Noticias de Cantabria
29-12-2007 03:50

Las autocomplacientes charlas del presi

Zapatero le ha cogido gusto a hacer balances y con cierta periodicidad nos endosa alguno. En el de ayer, día de los Inocentes, no ha aportado novedad alguna, más allá de su profecía de que España tendrá un superávit en 2007 del 1,8% del PIB como poco, y sugerir que ello permitirá al PSOE incluir en el programa electoral una rebaja de impuestos que contrarrestará la promesa del PP, que estuvo más listo y se adelantó. Al presidente, que es todo buen rollo, sólo le ha faltado felicitar a Rajoy, que ayer celebró su aniversario de bodas poniéndole a caldo, como viene siendo habitual.

El presidente ha vuelto a dibujar esa idílica legislatura en la que ha manado la leche y la miel con tal caudal que la economía ha crecido de media un 3,7% al año, las pensiones mínimas se han incrementado un 30% y otro tanto el salario mínimo, al tiempo que se han generado tres millones de empleos y se han reconocido nuevos derechos para los homosexuales, los dependientes y las mujeres.

Zapatero se ha aprendido de memoria que si la pensión mínima de jubilación con cónyuge a cargo estaba en 2004 en 485 euros, ahora está en 659, que el I+D+i ha aumentado un 260%, que 150.000 familias han cobrado ya su cheque-bebé y que 170.000 padres se han tomado a su salud quince días del ampliado permiso de paternidad, por citar algunas cifras que reserva para sus balances de legislatura. Todo ello le ha llevado a afirmar que España ha mejorado, que Italia nos seguirá ganando al fútbol pero no en renta disponible, y que el futuro que se nos presenta es poco menos que esplendoroso.

En estos retratos de gestión no se exige un hiperrealismo a lo Antonio López, pero no hubiera estado de más que el presidente se refiriera al repunte de inflación antes de ser preguntado por los periodistas, o que hubiera mencionado al menos una vez el problema del terrorismo y el fallido proceso de negociación con ETA. Ha sido en esta fase de su interminable comparecencia cuando ha reconocido sus dos grandes errores de su mandato: el augurio de que en 2007 estaríamos mejor en la lucha antiterrorista, un día antes de que la banda volara el aparcamiento de la T4 de Barajas, y la ejecución de las obras de la alta velocidad a Barcelona.

Del “no hay ninguna expectativa de diálogo con ETA” hemos pasado a “he trabajado todos los días para poner fin a la violencia” para llegar a “lo que no estaba en mi pensamiento es cualquier cálculo personal o político”. Para no tropezar en la misma piedra se ha abstenido de valorar si en 2008 estaremos mejor que en esto del terrorismo.

En el interrogatorio ha cabido casi todo, desde su defensa del canon digital –“si alguien pone sobre la mesa un sistema mejor se debatirá”-, a su rechazo a modificar la ley del aborto y abrir la puerta a una ley de plazos “porque no hay razones suficientes”. Se ve que lo de incumplir su programa en este punto no es algo que le preocupe. Ha pedido tiempo para valorar las reformas estatutarias y ha opinado sobre la conveniencia de que los dos grandes partidos se lleven bien con CiU y PNV. Sobre la limitación de mandatos que propone el PP ha dicho que él pide la confianza para cuatro años, pero sin revelar si lo volvería a hacer en 2012 en caso de ganar estas elecciones.

Poco más ha dado de sí la charla. A Zapatero se le nota confiado en que ampliará su victoria el 9 de marzo, y eso que su capacidad profética es manifiestamente mejorable. Ha manifestado con pompa que la tarea de presidente del Gobierno es la más noble que puede desarrollar un político y que, por eso, no cabe la queja ni el lamento; sólo la autocrítica. De esto último algo ha habido, pero con cuentagotas. Lo que cabía esperar, ni más ni menos.

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Comentarios(1):

lector - 29-12-2007

muy correcto el articulo ¿quien es el Torrao que se esconde en el anonimato?