Naranjo de Bulnes (Pico Urriellu)

El Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, es dentro de los Picos de Europa, le estrella de la escalada, es imponente y según te acercas a él, impresiona más. No se puede escribir sobre el Naranjo, sin haber estado cerca. 

Hoy en día hay mucha gente preparada para su ascensión por cualquiera de sus caras, pero las más importantes y sonadas fueron las primeras, tanto por el desconocimiento del mismo, como por el material de que se disponía entonces. 

En 1.904, D. Pedro Pidal (Marques de Villaviciosa), junto con el Cainejo (Gregorio Pérez), nativo de Caín, consiguen coronarlo por primera vez, hace ahora 110 años. A ellos les sigue, posteriormente y en solitario, el doctor Gustavo Schulze, el cual como prueba de su ascensión, baja un trozo de cuerda que dejaron los primeros.

El tercero en conseguirlo y también en solitario fue Víctor Martínez Campillo quien lo consiguió el 31 de Agosto de 1.016.

Un lugareño llamado Alfonso Martínez, también en solitario, hace la cuarta escalada en 1.026. A partir de entonces, son muchos los escaladores de todas partes que suben el prestigioso Picu. 

La primera mujer en subir al Picu fue María Pérez, nieta del Cainejo, en 1.936, acompañada por su hermano Antonio y por Alfonso Martínez.

Quizás la escalada más sonada, fue la invernal del 8-02-1973, conquistando la cara oeste por dos cordadas al tiempo, en una iban Miguel Ángel García Gallego (El Murciano) con Jose Ángel Lucas y en la otra Cesar Pérez de Tudela con Pedro Antonio Ortega (El Ardilla).

Pero fue precisamente esa primera ascensión la que nos ocupa en estas líneas. 

D. Pedro Pidal, fue el primer medallista olímpico español en la modalidad de tiro, aunque parece ser que fue la competición fue oficiosa. Creó el Parque Natural de Covadonga y fue Diputado en las Cortes.

Gregorio Pérez de María (El Cainejo) era natural de Caín, de ahí su apodo, aunque realmente a todos los de Caín se les llama Cainejos, a él en el pueblo le apodaban el Atreviu. En 1.906 fue nombrado Guarda Mayor del Coto Real de Caza de Los Picos de Europa, cargo que ejerce hasta su muerte. Los avatares del destino, hicieron que falleciera despeñado al ser atacado por un castrón de su rebaño de cabras.

En el verano de 1.904, D. Pedro convenció al Cainejo a intentar hacer cumbre al Naranjo. El Atreviu, casado con Francisca Cuevas y padre de cinco hijos, tardó en decidirse, no por miedo, si no por ¿A qué vamos al picu? Se preguntaba. D. Pedro se había provisto del mejor material de escalada del momento, había comprado en Londres la mejor cuerda y había estado practicando escalada en Chamonix, pero el Cainejo, apostó por sus madreñas y poco más.

El 4 de Agosto emprendieron la ascensión al Picu, el primero en alpargatas y el segundo descalzo, con la ayuda únicamente de una cuerda. Habían estado estudiando todas las posibles vías de ascensión y llegaron a la conclusión que la única vía por la que se podía subir, era la cara Norte. Así lo hicieron por el único camino que entonces les pareció practicable y que con el tiempo se ha revelado como uno de los más complicados.

Escribió D. Pedro: “Tenía unas manos grandes y muy fuertes con las que se aferraba a los agarres apoyándose en sus piernas de cortos y potentes muslos y progresando en la roca como si se tratara de un orangután”. 

Pero no solo se corre riesgo al subir, también es peligroso bajar y sobre todo con una única cuerda. A D. Pedro le descolgaba el Cainejo con la cuerda y luego él bajaba como podía. Para destrepar, empotró la cuerda a un canalizo, bajó hasta donde estaba D. Pedro y la cortó para quedarse con el resto.

Un día de estos tengo que volver a verlo y tocarlo, pues para uno que le gusta la montaña es un verdadero icono.