La combinación de tres biomarcadores alerta sobre señales tempranas de Alzheimer antes de la pérdida neuronal
Un equipo de investigadores liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha descubierto que la combinación de tres biomarcadores, dos plasmáticos y otro electrofisiológico, permite detectar alteraciones funcionales asociadas al Alzheimer, lo que posibilita su detección temprana antes incluso de que se produzca una pérdida neuronal.

"Nuestro estudio abre la puerta a la posibilidad de diagnósticos tempranos que, dada la naturaleza no invasiva de las pruebas y la accesibilidad de las mismas, podría ser extendido a la población general como una prueba de cribado más, similar a las realizadas para monitorizar distintos tipos de cáncer", ha explicado la investigadora del Departamento Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia de la UCM, Alejandra García Colomo.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista `GeroScience`, muestran que el análisis de p-tau231 y de NfL en sangre, así como medir la conectividad funcional, puede aportar información sobre cómo se comunican las áreas cerebrales entre sí y detectar patrones relacionados con el inicio del Alzheimer antes incluso de poder observar cambios en pruebas como la resonancia, lo que permite implementar intervenciones preventivas "desde muy temprano".
Asimismo, los científicos han comprobado que existe un incremento en la conectividad de regiones clave para esta patología asociado a niveles más elevados de p-tau231, mientras que un aumento de NfL se asocia a una reducción de conectividad en ciertas zonas.
"Este resultado es clave, ya que por primera vez y de manera muy temprana, hemos constatado la presencia de hiperconectividad, un marcador ya conocido de inicio de enfermedad de Alzheimer, asociado a un marcador sanguíneo, en gente cognitivamente sana. Es decir, en gente sin alteraciones ni síntomas que, sin embargo, es posible que estén comenzando a desarrollar patología y, por lo tanto, mostrar síntomas en unos años", ha añadido García.
Tras ello, ha explicado que la combinación de estos marcadores permite conocer qué personas pueden estar iniciando alteraciones biológicas de la enfermedad y saber quienes están mostrando cambios en su funcionamiento cerebral, algo "clave" debido a que no todos los individuos acaban desarrollando deterioro cognitivo o demencia.
"Identificar cuáles de ellos sí presentan alteraciones funcionales, nos permitiría iniciar intervenciones dirigidas y preventivas", ha destacado la investigadora.
Durante el estudio, en el que también han participado la Universidad Politécnica de Madrid, el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur y el Instituto de Investigación Sanitaria Hospital Clínico San Carlos, 75 personas cognitivamente sanos y sin deterioro se sometieron a una extracción de sangre y dos registros de magnetoencefalografía, aproximadamente con tres años de diferencia.
El siguiente paso consistirá en el seguimiento de los participantes para confirmar si los marcadores electrofisiológicos identificados verdaderamente son predictivos, así como estudiar la relación con otros marcadores plasmáticos, indicativos de otras patologías.
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