Woody Allen
De Estados Unidos siempre nos llegan temporales, para bien y para mal, tan pronto nos inundan con paquetes de hipotecas sub prime debidamente envasadas, como con las locuras de Donal Trump, casi nunca inocentes. Ahora llega el huracán de metoo, con cuyas denuncias no pongo en duda que caerán infinidad de depredadores sexuales agazapados.
Es el movimiento pendular de la historia y no siento ninguna pena por los culpables que caigan, sí por los inocentes a los que se sacrifique. La caza de brujas dejó un modelo de comportamiento allí, una cultura colectiva un tanto peligrosa. La palabra culpable es demasiado grave cuando no hay por medio un juicio justo, peligrosísimo sobre todo cuando hay por medio un juicio mediático, al que a menudo los tribunales no son capaces de sobreponerse. Merece la pena recordar en España el caso de Rocío Wannincof, en el que la supuesta asesina, después de la oportuna condena, despedazada por la prensa y por la justicia mediática, además de por un jurado, fue finalmente absuelta al tener que revisarse el juicio por haber aparecido el auténtico asesino gracias a unas pruebas de ADN. Errores como aquel nos advierten de los peligros de los populismos mediáticos.
Sigo con interés las noticias del caso Allen. 25 años después de que fueran archivadas las denuncias tras todas las indagaciones y pruebas practicadas a instancias de Mia Farrow, se abre hoy un nuevo juicio, esta vez mediático, entre otros motivos porque el caso jurídico quedó cerrado. Lo que ha cambiado es que ahora la acusación se va hacer ante un tribunal mediático con veredicto predeterminado. No conozco otra cultura que la judeocristiana y por ello me alegro mucho de que hoy, los juicios en los tribunales hayan sustituido la lapidación, que era el antiguo juicio popular, pero me alarma el creciente auge del linchamiento moral, y al decir linchamiento no me olvido de que, con cuerda, ha sido la justicia popular en los EE. UU. hasta fecha muy reciente, especialmente para los negros.
Leo en la prensa que el Consejo de Igualdad de Oviedo ya ha tomado partido, y ha pedido que se retire la estatua que en la ciudad tiene dedicada al director de cine desde hace unos años. Supongo que detrás vendrán bastantes más, como seguramente me llegarán misivas a mí por no ser políticamente correcto y no quedarme callado. Llevar la contraria hoy al cada día más fuerte clúster feminista puede ser arriesgado.
Pero la deformación profesional tiene sus inconvenientes y el silencio sería un silencio cómplice. Aun cuando no conozco la legislación americana, sé que es lo suficiente parecida a la nuestra como para saber que si Woody Allen no fue absuelto, es porque ni siquiera llegó a ser juzgado, y no llegó a ser juzgado porque pese a las denuncias, no había pruebas en contra más allá de la denuncia de su exmujer ,que fueron consideradas absolutamente insuficientes para llevar la acusación a juicio después de varios meses de pruebas .Es posible incluso de que el señor Allen se sometiera al polígrafo, extremo que según han publicado distintos medios, no ha quedado aclarado..
En psicología clínica y en psicología jurídica se estudia el denominado Síndrome de Alienación Parental, que es el que se produce en los hijos cuando sus progenitores, mediante distintas estrategias, transforman la conciencia de los niños con objeto de impedir obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor. Los abogados nos encontramos tan a menudo con estas conductas que en todos los casos la prudencia aconseja extremar la cautela. No seré yo quien afirme ni niegue que en este caso se ha producido tal situación, pues no tengo elementos de juicio suficientes, de manera que no me queda otro remedio que acudir a los mecanismos de los que nos hemos dotado en la sociedad occidental para la resolución de nuestros conflictos, como son la presunción de inocencia y la sumisión al poder judicial. Estos son dos de los pilares de la convivencia y son irrenunciables. Los tribunales de justicia son los que determinan la culpabilidad o la inocencia y en el caso del señor Allen los tribunales ya intervinieron hace 25 años dejando resuelto el caso.
Deseo a los movimientos feministas, a los que me sumo, todos los éxitos en su lucha contra los depredadores sexuales, que hoy llega al mundo del cine, causando un estupor parecido al que ha venido causando el descubrimiento de la depredación sexual con los menores practicada en instituciones religiosas y educativas. Pero dicho lo anterior, no renunció a los principios jurídicos que son uno de los mayores logros de nuestra cultura y la base de nuestra convivencia. Por ello y desde mi modestia no apoyaré la “fatua” contra Allen. Y humildemente pido al lector que haga lo mismo.
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Comentarios(2):
felicito tus comentarios CMM y los apoyo plenamente
Veo que solo aireas una opinión que se refiere al mundo de la farandula americana que para mi carece de credibilidad, algo si,en los acosos a la americana que algunos practicaban a las aspirantes a actrices y que a tropel han salido a la matanza del chon. Te recuerdo que olvidas a las colegas de las americanas las francesas que se han levantado con pancarta incluida que portan entre otras Caterine Deneuve diciéndolas a las americanas que paren el carro.De este tema querido amigo hay que hablar mucho y en próxima comida lo retomaremos.Y aquí en España el fariseismo más profundo por parte de las féminas, todas, porque como se salgan del rail y opinion de la opinión oficialista sale el feminismo de la subvención y se las comen crudas.. Aquí no saldrá, pena, una Catherine Deneuve.