecido miles de personas que vivían en las residencias de mayores, cuya responsabilidad ostentaba precisamente Pablo Iglesias, sin hacer absolutamente nada y ahora intenta echar la culpa a las comunidades autónomas. ¡Esto clama al cielo y es un auténtico caos! (Salvo que alguien piense que ha sido premeditado y con fines espureos).

Nos alarma que tuvieran a los sanitarios desprotegidos ante esta terrible epidemia, lo que ha ocasionado muchos muertos y que seamos el país del mundo con más sanitarios infectados.

Nos alarma que hayan gastado mil millones de euros en adquirir mascarillas y diverso material sanitario, parte del cual resultó más falso que los duros de plomo, cuando pudo haberlo adquirido a empresas españolas a precios mucho más baratos, algunas de las cuales han tenido que vender su producción al extranjero. ¿Así ayuda este Gobierno a las empresas españolas?

Nos alarma que hayan pretendido tenernos ocupados con sus largas peroratas, con nimiedades pues poco tenían que decirnos de interés y, de forma especial, Pedro Sánchez con sus largos discursos del tipo venezolano de ¡Aló Presidente!; eso sí, con restricciones a la prensa, pues no querían una prensa libre, propia de un estado democrático y donde se pueda preguntar y repreguntar. Y han actuado con inmensa chulería y soberbia, al estilo de los regímenes dictatoriales, donde hasta el Parlamento está secuestrado.

Nos alarma que hayan parado la economía del país, pues en su ignorancia debían creer que era como dar al interruptor de la luz; ¡Hasta querían parar la siderurgia! Y ahora estarán comprobando que echar a andar la economía de un país no es tan fácil como suponían y ello porque tenemos un Gobierno donde la mayoría de los miembros nunca han trabajado en una empresa, ni demuestran saber nada de economía, ni de la vida real.

Nos alarma que varios miembros de este Gobierno hayan estado furibundamente contra todo lo privado, incluida la empresa, que es la que puede generar empleo. Incluso con desprecio de sectores básicos como la sanidad privada, los empresarios autónomos o el turismo. Y quien más material sanitario ha aportado ha sido un empresario como Amancio Ortega, a su costa y, para más inri, se le han echado encima los podemitas como buitres.

Nos alarma que este Gobierno esté pidiendo colaboración a todas las fuerzas políticas, mientras lleva semanas sin llamar al líder de la oposición; Portugal debiera ser un ejemplo en este sentido, pues desde el primer momento, su primer ministro ha contado con la oposición y han trabajado unidos y los resultados están a la vista. Es más, cada vez que el PP le ofrece colaboración o le vota algunas de las iniciativas, les llenan de insultos e improperios.

Nos alarma que este Gobierno se sienta más cómo con las fuerzas políticas que quieren romper España y sus instituciones, que con quienes defienden al país, la Constitución y las Instituciones. Porque es evidente que el comportamiento de este Gobierno y de los partidos políticos que lo sustentan ha sido escasamente democrático y ya vimos en los primeros meses del año cómo todos los indicadores económicos estaban a la baja.

Nos alarma que hayan estado diariamente rectificándose a sí mismos, generando inseguridad, cambios de criterio constante, etc., lo que demuestra su bisoñez, su escasa preparación y la ignorancia supina de casi todos los miembros de este Gobierno Frankenstein (Como ya dijo Rubalcaba), desmintiendo unos lo que afirman otros y que estén actuando como “el camarote de los hermanos Marx”, tal como ha dicho hace unos días Felipe González, al que le ha caído la del pulpo desde los aledaños gubernamentales.

Nos alarma que hayan practicado el sectarismo en medio de la pandemia, especialmente descalificando al adversario político y poniendo todas las trabas posibles, como han hecho con la Comunidad de Madrid; debieran de haber aprendido algo de la forma de actuar de su Presidenta, al igual que han hecho otras regiones como Galicia, Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha y hasta la misma Cantabria. Y tanto sectarismo están practicando que el “jarabe democrático” que puso de moda Pablo Iglesias, cuando se lo aplican a él, hace que se le proteja de forma abusiva, con decenas de guardias civiles y cuerpos especiales, para que no le molesten en su casoplón de Galapagar. ¿Habrá olvidado sus actuaciones con Rosa Diez o Soraya Saenz de Santamaría? ¿Y desde cuándo se promueve desde un miembro del Gobierno, como Pablo Iglesias, una cacerolada contra el Jefe del Estado? Aunque esto no es de extrañar, pues existe un claro acoso a la corona desde el Gobierno, lo que es inaudito.

