La gran mentira del golf en Cantabria

 En todos los deportes, en todas las actividades que requieran un grado de competividad, es necesario pasar una serie de fases de aprendizaje, formación y práctica.

Un futbolista comienza en el colegio jugando en un campo más o menos bueno, con su correspondiente entrenador y compitiendo con otros colegios en los que también hay campos de futbol con sus correspondientes entrenadores. Ocurre lo mismo en natación, en baloncesto,en vela, en tenis, etc…todos los deportes tienen sus campos, sus instalaciones y sus entrenadores, donde pueden practicar habitualmente en las mismas condiciones que si fuera una competición tipo y cerca de casa.

Si esto lo traspolamos a otros campos y a otras actividades de la vida, ocurre más o menos lo mismo. Un médico, estudia su carrera en una facultad con unos profesores especializados cada uno en su materia, practican en unas buenas instalaciones, hospital, y  finalmente trabajan como profesionales en esas instalaciones, consecuencia de todo esto, la aparición de grandes profesionales. Da igual el ejemplo que pongamos, pues sirve para todos los campos de la actividad profesional, abogados, ingenieros, arquitectos, etc…

La finalidad de todo esto es el éxito, la aparición de ganadores, no hay más que ver  como profesionales de todas las disciplinas triunfan en España a nivel nacional e incluso en algunos casos a nivel internacional. Futbolistas, regatistas, médicos, actores, ingenieros, jugadores debaloncesto, corredores de coches, de motos, ciclistas, muchas actividades en las que gracias a lo anteriormente expuesto, sus participantes triunfan y no solo eso, sino que tienen repuestos de futuro  y planificación, base, escuelas.

 El golf es un deporte con altísimo arraigo y tradiciónen Cantabria que no cumple en absoluto con la preparación necesaria para la aparición de profesionales de alto nivel, como ocurre con el resto de deportes. En Cantabria surgió un fenómeno llamado Severiano Ballesteros, que ha acaparado el 98% de los éxitos conseguidos por los golfistas cántabros. Hubo otro gran profesional llamado Ramón Sota, que también triunfó en el golf, aunque en menor medida y nada más. Como aquívivió Seve, el mejor del mundo en su época y tenemos el campo de Pedreña, privado, nos pensamos que somos una potencia en el golf y nada más lejos de la realidad, aquí no hay nada, comparado con cualquiera de nuestras comunidades vecinas, Asturias, País Vasco, Castilla, nos hemos quedado a años luz del resto, Galicia, País Vasco, Asturias, Cataluña, Andalucía, Madrid, Navarra, cualquiera.

Es imposible que puedan salir jugadores competitivos para ganar en campos importantes, largos, grandes y difíciles, teniendo como campo de trabajo Mataleñas, la Junquera,  Oyambre, Rovacias, Noja, Sota y Parayas. Campos pequeños, campos de 9 hoyos en los que un jugador que quiera jugar largo, no podrá nunca practicar.Mogro se salva de la quema, pero tampoco es un campo de donde hayan salido campeones. Los únicos campos largos, para ello son Nestares y Santa Marina. Únicamente podemos hablar de buenos jugadores y profesionales, si han salido de Pedreña y esto es debido al campo, nada más. Por supuesto que los que han triunfado en este deporte y que han salido del campo de Pedreña, es porque son del propio pueblo de Pedreña  teniendo ese gran campo a tiro de piedra y la posibilidad de entrenar en él.

Nestares es un campo que sí ofrece condiciones para desarrollar buenos jugadores, pero debido a su lejanía no sería posible para unos padres llevar a su hijo a practicar a diario.

Santa Marina, ha cerrado pero hasta entonces era privado y caro para jugar y tan lejano como Nestares para ir a diario a entrenar.

Mataleñas es el campo más próximo a Santander, donde unos padres podrían llevar a diario a entrenar  a su hijo, pero solo a dar bolas. Es un campo en el que juega tanta gente a diario que es imposible que una escuela de golf pueda sacar a sus alumnos a entrenar diariamente al propio campo, con los entrenadores, que es donde verdaderamente se aprende, como hacen en otras comunidades desde hace mucho.

Existen en Cantabria escuelas de golf donde los profesionales se esfuerzan en enseñar lo mejor que saben y pueden, Mataleñas, Mogro, Sota, Noja, pero todo se queda en proyecto, no pueden practicar en un verdadero campo, los alumnos solo dan bolas en la cancha de prácticas, no tienen  campos donde entrenar y aprender, consecuentemente, no salen buenos jugadores.

 Cantabria por tradición y por muchos otros motivos, número de licencias, el más alto de España por habitante, por profesionales, el más alto del mundo por habitante, por la bonanza del clima, por sus increíbles prados, por el negocio que comportaría, por tantas otras cosas, necesita reorganizar todo esto y ponerse a la altura de los demás si quiere triunfos.

Es necesario un par de campos de golf de 18 hoyospróximos a Santander, públicos, donde se puedan formar buenos jugadores, con un equipo de entrenadores y conprácticas diarias en el propio campo. Si esto no se consigue, seguiremos engañándonos a nosotros mismos y diciendo que como aquí triunfó un tal Severiano Ballesteros, somos los mejores.

En Cantabria hay materia prima, hay clase, hay afición, tenemos en chicos una gran base, hay cerca de 9.000 licencias, hay buenos profesores, pero todo se queda en promesas cuando tienen que dar el salto a nivel nacional y no digamos nada si quieren jugar a nivel profesional. ¿Cómo es posible que haya habido y sigue habiendo, campeones de España Alevines, Infantiles, Junior, de distintas categorías por hándicap, por equipos, si no tenemos campos? Pues los hay y muchos.

En otro orden de cosas, que otro día analizaremos, me imagino lo atractivo que sería para ingleses, franceses, alemanes, etc… disponer en Cantabria de unos buenos campos de golf para sus vacaciones, con playas, montañas,casas rurales, red de hoteles, bonanza de clima, tradición turística, Ferry y Raynair a tiro de piedra. ¡Qué gran oportunidad estamos dejando pasar! Luego dicen que no creamos empleo o que no sabemos cómo. El Gobierno de Cantabria y Cantur, tienen la palabra.