Los investigados por la muerte de 25 vacas en una cabaña recurren el auto que concluye la instrucción

La abogada de los supuestos responsables del suceso ha interpuesto recurso de reforma ante la propia magistrada, y al que el resto de las partes pueden presentar alegaciones antes de que resuelva. Después, cabe la posibilidad de apelar ante la Audiencia Provincial de Cantabria.

El recurso se ha presentado tras la resolución de la titular de la plaza número 1 del Tribunal de Instancia de Medio Cudeyo que ponía fin a las pesquisas de la causa abierta contra ellos.

En esa resolución, consideraba que existen "indicios racionales de criminalidad" y que los hechos investigados pueden constituir un presunto delito de maltrato de animales domésticos con resultado de muerte.

Así las cosas, finalizadas las pesquisas, la jueza ordenaba el traslado de las diligencias al ministerio fiscal y a la acusación particular, con el fin de que formulen escrito de acusación, de sobreseimiento o soliciten nuevas diligencias, extremos que está estudiando el ministerio público.

De existir acusación, dictará el auto de apertura de juicio oral y solicitará a los representantes legales de los investigados que presenten sus escritos de defensas, paso previo a la celebración de la vista.

CONDUJERON A LAS VACAS AL INTERIOR DE UNA CABAÑA SIN VENTILACIÓN

Según indicaba la jueza en su auto, ha quedado "indiciariamente acreditado" que, en la madrugada del 29 de julio de 2023, los tres investigados "previo concierto para ello y con el fin de perjudicar" a los dos propietarios del ganado que se encontraba paciendo en `El Royuelo` de Carcabal, en San Roque de Riomiera, reunieron a las reses y las introdujeron en una cabaña, "encerrando en dicho espacio reducido un total de 28 bóvidos".

Añadía que causaron "heridas en varias de las vacas, con el fin de colocarlas en la puerta de acceso para evitar la salida de las demás por presión, y bloqueando dicha puerta y los respiraderos de la cabaña", acciones con las que tenían "la evidente intención de saturar el ambiente e impedir la respiración".

"La concentración de tantos animales en un espacio reducido, la ausencia de entrada de aire renovado, las altas temperaturas de tal época del año, así como la imposibilidad material de que los animales pudiesen encontrar una salida, determinó el fallecimiento de 25 de dichos bóvidos por asfixia", concluía.

En el momento en que se dio la alerta, los agentes de la Guardia Civil solo encontraron tres animales vivos y "con evidentes síntomas de deshidratación".