Los Reyes Magos

Y cuando ya me había acostumbrado a tal revelación durante años y años, ahora descubro que también los adultos me han engañado, que los Reyes Magos son tres, pero no son Melchor, Gaspar y Baltasar.

Al menos aquí en Cantabria. Tras estudiar los astros y el Boletín Oficial del Parlamento de Cantabria, he llegado a la conclusión de que la trilogía mágica no la conforman tres reyes, sino dos reyes y una reina. Ni siquiera hay rey negro, mi rey favorito de niño. Aquí en la tierruca uno se adorna con una sempiterna barba gris, otro es calvo y la tercera es una reina, que la cuota femenina ha de estar representada hasta en los triunviratos mágicos.

Tampoco vienen de Oriente que hasta en eso se equivocaron los astrólogos. Vienen de más cerca. Uno de Torrelavega, otro del País Vasco y la tercera de Piélagos. Y nada de a caballo o en camello. Siempre les han visto a bordo de sendos automóviles Volkswagen Passat de color negro.

Y a fe mía que son generosos en regalos y ofrendas con quienes en ellos creen. Baste con echar un vistazo por Internet al Boletín Oficial del Parlamento (BOPCA) número 170, páginas 3228 a 3240 y ver la cantidad de puestos de trabajo adjudicados en empresas públicas sin proceso previo de selección pública.

Incluso uno de estos Reyes Magos cántabrus ha llegado a ofertar un trenecito, no eléctrico casero como los de los Hermanos Payá, sino tamaño natural para unir Santander con Sarón en el 2011 (Véase: www.cantabrialiberal.com, Región de 19-09-2008).

Y nuestra particular Reina Maga ya ha avisado que devolverá a los/las niños/as aquellas cartas (¿se podrá decir “cartos”, en aplicación de la cuota del 50%?) en las que se pidan juguetes sexistas, que los tiempos han cambiado (Véase www.cantabrialiberal.com , artículo “María Dolores Gorostiaga, ¿indios o muñecas?”).

Pues heme aquí entristecido ante la esperada cita con la ilusión infantil que despertaban en mi infancia los tres mágicos personajes, las corbatas y camisas que, hasta la fecha,  me regalaban por reyes mis allegados y familiares.

Y es que, tras el descubrimiento del misterio de los Reyes Magos cántabrus, y mi incredulidad en ellos, mucho me temo que este año, pese a mi carta/o de peticiones, este año me traerán carbón.