Manuel Arroyo González
Manuel Arroyo González (Santander, 1922-2010) fue el segundo hijo del matrimonio formado por Ramón Arroyo Cuesta y Antonia González Rebollar. Estudia el Bachillerato como alumno libre en el Instituto de Torrelavega y se licencia en Ciencias Químicas en la Universidad de Oviedo en el año 1950; es Técnico Bromatólogo por la Universidad Complutense de Madrid (1963) y en 1972 presenta su Tesis Doctoral en esta misma Universidad Complutense ....

Manuel Arroyo González (Santander, 1922-2010) fue el segundo hijo del matrimonio formado por Ramón Arroyo Cuesta y Antonia González Rebollar. Estudia el Bachillerato como alumno libre en el Instituto de Torrelavega y se licencia en Ciencias Químicas en la Universidad de Oviedo en el año 1950; es Técnico Bromatólogo por la Universidad Complutense de Madrid (1963) y en 1972 presenta su Tesis Doctoral en esta misma Universidad Complutense sobre el estudio y mejora del queso de Cabrales, dirigida por el Catedrático Florencio Bustinza Lachiondo.
También ha realizado estudios de Agente Comercial, Diplomado en Ingeniería Ambiental, Certificate of Trining, Certificado del Curso “Atomic Absorption Spectrophotometry”,… lo que le permitió obtener una formación muy variada y profunda. También realizó numerosos cursos de formación y actualización.
Comienza su actividad profesional en el Laboratorio de la Jefatura Provincial de Sanidad de Santander y al crearse el Instituto de Higiene y Seguridad en el Trabajo, pasa a desempeñar el cargo de Jefe de Higiene Industrial del Gabinete de Santander en 1972. Desarrolla una frenética actividad creadora, investigadora y divulgativa, asistiendo como técnico y experto a diferentes lugares como Estrasburgo (Francia), Puerto Rico, La Habana (Cuba), Panamá, Uruguay, México, así como diversos lugares de España (Zaragoza, Sevilla, Granada, Palma de Mallorca, Madrid,…). También fue Presidente de la Asociación Nacional de Químicos de España en Cantabria, Valladolid y Palencia.
En 1950 crea en la calle Cádiz lo que más tarde será la empresa Laboratorios Arroyo, S. A.; en 1985 crea la empresa Larbús, S. A. ubicada en Madrid y la empresa Suministros Arroyo, S. L. En el área industrial desarrolla una intensa actividad, que le lleva a asesorar a diferentes industrias alimentarias y queseras, creando y registrando productos para el mercado lácteo, así como diversas patentes sobre moldes de queso con desarrollo industrial. Fabricó la primera lactosa para la fábrica de Penicilium en León.
En 1950 dirige en la UIMP el primer curso Lactológico, el cual contó con relevantes personalidades a nivel mundial, lo que iniciaría una larga trayectoria en el campo de la formación, con cursos de quesería, microbiología y en general con aspectos que traten sobre la industria láctea realizados desde sus propias empresas y que aún siguen celebrándose; a estos cursos han asistido los principales industriales de España, así como otros de América del Sur y Centroamérica; también ha dirigido cursos en Miami, Panamá, Puerto Rico,.. Y también ha sido profesor de la Escuela Politécnica de Química de Cantabria, de la Escuela Politécnica de Técnicos Lácteos de Cantabria y de Técnicos de Laboratorio y de otras instituciones como la Escuela Nacional de Sanidad. Director del primer curso de Análisis Instrumental, en 1977 dirige el I Congreso Nacional de Química “Soluciones Químicas a la Contaminación”, celebrado en Vigo y continúa durante años con los cursos en la UIMP.
Ha tenido una larga trayectoria en el mundo de la investigación y desde 1968 fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el Instituto de Productos Lácteos y Fermentaciones Industriales. En 1957 realiza, junto con su hermano Ramón Arroyo, un Informe sobre las Cuevas de Altamira y al año siguiente ingresa en el Patronato Juan de la Cierva. Además de su propia Tesis Doctoral sobre el queso de Cabrales, dirige otras, como la de Gonzalo Sánchez Moreno, acerca de la influencia de la leche en las intoxicaciones con plomo. También dirige y participa en otros proyectos, como el de investigación para el estudio de la leche y los quesos en Cantabria, desarrollado en el Centro de Investigación y Desarrollo de Santander (Diputación Provincial, Universidad de Santander y CSIC). Fue miembro del Centro de Estudios Montañeses, del Instituto Agro-Pecuario y activo participante en las ferias Tecnoalimentaria de Barcelona y Expoláctea de Torrelavega, algunas de cuyas ediciones de ésta dirigió. También fue Comisario de Hostal Alimentaria (Torrelavega).
