Hay que parar el nacional-catalanismo

Es loable por necesaria la intención de Sánchez y su equipo de intentar dialogar con aprendices de nazis en los que el pensamiento único y la consecución de su objetivo es lo único que les importa. En la Alemania de Hitler también se empezó con masivas y multitudinarias manifestaciones y desde la democracia para acabar  en un estado fascista y totalitario. La Generalitat, Torra, Puigdemont y su banda a través de los CDR, que quieren emular a los camisas pardas de Hitler atacan, de momento verbalmente, a los que no piensan en nacionalismo, no tardaremos mucho en que empiecen a proliferar las agresiones , de momento son esporádicas. Y mientras todos miramos para otra parte.En Alemania ganó la manipulación, la propaganda y el miedo. ¿Llevamos el mismo camino?. A esta “gente” no les importa mentir, tergiversar y falsear, lo importante es el fin. Con esta Diada ha ganado el frentismo y el fanatismo ya sean un millón o 200.000 los participantes en la "mani". Quien no comulgue con el secesionismo independentista no es catalán es fascista o españolista. Quieren hacer unas nuevas fronteras en pleno siglo XXI en Europa entre Francia y España. Lo peor de toda esta situación es que se nota cierta derrota, primero por Rajoy que dicen que actúo como un "muro" y ahora con Sánchez que se nota que se empieza a cansar. Luego el problema está en la otra "parte· Y eso es lo peor que nos puede pasar.  Lo que cada día se está imponiendo en Cataluña puede desestabilizar España y puede desestabilizar el resto de Europa.

En estos días empiezan a proliferar, primero por el País Vasco, los famosos lacitos amarillos y eso es un síntoma peligroso. No se puede permitir en pleno siglo XXI que a la mitad del pueblo catalán que vota que NO quiere ser independentista se les impongan sobre la otra mitad que en definitiva es minoritaria frente al total de los ciudadanos. Una cosa es el censo electoral y otra el numero total de ciudadanos de Cataluña. Se está actuando al más puro estilo nazi. Son muchos los que por -el qué dirán- no dicen lo que piensan o descargan su responsabilidad diciendo qué lo que ocurre en el país catalán no les afecta. A cualquier demócrata que se precie lo que está ocurriendo en Cataluña le afecta. 

No se está subvirtiendo el orden público, no, que también; peor, se está haciendo callar el pensamiento y si se hace callar el pensamiento porque se conculca un derecho inalienable que es la libertad de expresión se acaba en un estado totalitario. Y en Cataluña una sección minoritaria se está imponiendo por la fuerza en “pequeñas” cuestiones que al final atacan, la convivencia, la libertad y la paz.