¡Salvemos Europa!
La Unión Europea ha acordado finalmente el rescate de Portugal. Ha dejado sin embargo para más adelante la segunda vuelta del salvamento de Grecia.

La Unión Europea ha acordado finalmente el rescate de Portugal. Ha dejado sin embargo para más adelante la segunda vuelta del salvamento de Grecia. Y es que en este caso la cosa es más peliaguda. Vamos a ver si es en forma de más dinero, si hay reestructuración de plazos y tipos o si hay una quita. Hay que tener en cuenta que los más pringados son los bancos franceses y alemanes y la idea es ganar algo de tiempo para que a esos sistemas financieros les de tiempo a asimilar las opciones más complicadas. En realidad estamos hablando de una Europa que se tendrá que plantear muchas cosas. Se están salvando los muebles, pero la casa se incendia y no sólo en política económica. Ya se han dado espectáculos en el terreno políticos dignos de la mayor desunión.
Los sacrificios van a ser enormes, pero es obvio que se está dispuesto a hacer lo que sea porque el euro no sea un fracaso. A nadie le conviene a pesar de que asistimos a un teatrillo con las patas muy débiles. No ya a una Europa de dos velocidades sino de varias. Algún día, alguien tendrá que poner las cosas en su sitio y armonizar las políticas económicas y fiscales imprescindibles, como se ha visto, para afrontar con seriedad y dignidad la política monetaria común.
No da la impresión de que lo ocurrido con el director gerente del FMI vaya a afectar a los procesos en marcha, aunque lógicamente se abre un melón que convendría cerrar cuanto antes. Hay muchos países interesados en cambiar las reglas no escritas que rigen y que se han guisado Europa y Estados Unidos. Pero, en fin, ahí está el problema y se busca la solución, que debe ser rápida.
España, de momento, ha salvado los muebles de sus nuevas subastas. Pero quedan muchas y las necesidades financieras son elevadas. Y más lo van a ser si el 22 de mayo se confirma la llegada al poder del PP en numerosos ayuntamientos y comunidades donde no gobernaban. Entonces, pueden empezar los verdaderos problemas para las finanzas de España y una nueva ola de desconfianza en nuestras posibilidades puede recorrer los despachos de los inversores del mundo. Está todo por escribir. De momento, la Unión Europea, aunque sea a trompicones se está salvando. Veremos por cuánto tiempo.
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