El Sr. Sánchez quiere que los españoles comulguemos con las ruedas de su molino. Carlos Magdalena
"Pedro Sánchez Castejón está convirtiendo España en una dictadura al estilo de la Venezuela de Maduro" .Usurpar el poder legislativo para conceder una amnistía para poder gobernar cuando al mismo tiempo se está destruyendo, socavando, destruyendo el principio de la igualdad y forjando CCAA de primera y CCAA de segunda supone que se están cambiando los pilares sobre los que está construida la relación entre los pueblos diferentes de España
.-La paradoja se ha puesto en evidencia en el día de la jura de la Constitución, por un lado en el discurso de la hija del rey Felipe VI es de tirar del carro de una España unida con el común denominador de la igualdad de las CCAA y por otro lado Sánchez, con el apoyo del independentismo vasco y catalán junto a la ultra izquierda y comunistas están trabajando para deshacer el país.
¿Pueden coexistir ambos discursos? La lógica dice que no, son dos posiciones muy opuestas, antagonistas y sin embargo respetables. Pero para Sánchez todo es posible siempre que no le aparten de su objetivo,Moncloa, y con su careto imperturbable escucha y lisonjea a la que en su día será Reina de España mientras por la retaguardia la está atacando desde el momento en que va a acometer una legislatura con aquellos que están poniendo los pilares para deshacer el país.
Se trata de una paradoja in fórceps, unos tiran del carro España y otros ponen palos en la ruedas de ese mismo carro. Esto que decimos lo ven también otros analistas pero cada uno utiliza su propio libreto. Todos aciertan porque cada uno tiene el prisma que le conviene. Lo que está pasando en España, en realidad en Europa occidental, es inconcebible y hay que resaltarlo por parte de los que tenemos la oportunidad de poder hacerlo libremente, luego están los medios de comunicación afines y subvencionados que impiden que la coherencia y la congruencia de las ideas se resalte suficientemente. Con frecuencia estamos viendo en determinada prensa como se apoya subrepticiamente la amnistía. La amnistía se va a aplicar de forma personalista y a la carta a un grupo de delincuentes atacando la propia naturaleza y esencia jurídica del concepto amnistía.
La letrada Belén Alonso resalta perfectamente en el artículo que hemos publicado lo que nosotros decimos, en otro lenguaje el jurídico, con algunas pinceladas políticas y siendo estricta, rigorista en su definición.
En efecto el camino que emprende el señor Sánchez con independentistas, que no son liberales, es para destruir España no para gobernar. Entonces lo que se requiere es, o convocar unas elecciones o hacer un referéndum preguntando si queremos cambiar el régimen actual o queremos mantener la Constitución; lo que no se puede hacer es comer y sorber al mismo tiempo como hace Sánchez y sus correligionarios y seguidores sanchistas de las poltronas y que en esta etapa política no me atrevo a llamarles socialistas por pudor.
Legislar una amnistía para poder gobernar cuando al mismo tiempo se está destruyendo, socavando, destruyendo el principio de la igualdad y forjando CCAA de primera y CCAA de segunda supone que se están cambiando los pilares sobre los que está construida la relación entre los pueblos diferentes de España; lo que no procede evidentemente es admitir una investidura que nos lleva a una disolución de España a corto y medio plazo tal y como está configurada en la actualidad atacando el principio de la igualdad y seguridad jurídica..
No nos oponemos a esa disolución si así lo decide la soberanía popular pero hablemos claro ¡coño!, hablemos claro porque unos quieren y otros no quieren por lo que habrá que preguntar a los españoles, todos, si el camino que emprende el señor Sánchez con una amnistía de conveniencia e intereses personales perdonando unos delitos por siete votos, independientemente de su ilegalidad y anti constitucionalidad, es lo que quiere el pueblo soberano. Igual nosotros entendemos la democracia de otra manera que lo entiende Sánchez, para nosotros en la democracia lo primero es votar, votar y volver a votar cuantas veces fuese necesario y una vez conocidas las cuotas de interés dialogar. Lo que no puede el actual presidente es como si España fuera su cortijo, tomando las decisiones sin importarle ni los ciudadanos ni el país ni las leyes que rigen en España.
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