Mas a más....

Y no es sólo un problema catalán, pues si así fuera, que “con su pan se lo coman”; pero, ¡No!. El problema atañe a todos los españoles e, incluso, afecta indirectamente a toda la Unión Europea.
Ya sabemos que nada podrán hacer los catalanes ni sus dirigentes desde el punto de vista legal, pues la soberanía reside en todos los ciudadanos españoles y un hipotético referendum sólo podría celebrarse en todo el territorio español y/o con autorización del Gobierno de la nación; y el Estado tiene instrumentos para parar y neutralizar cualquier intento a la desesperada que hicieran unos líderes irresponsables, incluida la aplicación del Art. 155 de la vigente Constitución Española.
La situación es esperpéntica y se encuentra en un callejón sin salida, con una incertidumbre que ya está produciendo sus perniciosos efectos:
a) Está dividiendo a los catalanes, produciendo una enorme fractura social, y al resto de los españoles, aflorando un cierto anticatalanismo, hasta el punto que puede oírse que sería bueno un referendum en todo el país y quizás obtuvieran muchos más Síes que en la propia Cataluña (Para echarlos de una vez por todas).
b) Cataluña era antaño la Comunidad Autónoma con más dinamismo social y económico; hoy ya no lo es y Madrid se está convirtiendo en el motor de España; Barcelona ya no es lo que era y con las últimas decisiones de su alcaldesa, ahora aliada de Mas, puede seguir en la pendiente del despropósito. Si se produjera una hipotética independencia, Cataluña reduciría su riqueza en un 30 % según estudios solventes.
c) Han disminuido las inversiones en Cataluña y cientos de empresas se están trasladando a otras Comunidades Autónomas, especialmente a la capital de España. Los empresarios catalanes, salvo algunas excepciones,  están a la expectativa de ver lo que pasa, silenciosos, pues se están retratando como unos cobardones.
d) Mas, el muñeco de Oriol,  ha conseguido también destrozar a su propia coalición, CíU, erosionar al PSC, que no sabe hacia dónde ir y, para no caerse al precipicio, se refugia en una lista heterogénea, encontrándose ya en un tobogán hacia ninguna parte.
d) Dicen algunos que la bandera nacional “no se arriará en Cataluña”, pero una parte del daño ya está hecho y todo este esperpento nos está perjudicando y quizás algún día haya que pedir responsabilidades, civiles y penales, por estos perjuicios (Sedición, deslealtad, incumplimiento constante de la Ley…).
El escritor cántabro, Jesús Laínz, en su libro “España contra Cataluña” (Editorial Encuentro), nos refiere las diez mentiras sobre España del independentismo catalán:
- Cataluña fue un Estado en el pasado, luego tiene derecho a serlo en el futuro.
- Cataluña no participó de la Historia de España.
- Los catalanes medievales no se consideraban españoles.
- Los catalanes fueron excluidos de América.
- En 1714 Cataluña perdió su independencia al ser conquistada por España.
- Cataluña es otra nación por tener otra lengua.
- La castellana es una lengua impuesta a los catalanes por la fuerza.
- España ha sido tradicionalmente reaccionaria, a diferencia de Cataluña.
- España ha sido tradicionalmente imperialista y belicista, a diferencia de Cataluña.
- La de 1936 fue una guerra entre España y Cataluña.
¡Y sobre estas mentiras han levantado el nacionalismo excluyente y fascista que están imponiendo a todos los catalanes!
Bueno, podríamos añadir muchas otras cosas, pero lo que ha sucedido en las pasadas décadas es que en Cataluña se ha “envenenado” a sus diferentes generaciones a través de una instrucción bien dirigida hacia el independentismo, como aquello de “España nos roba”, reescribiendo la historia, la geografía y otras cuestiones de nuestra cultura; como aquella editorial que escribía que “el Ebro es un río catalán que nace en tierras extrañas”.
Y, como bien dice el refrán castellano, “aquellos polvos traen estos lodos” y ahora nos encontramos, ¡todos!, en una situación que no tiene muy buen cariz y “recogeremos aquello que hemos sembrado”.
Y no me puedo sustraer a plasmar un viejo mapa medieval con el Reyno de Aragón, el cual incluye los territorios españoles de una gran parte de la península itálica, con los territorios de Nápoles y Sicilia; ¡Y podríamos hablar de Atenas y Neopatria!....