La diabólica encrucijada Catalana

Durante décadas, hemos ido dejando que los catalanes (Y los vascos, no lo olvidemos) fueran ganando espacio, introduciendo cizaña histórica, adueñándose de la educación, creando un cuerpo de seguridad,… hasta llegar a la Ley de Consultas y a la convocatoria de un referendun para romper con España; algunos piensan que el órdago independentista, tan sólo buscaba ventajas económicas de Cataluña, en detrimento del resto de las Comunidades Autónomas de España. Y muchos piensan que ya está bien de insuflar dinero a Cataluña para que se lo gaste en embajaditas, aventuras independentistas y cuestiones de similar factura, mientras la atención a sus ciudadanos es de las peores de España, como es el caso de la Sanidad.

El Estado, como no podía ser menos, ha actuado conforme a la Ley y sus diversos órganos, como el Consejo de Estado, Consejo de Ministros y Tribunal Constitucional, han actuado con diligencia….

Ahora, muchos se preguntan: ¿Y ahora, qué?.

Porque el desafío independentista está casi fuera de control, aún siguen tomando determinaciones fuera de la ley (como la designación por el Parlamento de los miembros de la Comisión de Control del 9N), desafiando la propia decisión del Tribunal Constitucional, algunos líderes están enardeciendo a los independentistas, muchos políticos nadan en la ambigüedad legal (Lo que vulgarmente se llama, “nadar y guardar la ropa”), los ciudadanos se están echando a la calle, existen elementos que están incitando a la agitación, la sociedad catalana está fracturada, rota y aún no enfrentada… ¡Ojo!. Pues la situación aún puede empeorar y llegar hasta límites insostenibles que a nadie beneficien y quienes pretenden mantener este estado de cosas serán los responsables, civiles y penales.

Bueno, debe aclararse lo de que los ciudadanos “se están echando a la calle”, pues los independentistas son radicales y luchadores; los no independentistas, están agazapados en su casa y desean que esto se arregle (lo arreglen otros, claro), que no haya problemas y que se pueda vivir pacíficamente. Quizás la situación social debe degradarse aún más, para que reaccionen.

Por esto digo que la situación es diabólica y que estamos en una encrucijada, dónde al Estado ya se le está demandando desde amplios sectores sociales y políticos, que actúe contundentemente, recurriendo a cuantos instrumentos legales estén a su alcance, sin descartar el art. 155, para reasumir los poderes de la Comunidad Autónoma.

La Justicia, ¡Vaya Poder del Estado!, quizás ya debiera estar actuando de oficio ante el claro incumplimiento de muchas autoridades catalanas, que continúan erre que erre con el secesionismo y el referendun, en un claro desafío al Estado y a las decisiones del alto tribunal constitucional; cómo debieran de actuar con la (presunta) trama de corrupción que se ha instalado durante décadas en Cataluña, desempolvando temas “ya cerrados” como aquel de Banca Catalana. ¿Cómo es posible que aún los Pujol anden sueltos y cachondeándose de todos?; ¿Cómo es posible que Jordi Pujol Ferrusola diga que llevó 7,2 millones a Luxemburgo por “la inestabilidad financiera de España” y nadie haga nada?; ¿A qué se dedica la Fiscalía y los Jueces? ¡Nos están tomando el pelo!

Habrá que sacudir el árbol y todas las “quimas” del mismo como decía el ex honorable y (presunto y confeso) delincuente, Jordi Pujol, en su absurda comparecencia en el Parlamento hace unos días; puede que una élite política y social catalana se haya lucrado de forma indebida y la Justicia no puede estar ciega ante algo que parece de dominio público, como muestran algunos medios de comunicación.

Y ahora va el Parlamento catalán y aprueba ¡Por unanimidad! Crear una comisión de investigación sobre el “caso Pujol”. ¿También CíU?. Sí. Pues, a mi me huele a pastelada y quizás ya se haya muñido un pacto secreto, para que citada comisión sea una coartada y quede en nada, como casi todas las comisiones (Como dice el refrán, “si quieres que un asunto no se resuelva, crea una comisión”).

Una de las claves de esta diabólica situación está en manos del PSOE, que no sabemos si va o viene, si baja o sube; se mantiene en una calculada ambigüedad y obsesionado con la reforma de la Constitución para que sea “federal”. ¿Qué es eso?; ¿Qué reforma quiere hacer exactamente?; ¿Cataluña o Cantabria, tienen menos poderes que muchos estados federales de EE. UU. o Alemania?.... ¡O andan pescando en aguas revueltas, pues suelen anteponer sus propios intereses a los de España!. Por eso muchos españoles desconfían de PedroSánchez.