La Diada esa gran mentira
La Diada, que llega y se va, como el mistral que sopla en la costa del Mediterráneo, ha sido utilizada como la espita del catalanismo minoritario independentista en la etapa moderna de la historia de España. Los grupos independentistas utilizan la caída de Barcelona 1714 frente a las fuerzas borbónicas y el Decreto de nueva Planta de 1716

La Diada, que llega y se va, como el mistral que sopla en la costa del Mediterráneo, ha sido utilizada como la espita del catalanismo minoritario independentista en la etapa moderna de la historia de España. Los grupos independentistas utilizan la caída de Barcelona 1714 frente a las fuerzas borbónicas y el Decreto de nueva Planta de 1716 para unir esas fechas y utilizarlas rebautilizandolo a modo de batiburrillo seudo histórico de Diada, pero ambos hitos históricos no son objeto de este art.
Quizá cuando hacemos esta explicación sin fechas ni datos seudo históricos pueda parecer a los más listos de fuera de Cataluña que partimos de premisas falsas. Algo más falso de la realidad.Para empezar son dos los focos de atracción en que a muchos españoles se nos ha metido, uno que es capitalizar nuestra representación en Madrid y “de eso nada"; y el otro utilizar la Constitución hecha jirones como un cajón de sastre.
Siempre se ha dicho que la mala relación ha sido entre el centralismo de Madrid y el descentralismo que pedía a gritos una parte de la sociedad catalana, reivindicación más que legítima, que por desgracia en estos tiempos la familia Pujol e hijos S.A. con su gerente Artur Mas han derivado al independentismo puro ,duro y sin paracaídas.Todavía recuerdo en mi estancia de estudiante de Barcelona cuando hubo una riada y se llevó el puente de Molins de Rey por delante y las piedras numeradas estuvieron esparcidas por el suelo durante un año porque ese puente catalogado de histórico era competencia de la desidia de un funcionario de un departamento desconocido de un ministerio de Madrid.
Otra cosa son las muchas incomprensiones entre los políticos por sus propios intereses y no por los intereses ciudadanos.En Cataluña en el fondo del teórico problema está una minoría de la burguesía catalana, que actúa de locomotora, que quiere dominar totalmente los medios de poder absolutos y esa es la cuestión que subyace en la gran lucha mantenida con el poder político de Madrid que no con el resto de los españoles aunque por intereses espurios se nos quiera meter en la misma botella. Se debe incidir en esta declaración para buscar una perfecta concreción de los hechos y no confundir a los ciudadanos como desde siempre se ha hecho interesadamente.
Pero es que ahora con las Autonomías en vigor la posibilidad de negociar una solución plural es más fácil que cuando nos regíamos por un poder central y absoluto.Ese llamado “café para todos" que supuso la Constitución puede incluso hacerse valer para negociar nuestra convivencia sin traspasar las líneas de fraternidad, solidaridad y convivencia.Lo que ocurre es que el poder madrileño a pesar de las Autonomías se abroga el negociar y desde esa postura volvemos al principio, la radicalización que produce la imposibilidad de negociar nuestra coexistencia fraterna, de convivencia y solidaridad.
Esperemos que la Diada 2013 se la pueda llamar la del seny pero nos tememos que será que no porque en el radicalismo está la fuerza de dos opciones que chocaran de frente más pronto que tarde con la virulencia de dos trenes, los republicanos de ERC y el conglomerado de fuerzas que hasta ahora se aglutinan en las siglas CIU,ERC.Estas tienen un proyecto claro, nítido y no necesitan el apoyo de CIU, salvo de forma coyuntural, que está jugando la partida de la independencia con gran solvencia política.CIU sin embargo esta sin estrategia y superado por tener que radicalizarse más que ERC y en ese radicalismo perderá legitimidad porque sufrirá el abandono de sus bases.“No se precisan dos siglas para un mismo objetivo"
Ahora se están dando pasos de gigante de secesionismo y más que nunca procede negociar, pero no para impedir la independencia sino para convencer, sólo que para negociar el actual Gobierno de la Nación debería de despertar, si puede , de todos los líos que tiene montados y actuar en primer lugar cumpliendo la legalidad, esa legalidad que no han defendido los sucesivos gobiernos socialistas y conservadores que han pasado por Madrid en la ultima etapa democrática.
Lo que la sociedad quiere, la catalana, la cántabra, la gallega… es negociar y respetarnos con la verdad y no con engaños y falsedades. No creemos que la independencia sea la que quieren los catalanes salvo la minoría, la gran mayoría quiere la negociación pero para empezar se debe decir cuales son los parámetros de la negociación y no hablemos de la Constitución que todos los presidentes de España desde que se promulgó han incumplido.
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Comentarios(2):
Mal asunto este
Este nacionalismo siglo XXI huele muy mal me recuerda los albores del nazismo cuando la gente acude no por convicción sino por el que dirán Malo malo