¿Qué es el Salafismo?
El “Salafismo” consiste en una corriente, relativamente moderna, dentro del Islam Sunni, cuya principal intención pretende rechazar las innovaciones (bid’ah), considerándolas desviaciones ilegítimas del mensaje original de su Dios (Alá), transmitidos a través de su Profeta Mahoma.

El “Salafismo” consiste en una corriente, relativamente moderna, dentro del Islam Sunni, cuya principal intención pretende rechazar las innovaciones (bid’ah), considerándolas desviaciones ilegítimas del mensaje original de su Dios (Alá), transmitidos a través de su Profeta Mahoma. (El epíteto “Salaf”, proviene del término “al-Salaf al-Salih” (píos ancestros, predecesores), refiriéndose, con este término, a la primera generación de la religión musulmana.
Ellos califican los catorce siglos de tradición, y pensamiento islámico, como herejía, propugnando un retorno “purista” a las ideas originarias del Corán y la Sunna. Para ellos, sólo estos textos les merecen credibilidad, obviando las nuevas panorámicas, y vicisitudes, que ofrece la sociedad humana, por lo cual procedieron a una necesaria re-interpretación de los Textos originales.
No debe extrañarnos, en todas las religiones aparece la figura del “purista” o “integrista”, el cual pretende obviar, si no denigrar, todo aquello “construido” a lo largo del tiempo, volviendo a “revalorizar” los principios originarios.
En el caso de los “Salafistas”, despreciando lo construido a lo largo de los catorce siglos de existencia, pretenden volver a sus orígenes, la de los “Textos Sagrados” originarios.
Históricamente, cuando realmente esta teoría salafista tomó fuerza, como movimiento integrista internacional, ocurrió a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Los reformadores modernistas (Al-Afghani y su discípulo Muhammad Abduh) apelando a la pureza de los primeros momentos del Islam y considerando que, progresivamente, la teología islámica se había alejado del mensaje coránico original, volvieron a popularizar las referencias a los señalados “Salaf”, es decir, a los primeros musulmanes.
Para remediar el “deterioro” en el que había caído la religión islámica, estos “modernistas” propusieron el abandono parcial, casi total, de la jurisprudencia tradicional, y criticaron el “taqlid” (emulación), es decir, a la obediencia a las “fatuas” y decretos emitidos por sabios de renombre, defendiendo en su lugar, el cambio una nueva ijtihad (interpretación personal de los textos).
Para buena parte de los salafistas, todas las escuelas coránicas son heréticas, salvo la de ellos, por supuesto.
Su gran error lo constituye el pretender asumir que la única base teórica de toda la doctrina islámica, capaz de interpretar el mundo moderno, la constituye el Corán y la Sunna, exclusivamente, olvidando que ambos textos aparecieron en un contexto determinado, en una Arabia poco poblada compuesta por tribus beduinas, ciudades que no tenían más horizonte que el que les ofrecían las caravanas que las atravesaban y con un pasado reciente de politeísmo.
En cuanto el Islam comenzó a expandirse, y los árabes conquistaron territorios más desarrollados, fueron apareciendo nuevas situaciones que no estaban previstas en sus textos sagrados, para lo cual no hubo más remedio que adaptarse, mediante el consecuente análisis de las nuevas situaciones imprevistas en los textos sagrados. Acción, realizada por los sabios islámicos, que intentaron discernir, a través de la óptica que le ofrecían los primigenios textos, las nuevas situaciones.
El “salafismo” no es una creencia única, ni siquiera integrable. Más allá de esta serie de creencias comunes, se subdivide en multitud de comunidades y grupos que compiten de forma “inmisericordi” los unos contra los otros, acusándose mutuamente de cismáticos y herejes. A grandes rasgos podemos discernir tres grandes ramas o tendencias:
Salafismo en predicación, También llamados “quietistas”. Ffilosofía alejada del violento pensamiento del “yijhadismo”, se basa en propagar a todo el pueblo islámico la palabra del sagrado Corán, donde se evidencia todas las vivencias que tuvo Mahoma, así como también los mandatos que recibió directamente de Dios.
Es curioso que el primer “Salaf” fue Mahoma, el cual en un momento en el que era postulado para un puesto político, explicó que “la mejor política es abandonar la política”, con esto quiso dar a entender que la mejor forma de llevar a un país, consiste en ir de la mano con la religión, es decir, que la persona debe tender a centrarse en asuntos rituales y doctrinales, rechazando por completo la implicación en asuntos políticos, considerados estos como meras distracciones terrenales, com el objeto de preservar la unidad de la comunidad islámica. Por ello, suelen defender la legitimidad del régimen bajo el que se encuentren.
No debe extrañar, que los gobernantes correspondientes se encuentren encantados con esta interpretación, por lo que a menudo dedican importantes sumas de dinero a premiar a los clérigos “quietistas” y fomentar sus escuelas.
