Noticias de Cantabria
24-09-2012 17:29

La penúltima palabra.

Que no se engañe nadie: ni Artur Mas, ni CiU quieren un Estado Federal. Un Estado Federal supone simetría entre los distintos "estados" que conforman el "Estado" y eso es lo que precisamente los nacionalistas catalanes han rechazado siempre.

 De ahí que no les sirva el Estado de las Autonomías y que tampoco les serviría un Estado Federal. En definitiva, lo que no quieren es café para todos.

   Por otra parte, en los Estados Federales las principales competencias las gestiona el Gobierno central. Es más, no hay ni un solo Estado Federal cuyos "estados" tengan ni la mitad de las competencias con que cuentan nuestras comunidades autónomas. De manera que, a mi juicio, se equivocan quienes creen que el nacionalismo catalán se sentiría satisfecho con una modificación de la Constitución que diera lugar a un Estado Federal. Y es que a estas alturas ya no caben caretas: CiU quiere la independencia, lo que pasa es que nunca hasta ahora se han atrevido a plantearlo abiertamente.

   Por eso cabe reprocharle a Artur Mas que simbólicamente se ponga a la cabeza de la manifestación independentista en que se convirtió la Diada, y que el clamor de esa manifestación lo esgrima como arma política olvidándose de que no ganó las elecciones prometiendo a sus conciudadanos la apertura de un proceso en favor de la independencia. Tiene derecho a hacerlo, pero no lo hizo y, sin embargo, lo que pretende es cambiar las reglas del juego a mitad de la partida a cuenta de una manifestación, numerosísima, sin duda, pero al fin al cabo una manifestación.

   Hay quienes se empeñan en creer que lo que los nacionalistas catalanes pretenden es más dinero para tapar los agujeros provocados, amén de por la crisis, por la nefasta gestión que hizo el Gobierno tripartito integrado por socialistas, Esquerra República e Iniciativa. En mi opinión, a estas alturas lo que quieren los nacionalistas catalanes trasciende la cuestión económica.

   Por eso, creo que Artur Mas tiene que convocar elecciones y presentarse a las mismas sin medias verdades sino diciendo alto y claro que su programa es lisa y llanamente la independencia. De paso, el PSC no tendría más remedio que definir de una vez su posición al respecto y dejar de moverse en el ni sí ni no sino todo lo contrario. Hay muchos dirigentes socialistas que apuntan al federalismo para resolver los escollos en que hemos embarrado. No digo que no sea la vía adecuada, pero sin engañarnos, es decir sin ser tan ingenuos como para creer que eso satisfacería a los independentistas y renunciarían a su programa máximo que es la independencia.

   Pero seguramente lo que sí ha llegado es el momento en que el PP y el PSOE en primer lugar sean capaces de tener altura de miras y pensar en los intereses de los ciudadanos antes de que en sus intereses partidistas, y por tanto reflexionar sobre la posibilidad de modificar la estructura del Estado. No es de recibo lo que cuesta al erario público las triplicidades. Pero además de este aspecto hay muchos más que deberían de ser abordados.

   Ya digo que no suena mal la música del Estado Federal, pero no en Estado asimétrico con más competencias para unos que para otros. De ahí que no crea que los nacionalistas catalanes se fueran a conformar. En todo caso no hay como las urnas para que los ciudadanos sepamos qué propone cada partido y votar en consecuencia, pero eso sí, que no se presenten con programas engañosos y que digan de una vez por todas la verdad.

 

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