Noticias de Cantabria
05-12-2012 09:45

¿Tenemos un grave problema demográfico?

Escribía en estas páginas en un artículo anterior, que el mayor problema que tenemos como país no es el paro.

Que el paro es nuestro mayor problema puntual hoy. Gravísimo pero que puede tener solución. No creo que lo vaya a tener en muchos años, pero podría tenerla. Nuestro mayor problema tampoco es el soberanismo que nos dará muchos disgustos como nos los ha dado en los últimos 150 años.

Nuestro mayor problema es el demográfico. Nuestra sociedad y nuestra cultura están amenazadas en cuanto a capacidad de supervivencia a medio siglo vista. Cuando quienes nacen ahora alcancen la edad de jubilación, según los parámetros actuales habrá un jubilado por cada persona en edad de trabajar.

 Pero de los que están en edad de trabajar, casi la mayoría estarán en edades próximas a la jubilación.  Las mujeres en edad fértil lo serán en número sensiblemente inferior para recuperar la tasa de población que garantice la supervivencia de la sociedad. El territorio seguirá aquí, por eso no hay que preocuparse. Con los parámetros de natalidad actuales la única posibilidad de pervivencia es que tengamos mayoría musulmana, que hoy por hoy es la única cultura que apuesta por la tasa de crecimiento (no entro en las razones).

El problema que tienen hoy algunas provincias como son Zamora y Orense, con una media de edad de 49,5 años, se irá produciendo en las demás provincias y esas cifras hacen irrecuperable la población, tanto más cuanto la media de incorporación de las mujeres al primer parto supera la treintena. Si el periodo real de reproducción se reduce de los 25 años naturales a los 10 reales, la consecuencia está cantada.

El problema gravísimo por sí, tiene un agravante. Nadie, y cuando digo nadie es nadie, tiene interés en resolverlo porque es políticamente incorrecto. Nadie va a hacer una apuesta a 25 años, que es como se resuelven las cohortes de población.

Una de las primeras consecuencias es nuestro desahuciado sistema de pensiones. Nadie va a querer trabajar para mantener a otros, si no tiene garantizado que alguien va a trabajar para mantenerle a él. Cuando hace 2 años se modificó el sistema de pensiones retrasando la edad de jubilación hasta los 67 años (progresivamente hasta el 2.027), todo fueron críticas, por la pérdida de lo que se creía un derecho irreversible, negándose muchos a ver que el sistema es insostenible.

Cuando se habla de este tema, inexcusablemente se reciben distintos tipos de respuestas, la de que nuestro sistema de pensiones es un sistema de reparto, que consiste en que los trabajadores en activo mantienen a los trabajadores pasivos. Efectivamente es nuestro modelo y camina inexorablemente hacia el colapso, en la medida en que la pirámide de población se invierta y la base sea más pequeña que la cúspide.

Lo acabamos de ver en el último consejo de ministros. Las pensiones no se pueden revalorizar lo previsto en los Pactos de Toledo, porque no hay dinero. Hay +/- 16.500.000 de población ocupada (de ellos no sé cuantos sin nada que hacer). Más de 5.000.000 de personas apuntadas al desempleo y +/- 8.500.000 de jubilados. Prácticamente por cada ocupado efectivo hay un desocupado. Este problema lo tenemos  hoy por el paro, pero en el futuro, aún con una buena tasa de empleo, tendremos el mismo problema por la inversión de la pirámide de población. También se oye, que la alternativa a la anunciada quiebra del sistema de reparto, es el plan de pensiones individual capitalizado.

Uno se capitaliza su ahorro, que inevitablemente irá a parar a los grandes fondos de inversiones internacionales, con los múltiples problemas que ello pueda generar, desde la descapitalización del país por fracaso de la economía, hasta que el prestatario no quiera devolver el préstamo (problema de los jubilados escoceses con el dinero que no quieren devolver los islandeses) y el riesgo completo de quienes solo pueden afrontar el modelo de reparto. Pero por encima de todo, si no hay un equilibrio adecuado entre población activa y población pasiva, hay colapso e economía en el país que lo padece, en este caso el nuestro.

Por supuesto hay que tener en cuenta un factor que agrava hasta sus máximas consecuencias todo lo anterior. En el actual contexto internacional, la innovación es uno de los fundamentos del crecimiento económico. Los países que no innovan no tienen garantizado un futuro económicamente asentado, mejor dicho, los países que no investigan e innovan tienen garantizada la ruina. La investigación y la innovación son incompatibles con poblaciones de edad avanzada. El envejecimiento demográfico también nos hará perder ese partido.

España perderá su futuro si no aplica una extraordinaria política de protección de la natalidad, que tomando ejemplo de otros países tendrá que ser de estímulo, vía mejora de edad, a efectos de jubilación y reconocimiento de años, cotización por hijo en línea con la reforma de 2.011 y elevadas desgravaciones por natalidad. Sé que suena duro y extraño pero se nos acaba el tiempo. Y si quieren deprimirse lean el libro titulado “el suicidio demográfico de España” de Alejandro Macarrón. Verán que me he quedado corto.


 

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Comentarios(2):

Follado - 06-12-2012

Tiene razón el Carabu aquí no se folla y si te descuidasvtefollan

CARABU - 05-12-2012

Tiene Vd. Sr. Acebo toda la razón.Cada vez follamos menos.