La carcel de Tela:"El Burka"

 Las mujeres musulmanas usan cinco modelos de prendas, el Hiyab, que es un velo simple alrededor de la cabeza. El Niqab, que consiste en un manto que cubre todo el cuerpo y deja libres solo los ojos. La Shayla, que es un pañuelo más largo que el Hiyab. El Chador, túnica que cubre todo el cuerpo y que se complementa con un pañuelo en la cabeza. Y por último el Burka, LA CARCEL DE TELA. 

Nacimiento del Burka

Entre 1.901 y 1.919 el Burka se puso de moda en Afganistán, durante el mandato del rey Habib Ulla. Éste obligó a más de 200 mujeres de su harén a usarlo, con el fin de ocultar su belleza a los demás hombres. De esta manera se convirtió en una vestimenta lujosa, usada solo por mujeres de clase alta. 

Los mayores defensores históricamente del Burka, han sido siempre los Pashtures. Pero durante el reinado de Aman Ulla, sucesor de Habib Ulla, la reina Soraya Tarzi, se mostró en público sin él, en un intento del rey de erradicar su uso. Esto sentó muy mal a las tribus de los Pashtures, siendo para ellos un gran escándalo, lo que motivó que el rey tuviera que abdicar y huir a la India en 1.929.

El Burka pesa unos 7 kilos, su fuerte presión permanente sobre la cabeza de la mujer hace  que se fatigue en exceso al caminar. Impide muchos movimientos a la persona y por supuesto no la permite correr.

Es una auténtica CARCEL DE TELA, quien lo lleva no ve con claridad a más de un metro de distancia. Apenas puede ver a los lados, por lo que al cruzar las calles ocurren muchos accidentes por alcanzamiento de los vehículos a estas mujeres. Entre ellas no se conocen, si necesitan gafas, no se las pueden poner, con lo que la dificultad de ver aumenta considerablemente.

Las mujeres musulmanas que portan el Burka tienen prohibido cantar, bailar, tocar música, trabajar, ir solas por la calle, estudiar ó recibir asistencia médica de un médico varón, entre otras cosas. Éstos no pueden atenderlas y mucho menos operarlas. Si una mujer se queda embarazada, su marido la esconde en casa aludiendo que está enferma. Todas las mujeres dan a luz en casa, no pueden ser asistidas por un médico y mientras alumbran, no se pueden quitar el Burka.

Si una mujer comete adulterio, se la castiga con la lapidación. Se la entierra en el suelo hasta el pecho y los hombres la lanzan piedras hasta que muere. Las piedras no pueden ser muy grandes para que no muera enseguida, ni demasiado pequeñas para que no la maten.

Pueden ser compradas ó vendidas, los matrimonios son forzados, por eso se dice que las mujeres musulmanas solo salen de casa dos veces en su vida, una cuando se casan y otra cuando se mueren.

Si una mujer enviuda, no hereda los bienes de su marido, nadie la ayudará, y lo más normal es que acabe suicidándose. Muchas acaban prostituyéndose ó mendigando en la calle. Al final mueren en la más absoluta miseria.

Parece que una de las principales causas de la discriminación de la mujer musulmana es el Islam, sin embargo se podría contemplar que no lo sea así de drástico, si no que sea la mala interpretación del Corán por los ulemas, los expertos en leyes, de los versículos del propio Corán, lo que hace que las mujeres sean así maltratadas. Este trato dado a las mujeres no es ordenado directamente por el Corán, en la mayor parte de las veces, se trata de costumbres anteriores a la propia implantación del Islam y a la errónea interpretación del mismo. En ningún momento dice que la mujer deba ser sometida al hombre, son los propios gobernantes que así lo interpretan. En cada país musulmán, cabe una interpretación diferente del Islam, en algunos países está prohibida la poligamia, en otros se prohíbe la ablación y en otros la lapidación. Esto quiere decir que son los propios gobernantes quienes interpretan las leyes del Islam y las imponen a una sociedad sometida, desinformada y con un altísimo índice de analfabetismo.

El matrimonio en el Islam es algo sumamente sagrado. Antes de la Revelación del Sagrado Corán, la mujer no tenía derecho a elegir a un hombre, eran sus padres quien escogían a su esposo y ellas lo debían aceptar aunque no fuera de su agrado. Desde esta Revolución, hace aproximadamente 1.000 años, ella puede elegir y rechazar a su marido, aunque no en todos los casos y en todos los países. En el caso de que quiera separarse, en la mayoría de los países ella no tiene derecho a hacerlo, solo el hombre tiene derecho a pedir el divorcio, puede rechazar hasta tres mujeres seguidas y puede reclamar a cualquiera de ellas cuando lo desee. Estas mujeres deberán esperar un año mínimo para volver a casarse con otro hombre. Cuando una mujer desee separarse, en algunos países que así lo permitan y lo contemplen, deberá renunciar a cualquier pensión alimenticia y devolver la dote que su marido pagó por ella.

En lo que se refiere a la sexualidad, la prueba de la virginidad es un requisito básico para el matrimonio, la madre de la novia en la noche de bodas desplegará una sábana blanca en el lecho de los novios y la enseñará al día siguiente a la comunidad ensangrentada como prueba de su virginidad. Si esta prueba falla, es muy probable que el marido exija el divorcio. En muchas sociedades musulmanas se practica la ablación, costumbre ancestral y salvaje que consistente en la extirpación de parte de los genitales externos de la mujer, con el fin de preservar su virginidad y fidelidad. Muchas de las niñas que se someten a esta práctica mueren al poco tiempo por las infecciones producidas, con terribles dolores.

No se entiende que en pleno siglo XXI se siga llevando esta prenda, con la globalización, internet, medios de comunicación, etc…parece mentira que en estos países se siga obligando a la mujer a llevar el Burka. Pero no podemos moralmente criticar esto, mientras permitamos en Europa que mujeres musulmanas lo porten, incluso nuestras propias monjas llevan unos hábitos similares, aunque últimamente se están modernizando un poco. No estoy diciendo nada que no sea verdad, he visto personalmente en Bruselas y tengo documento gráfico de una mujer con Burka en el aeropuerto, le manda madre. También tengo que decir, que conozco musulmanes que no comulgan en absoluto con todo esto, ni mucho menos, y están totalmente adaptados a nuestras costumbres, sin dejar de ser musulmanes. 

Cueste lo que cueste, lo lea quien lo lea, le pese a quien le pese, nunca cambiaré mi opinión, esto es una brutal salvajada. Eso sí, los hombres visten como los europeos, no llevan Burka, estaría bueno.