Comer en el Hipódromo de Suso a la entrada del Faro.
La nota que podríamos ponerle, junto con el servicio muy atento, ágil, rápido, eficaz sería de un notable alto. Y es que en los tiempos que corren ya no se puede ir a cualquier sitio a comer ni decir vamos a probar un sitio porque te puedes llevar una desilusión en cantidad, en calidad y precio sin embargo no así en el restaurante de Suso que ahí se va sobre seguro.
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En esta ocasión hemos sido tres las personas que hemos acudido al restaurante de Suso porque somos aficionados al buen yantar y es por lo que frecuentamos y somos habituales del restaurante de Hipódromo de Suso.
Hemos pedido tres menús compuestos de gambas a la plancha, almejas a la marinera y rabas a modo de picoteo. Estos entrantes eran abundantes en cantidad y calidad, pero quiero destacar las almejas con su rica salsa marinera, fundamental para que realmente sean a la marinera como siempre se han conocido. Después llegaron los platos principales, un entrecot en su punto acompañado de patatas, secreto ibérico y un magnífico bacalao al pil pil. A continuación los postres, magnífico el sorbete de manzana. Todo ello acompañado con el vino, las cervezas etc. y el café como colofón.
La nota que podríamos ponerle, junto con el servicio muy atento, ágil, rápido, eficaz sería de un notable alto. Y es que en los tiempos que corren ya no se puede ir a cualquier sitio a comer ni decir vamos a probar un sitio porque te puedes llevar una desilusión en cantidad, en calidad y precio sin embargo no así en el restaurante de Suso que ahí se va sobre seguro.
Este restaurante además tiene a su favor la magnífica ubicación y la luz, decoración, el espacio, la amplia separación de mesas? todo ese conjunto invita a acudir, y sobretodo el aparcamiento amplio que hace de efecto llamada. Y el precio lo remata 18 ? por comensal. En los tiempos que corren no se puede pedir más.
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