Ha sido Experto Internacional en Montevideo para el montaje de un Laboratorio de Higiene Industrial en 1983. La Consejería de Agricultura del Gobierno de Cantabria le encarga en 1984 la catalogación de los quesos de Cantabria y el Mapa Rural. Participa como técnico en España, Europa y América, en temas relacionados con el sector lácteo.
Ha escrito tres decenas de libros, especialmente sobre quesos y temas gastronómicos, como “Proyecto de una fábrica de queso manchego” (1963) en colaboración con su hermano Ramón Arroyo, con quien también colaboró en “Fabricación del queso de nata” (1970); “Fabricación y estudio del queso de Cabrales” (1974); “Fabricación del queso manchego por el procedimiento del Dr. Arroyo” (1975); “Los quesos montañeses de los Picos de Europa y el Queso Picón” (1983) en colaboración con su esposa Carmen Fernández; “El queso de bola español y los Quesos Holandeses” (1984); “La cocina moderna en España” (1990); “La cocina del queso español” (1987); “Tratado Práctico de Análisis de Lacticinios” (1987); “Quesos de España” (1988); “101 quesos magistrales” (1992), estos tres últimos en colaboración con Carlos García del Cerro…
Tiene numerosas publicaciones y colaboraciones en cerca de medio centenar de revistas especializadas, tanto españolas como extranjeras, tratando temas alimentarios, sanitarios y del tema quesero; ha sido asesor de la revista ILE, la principal del sector lácteo español.
Durante su extensa actividad profesional, atesoró una de las mejores colecciones privadas existentes sobre etnografía láctea, con más de 2000 piezas, algunas de las cuales han sido expuestas en diferentes eventos.
Otro ámbito destacado de su actuación fue la intensa relación que tuvo con las cofradías gastronómicas, siendo miembro de Cordón Bleu du Saint Sprit, Embajador de Honor de la Commanderie de Gastronomes Val de Valée du Loir que se celebró en el castillo de Chambord. Fundador y Gran Maestre de la Cofradía del Queso de Cantabria e impulsor de otras Cofradías de toda España, de dieciséis de las cuales fue miembro, en muchas de ellas de Honor como la de El Zapico, la cual le otorgó el Zapico de Oro en 2009. También ha colaborado con otras Cofradías de Francia, País Vasco, Rioja, Castilla-La Mancha, Galicia, Cataluña, Cantabria, Asturias,… las cuales le han realizado múltiples nombramientos, diplomas y socio honorífico.
El Rey Juan Carlos le otorga en 1987 la “Encomienda de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario”, en la Sección del Mérito Alimentario. La Academia Española de Gastronomía y la Cofradía de la Buena Mesa le concedieron el premio “Gregorio Marañón” en 2002, como el mejor científico en el campo de la nutrición y la alimentación. En 2003 se le concede la Encomienda de Número al Mérito Alimentario y el CEMIDE le nombra en 1997 “Empresario Ejemplar”. Igualmente ha recibido a lo largo de su fructífera trayectoria otras muchas distinciones.
Ha sido académico de la Academia de Ciencias Médicas de Cantabria, Medicina, Farmacia, Veterinaria y Ciencias Afines; académico corresponsal de la Academia Vasca de Gastronomía e Internacional de Gastronomía. Presidente y Presidente de Honor de la Academia Cántabra de Gastronomía. Ha sido también Emboque de Oro de la Casa de Cantabria en Madrid en 2001.
En el año 2003 se publicó un libro en “Homenaje al Dr. Manuel Arroyo”, promovido por la revista Industrias Lácteas Españolas (ILE) y con la colaboración de la Federación Nacional de Industrias Lácteas, en el cual muy diversas personas e instituciones desgranan su relación con Manuel Arroyo.
Numerosas personas e instituciones han solicitado hace ya un año al Excmo. Ayuntamiento de Santander una calle o plaza que perpetúe su nombre para el futuro, como referencia de una persona sabia y buena, que amaba a su tierra y que practicó la amistad como primera virtud de la convivencia.
¡A muchos nos gustaría ver su nombre en el callejero santanderino!
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