Noticias de Cantabria
03-10-2015 07:00

La volatilidad de la economía

La economía está sujeta a los vaivenes de las circunstancias, sea la doméstica, la de una región o la de un país como España y en estos tiempos convulsos que corren, podemos constatar como varían de un día para otro las condiciones y las influencias externas e internas que también le afectan.

Los españoles hemos pasado una dura prueba, muy crítica por cierto, derivada de unas crisis mundial y, especialmente, de una nefasta gestión en la época de Zapatero, que al nuevo Gobierno del PP le ha costado embridar dos años, cuando ya se estaba al borde del precipicio y cuando muchos pedían el rescate, lo que sólo se hizo, parcialmente, con la banca pública, es decir, con las cajas expoliadas por los políticos, sindicalistas y demás tropa que entraron a saco y se pusieron unos sueldos y retiros astronómicos, dejándolas en una calamitosa situación.
Desde el año 2013, este Gobierno del PP ha logrado revertir la situación económica del país, hasta el punto que el crecimiento de España se encuentra en la cabeza de los países de la Unión Europea, con la consiguiente creación de empleo. Y esta es la pretensión futura, al objeto de ir corrigiendo los muchos aspectos que aún quedan pendientes, especialmente el empleo.
Precisamente el actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acaba de afirmar que en la próxima legislatura se crearán ¡Dos millones! de puestos de trabajo. Y parece ser una promesa electoral, si consigue seguir gobernando el país después del 20 de diciembre. Y no parece una promesa descabellada, a tenor de como se ha desarrollado en los dos últimos años la creación de empleo…
Otra cuestión es que siga gobernando, pues a pesar de haber hecho una gran gestión económica, muchos de sus electores del 2011 no le perdonan otras cuestiones políticas, como la corrupción que se ha dado en sus filas, su actuación frente a ETA, el tema del aborto o la gestión de la cuestión catalana, por poner algunos ejemplos.
Pero volviendo al tema de la “volatilidad” (¡Vaya palabreja!) de la economía, hemos podido constatar la ralentización de la misma en los últimos meses y ello es debido a la actual situación generada con la esquizofrénica “cuestión catalana”, el miedo de los inversores a las incertidumbres y, de forma especial, las nuevas políticas que se están realizando en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz o La Coruña, dónde las nuevas fuerzas emergentes están realizando una estrafalaria política que ahuyenta a los inversores.
También provocan incertidumbre las elecciones generales del próximo diciembre, pues algunos anuncios de la actual oposición, como anular la reforma laboral o cuestiones por el estilo, está poniendo en guardia a muchos inversores, quienes consideran, como ya sucede en toda Europa, que el mercado laboral debe ser mucho menos rígido, en normativa, impuestos, trabas diversas, etc., si queremos que los inversores se lancen a invertir y crear puestos de trabajo.
¡Y así está el patio nacional!
Y les voy a contar un detalle, que les convendría saber muy bien a los catalanes. En Quebec existía un banco que abrió sus puertas en 1817 y que es el BMO Bank of Montreal, pero que debido al nacionalismo “quebequés”, en 1977 trasladó su sede a Toronto.
Vean su casa cada uno de Vds. y observen cuánto ganan, sea por salarios, donaciones o intereses de alquileres inmobiliarios o de capitales depositados en entidades bancarias, lo cual ya suele tener oscilaciones que no dependen de Vds.; contrapóngalo a los gastos que tienen: alquileres o impuestos de vivienda, recibos de suministros de agua, gas, electricidad, mantenimiento, seguros, etc., alimentos, vehículos, transporte, vestido y tantos gastos como tienen las familias españolas. Si consiguen cuadrar las cifras, están Vds. de enhorabuena; si no es así y no les salen las cuentas, habrá que reducir en gastos y si les sobrase, pues, ¡Mucho mejor!.
Una región, un país o un ayuntamiento, viene a ser como su casa en los temas económicos. ¡Y algunos gestores de lo público, dan auténtico pavor!.

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