Una de las “corrientes de esta filosofía la constituye el wahabismo, específicamente ligada a la Casa de Saúd y que actualmente encabeza la ortodoxia en Arabia Saudí.
El wahabismo destaca por su rigor en la aplicación de la Sharia y por un constante deseo de expansión por el mundo. Para ello, sus seguidores utilizan tanto sus instituciones de formación, a las que acuden estudiantes de todos los países mayoritariamente suníes, con los recursos económicos que les proporciona la Corona Saudí, empleados en la creación de mezquitas y centros de estudios islámicos en diversos lugares del mundo.
Activistas.
En general el salafismo es un movimiento de bases. Las bases salafistas, a pesar de que rechacen la política de partidos, pueden llegar a movilizarse activamente si perciben que su país no está siendo gobernado todo lo islámicamente que debiera.
El ejemplo por antonomasia lo supone el Movimiento Despertar Islámico (al-Sahwa al-Islamiyya) de Arabia Saudí, que surgió en los años 60 a consecuencia de la llegada de inmigrantes egipcios simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. Alcanzando su mayor popularidad Saudí en los años 90, debido a la reacción negativa de un sector de la población a la presencia de tropas americanas en el país a raíz de la guerra del Golfo.
Muchos de sus miembros fueron encarcelados por criticar al gobierno. Hoy en día, el movimiento se encuentra bastante activo en las redes sociales, demandando mayor transparencia en las cuentas del reino y una legislación más islámica, a la vez que critica los excesos de algunos miembros de la monarquía.
Salafismo yihadista” o “qutbismo”,
Constituye la rama violenta del salafismo, siendo la más pequeña en número, pero la más conocida en Occidente a consecuencia de los ataques terroristas que perpetran.
A diferencia de los quietistas o los activistas, los salafistas yihadistas consideran que la violencia es un medio legítimo para conseguir sus objetivos. Interpretan que los musulmanes están siendo atacados, tanto por Occidente como por musulmanes hipócritas y heréticos que no siguen su interpretación del Islam. Los grupos yihadistas más conocidos son Al Qaeda y el Daesh.
También conocido con el nombre de pseudo-salafismo, esta rama tiende a rechazar la predicación religiosa, como “inoperante”, por considerarla limitada y estéril, centrando sus acciones en la costumbre yihadista, muy lejanos a las teorías, propugnan una religión impuesta a todos aquellos que se muestran indiferentes, mediante la violencia y tortura, sin tener ninguna piedad, mientras que el individuo no se muestre congraciado con su creencia.
Aún dentro de estos Salafistas violentos existen discrepancias facciosas como Al Qaeda y el Daesh, con interpretaciones, y políticas dispares.
Está claro que que esta rama violenta del salafismo, reniega de casi todo el mundo:
· De los “externos”, no musulmanes, por ser impíos:
· De los musulmanes:
o De los chiíes, por discrepar en la sucesión de Mahoma (Los Sunnies asumen los cuatro “amigos”, los cuatro Califas. Los chitas, en cambio, enemigos acérrimos, propugnan a Ali ibn Abi Talib, primo y yerno del propio Mahoma).
o Su inquina llega, también, a las escuelas tradicionales y a los catorce siglos de tradición (calificadas por ellos como innovación o desviación).
o A los sufíes por ser teóricos.
o Al wahabismo de Arabia Saudí, por ser “quietista”.
o A los Hermanos Musulmanes, por ser simplemente “activistas”
En resumen, la complejidad de todo lo anterior, exige plantearse opiniones con un mínimo de rigor:
· Arabia Saudí y Qatar no están financiando directamente al terrorismo, pero sí es cierto que al abrir la fórmula revisionista del Islam, (El “quietismo”) lo están propiciando, aunque sea indirectamente.
· El Salafismo no hay que confundirlo con el terrorismo, sino que la violencia está propiciada, solamente por una de sus ramas, la de los Salafistas & yihadistas.
· Tampoco dice nada la palabra “Yihad”, o “yihadista, cuando se utiliza sin adjetivo. (Originalmente, esta palabra significa simplemente “esfuerzo”, lo que quiere indicar es que para un buen musulmán, supone el esfuerzo que debe realizar para que la ley divina reine en la Tierra. Por si misma, nada induce a la violencia ni a la “Guerra santa”).
· Los “enemigos” del salafamismo - yihadista“ y por tanto víctimas propiciatorias de su violencia, somos tanto los “impíos”, como la generalidad de los “creyentes islámicos” que no están de acuerdo con sus rígidos y estresantes planteamientos (una mayoría).
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Comentarios(1):
Nos tenemps que hacer todos estudiosos del islamismo arabismo u lo que sea para saber quien de ese grupo nos ponen las bombas y nos matan Mucho saber y poco hacer