Nos alarma que nos hayan estado engañando con las cifras de fallecidos, lo que es un desprecio a los mismos y sus familias y a toda la sociedad española y los datos estadísticos fiables desmienten claramente al Gobierno-; tanto nos han manipulado, que esta pandemia nos ha parecido una fiesta, con aplausos, música, ausencia de fotos de fallecidos (Los que veíamos eran de Italia, Nueva York, etc…). Y este Gobierno, con una gestión desastrosa, ha conseguido posicionar a España como el país con más fallecidos por cada 100.000 habitantes y que la Comunidad de Castilla-La Mancha lidere este ranking, aunque el Gobierno cargue las tintas sobre Madrid, por su fijación contra su presidenta, Díaz Ayuso.

Nos alarma que desde el Gobierno hayan cargado las tintas sobre los muertos en las residencias madrileñas, cuando es bien notorio que otras comunidades tienen peores datos, como es el caso de Aragón (90,66 % de los fallecidos), La Rioja, Castilla y León o Navarra, mientras Madrid solo tiene el 45,64 % de los fallecidos en residencias. Y lo mismo sucede con el conjunto de fallecidos por 100.000 habitantes, que lidera Castilla-La Mancha, aunque se ha puesto el foco en Madrid. E, igualmente, con la tasa de mortalidad por contagiados que lideran Asturias, Cataluña o Castilla-La Mancha, no Madrid.

Nos alarma que, tras contener la llegada de turistas a España, mientras otros países del sur de Europa aprovechaban las circunstancias, ahora puedan llegar en tropel y sin las debidas garantías sanitarias, lo que pudiera ocasionar rebrotes indeseados, como ya está sucediendo.

Nos alarma que los sucesivos decretos hayan servido para otras muchas cosas, colándose de rondón el nombramiento de Pablo Iglesias en la comisión que controla el CNI o el traspaso de las Clases Pasivas de los funcionarios jubilados y tantas otras cosas que han aprovechado cuando el Congreso de los Diputados estaba casi paralizado y los ciudadanos adormecidos y confinados en sus casas.

Nos alarma que, de forma sibilina, se vayan acercando los presos de ETA al País Vasco, donde ya tienen las competencias carcelarias y dentro de poco les veremos paseando por Isla o Noja; para ello han ido Otegui y su gente, con el apoyo de Marlaska, a visitarlos a las diferentes prisiones, en la época en que no estaba permitido desplazarse entre comunidades y ponen el foco en el paseo de Rajoy.

Nos alarma que en las sucesivas medidas económicas se esté destruyendo el tejido económico, ya débil, mientras se esté engordando una economía subsidiada y de voto cautivo, que recaerá sobre una brutal subida de impuestos a la ya depauperada clase media, aunque demagógicamente quieran ampararse en los ricos. ¿Quiénes son los ricos?

Nos alarma que el reparto de los 16.000 millones se haga con criterios subjetivos y sectarios; a Cantabria, una vez más, le tocará bailar con la más fea y han conseguido cabrear a Revilla, pero solo un poco.

Nos alarma que, ante la actual situación de iconoclastia, donde se destrozan estatuas de personajes históricos de España como Fray Junípero Serra o Colón, el Gobierno no actúa en defensa del buen nombre de nuestra historia. Por ejemplo, en Palma de Mallorca, Podemos puso la diana y los vándalos dispararon sus botes de pintura (La ETA lo hacía con balas cuando los soplones les ponían la diana). Y ello demuestra, entre otras cosas, una descomunal ignorancia de nuestra Historia.

Nos alarma escuchar cosas de los ministros como aquello del ministro de Consumo de que el turismo es un sector de bajo valor añadido o los vaivenes de la ministra de Educación, como el desprecio a la libertad de educación (Art. 27 de la Constitución) y el ataque frontal a la privada y la formación religiosa. Así que no me extraña que circulen por las redes chistes sobre las cosas que pasan en el Gobierno de España, que rozan el ridículo dentro y fuera de nuestro país como el proyecto de la ministra de Igual-dá para que se eliminen las braguetas de los pantalones, lo que es de una ridiculez extrema y sería el hazmerreír de toda la Unión Europea, que es quien nos puede ayudar económicamente. ¿Con estos ministros?

Nos alarma sobremanera que este presidente del Gobierno sea de una falsedad extrema; falseó su tesis doctoral, falseó todo su programa electoral y engañó a muchos y nos ha estado engañando a todos los españoles y España no merece un Gobierno que le mienta. Los españoles han elegido el peor Gobierno de la democracia para el reto más difícil de la misma.

No podemos aguantar por más tiempos a un personaje vanidoso, egocéntrico y narcisista, mientras su vicepresidente, Pablo Iglesias, hace su revolución bolivariana, sin que nos demos cuenta. Y la Unión Europea nos está observando y no da crédito a lo que le cuentan sus embajadores en nuestro país.

…por todo ello, los españoles estamos más que alarmados. Y muy preocupados ante el futuro que nos espera.