Noticias de Cantabria
11-10-2011 12:30

Y no pasa nada.

Es que al final todo es un escándalo y lo que no, un despropósito, y por cada cosa normal que alerce en un medio, el resto es llanto y crujir de dientes.

 Hace un par de días creo que era el diario "El Mundo" el que sacaba una doble página con todos los derroches de todos. Y no pasa nada. Los directivos que han hundido algunas cajas de ahorro, se reparten finiquitos multimillonarios -120 millones entre 20 directivos- y no es que lo hagan a escondidas, no; es que se resulta que el Banco de España ha autorizado semejante latrocinio. Y no pasa nada. Hay extrañas citas en gasolineras propias de una película de espías entre un ministro y un presunto sinvergüenza. Y no pasa nada. Bueno sí: que al candidato Rubalcaba le da un aire y mira a los ojos del padre del ministro y les segura que tienen un hijo honradísimo y trabajador las 24 horas del día, cosa que lo padres, estoy seguro, no dudaban. Y así podríamos seguir con una lista de disparates y con esa coletilla final que es la que de verdad duele: y no pasa nada. No pasa nada porque se inauguren dos aeropuertos y se cierren un mes después por inviables. Y cuando pasa, nadie se pregunta que si bien las formas no han sido las mejores- el fondo habría que planteárselo alguna vez.




 Me refiero al disparate formal de Durán sobre el PER de Andalucía y Extremadura. Pero es que el PER es, o debería ser, a estas alturas otro disparate. Sin entrar en los motivos aducidos por Durán ni en la forma de expresarlo -en ninguno de los dos casos estoy de acuerdo con el líder de CIU- lo que no puede ser en una España que ha llegado a ocupar la octava posición en la economía aunque hoy pinten bastos, es que se haya mantenido el PER desde que lo creara Felipe González ¡en 1986! Son 25 años subsidios en lugar de creación de empleos que dieran a los jornaleros la oportunidad de un trabajo mejor remunerado y desde luego más digno. No han hecho nada ni el Gobierno Andaluz ni el Nacional. Y si han hecho algo, ha sido poco. Naturalmente no estamos en el mejor momento para plantearnos esto, pero el país ha pasado por tiempos de prosperidad en los que la pervivencia del PER -o como se llame ahora- tendría que haber sido una vergüenza para todos. Pero no pasa nada.




 Y ahora que hablan todos reconsiderar el número de representantes políticos, ahí tienen al inoperante Senado, el ejemplo mas triste de la inutilidad que nos cuesta un ojo de la cara y que no sirve absolutamente para nada. Y lleva siendo así desde que se aprobó la Constitución. ¿Y qué? Pues eso: no pasa nada. Este es el país del nunca pasa nada, de la promesa que nunca se cumple, del problema que nunca se arregla. Pues vale. A ver hasta cuando dura.

Sé el primero en comentar