Nueva patochada en Cataluña, la telemática

¡Pobre Cataluña! El fin justifica los medios, aunque estos sean ilegales o esperpénticos, como lo es en el caso catalán el proponer e incluso nombrar presidente a Puigdemont, un prófugo de la justicia española mediante una votación telemática sin que el candidato esté presente y no por incapacidad ni impedimento físico sino porque es un presunto delincuente en busca y captura.

Y lo peor es que el Gobierno Rajoy le sigue la corriente y seguimos siendo el hazmerreír de Europa y de la Democracia. ¿Que qué tendría que decir el gobierno Rajoy que no dice?, pues el No es No y nada más.

El gobierno Rajoy aplicó bien el art 155 pero no tiene ni puta idea del desarrollo, es un pusilánime y los amigos todavía creen en el “marianismo” entrando Rivera por la puerta a lo grande con los naranjitos y la Soraya escondida después del ridículo que ha hecho en Cataluña. Y no dimite. Solo falta que Puigdemont se presente en el Parlament cualquier día y ésta ministra, que dice que manda en los servicios secretos tampoco se entere, como cuando se marchó a Bruselas el fugitivo. ¡¡Y no dimite¡¡. Ni tampoco dimite Zoido ni el Director de la DGT. Mal, muy mal lo tiene el PP ante el avance de los naranjitos o de cualquiera con un poco de sentido común del que tanto escasea en los mediocres y corruptos políticos españoles. Así son las cosas y el desconcierto de Rajoy de no frenar de raíz todas estas elucubraciones del  nombramiento de Puigdemont simplemente afirmando que no puede presentarse, porque es un prófugo de la justicia. Pero el gobierno Rajoy una vez más pone de manifiesto el dejar hacer en temas intolerables. Así no Rajoy, hay que mojarse.

La ruina social, civil y moral de este país plural, o como quieran definirlo, sigue aumentando y ahora nuevamente pretenden retorcer o acomodar el Reglamento del Parlamento, los independentistas, para que un presunto delincuente y fugitivo de la justicia pueda ser nombrado a distancia presidente por Skype.

La mascarada catalana sigue con ribetes esperpénticos y muy lejos de la comedia o el sainete. En breve se llegará al drama.