Viajar...
A veces se escuchan y leen opiniones que tienen una gran carga de ignorancia y/o de demagogia…

Hoy me voy a referir a España, un país que hemos construido durante generaciones y que en las últimas décadas le hemos puesto a la altura de los grandes, con gran esfuerzo y, a veces, con privaciones de toda una generación, muchos de los cuales ya nos encontramos fuera del sistema productivo o con un pie en el estribo.
Hace ya casi medio siglo que tuve la oportunidad de viajar y visitar distintos países; y me iba fijando en las cosas cotidianas y haciendo la obligada comparación con lo que teníamos en nuestro país; en aquellos años, viendo lo que había fuera de nuestras fronteras, se me ponían los ojos como platos y tenía sana envidia. Recuerdo aquellas autopistas italianas, por ejemplo, aquella sucesión de túneles y viaductos de la Riviera italiana, las áreas comerciales de Francia (Allí descubrí Carrefour), las libertades de Holanda… En fin, que llegué a pensar alguna vez: “¿Alguna vez tendremos esto en España?....
Pues, sí. Hemos llegado en unas pocas décadas a tener la mejor red de autovías de Europa, la más larga y eficiente red de ferrocarriles de Alta Velocidad; tenemos empresas españolas realizando los proyectos más espectaculares en el mundo como el Canal de Panamá o la línea de Alta Velocidad de Arabia Saudí; tenemos la mejor oferta cultural, turística y de ocio que pueda demandarse en todo el orbe; somos un ejemplo en la manufactura de calidad, especialmente en el sector agroalimentario; tenemos un sistema sanitario que es uno de los mejores del mundo y hasta los suecos vienen a operarse a España….
Y a pesar de todo esto, los españoles estamos tremendamente insatisfechos. Les vendría bien viajar por Europa y ver cómo se las gastan por ahí.
Voy a poner un ejemplo: en España se asfaltan y reasfaltan (¿Recuerdan el Plan E?) las calles, carreteras, aeropuertos, etc.; se levantan aceras y a veces se colocan pavimentos de granito y hasta mármol y en Santander tenemos algún ejemplo. Pues en otros lugares, no son tan rumbosos y en Gran Bretaña, dónde he tenido la ocasión de estar esta semana, el aglomerado cubre la mayoría de sus aceras en muchos de sus núcleos urbanos y también se puede ver en el mismo Londres. Hace ya unos años, me sorprendió observar que la acera perimetral de la Casa Blanca estaba realizada en simple hormigón y tenía algún remiendo y también pude observar, con bastante asombro, que las pistas del aeropuerto JFK de Nueva York también tenían remiendos en el asfaltado. ¡Aquí, como somos más rumbosos que nadie, hubiéramos levantado el asfalto y extendido una nueva capa!. ¿O, no?.
Voy a poner otro ejemplo: hace ya muchos años que observé que los núcleos urbanos de Europa, incluidas pequeñas villas, eran peatonales, lo que facilitaba la mayor presencia de los ciudadanos, revalorizando la actividad social y comercial, etc. En España, con bastante frecuencia, hemos rechazado la peatonalización (Yo mismo propuse, hace ya un cuarto de siglo, la peatonalización de calles en Santander, con escaso éxito, aunque algunas actualmente ya son peatonales, aunque quizás ya se ha llegado tarde). El mismo núcleo de Maliaño (Camargo), se ha puesto de uñas en contra de la peatonalización y, probablemente, estarán contribuyendo al éxodo de los potenciales clientes hacia las áreas comerciales, que ofrecen más comodidades a los compradores.
¿Saben que los horarios de apertura comercial en Europa son mucho mayores que en España?. Por ejemplo, Gran Bretaña, dónde el comercio abre todos los días (La foto está realizada el pasado domingo en una pequeña localidad inglesa, Gosport, frente a Portsmouth). Aquí, cerramos hasta los sábados.
Deberemos de poner imaginación, reflexionar sobre lo que tenemos, cómo podemos mejorarlo entre todos y… ¡Viajar!. Por eso, viajar puede ser importante. Porque se aprenden muchas cosas y, especialmente, a valorar lo nuestro, dada nuestra ancestral costumbre de despreciarlo todo.
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