GANAR LA CALLE…

Y así me encuentro con la noticia de que ciertos sectores de la izquierda radical, mezclados con los desesperados por la actual situación socio-económica andan acosando de forma casual y espontánea (“escrache” lo llaman algunos, que significa “destruir, aplastar y romper”) a algunos líderes del PP y me hago las siguientes preguntas:

¿Es el PP el culpable de esta situación por la que atravesamos?

¿En alguna ocasión se les pasó por la mente acosar a los líderes del anterior gobierno del PSOE que llevaron a este país a la ruina?

¿No son estos sectores los defensores y adalides del respeto a los demás y sensibles a cualquier tipo de acoso, sea este sexual, “de género”, escolar, etc.?

¡Cada uno queda retratado como es!. Pero los poderes políticos y las fuerzas de seguridad y tribunales deben garantizar los derechos de todos los ciudadanos, también de los que son atacados, acosados, insultados,…. 

Sigo leyendo y escuchando y me encuentro con una marea claramente anti-monárquica, exacerbada con los errores de la Casa Real; no entro a juzgar las situaciones dolosas de algunos de sus miembros, pues para ello están los jueces, aunque una buena parte de la sociedad ya los ha juzgado y linchado. También se están cebando en otros aspectos como la transparencia económica de la Casa Real y ¡Tienen razón!, la misma razón que si exigieran esta transparencia para los partidos políticos, para los sindicatos, las organizaciones empresariales,… y cualquier organismo e institución que reciba fondos públicos. El dinero público es de todos y debe ser gastado con pulcritud, con profesionalidad, con sentido común…. No vaya a suceder que se diga “que no es de nadie” y no pase nada; que se gaste y despilfarre sin sentido como aquél “Plan E” y no pase nada….

…Porque entonces, voy a empezar a pensar que existe en toda esta “movida” un interés oculto, junto a una clara motivación ideológica. Es decir, dos varas de medir distintas.

Hoy mismo tengo que leer que las juventudes socialistas “anunciaron una campaña para reclamar que el dinero público que recibe la Iglesia (Católica) se destine a evitar los recortes”… No generalizan hacia las confesiones religiosas (también la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, Comisión Islámica, Federación de Comunidades Israelitas,..) que también reciben directa o indirectamente dinero público. ¡No!. La obsesión de estos “sociatas” es la Iglesia Católica, como aquellos laredanos que se han inventado la “Pasión Bebiente”, sin pensar si a alguno le pudiera molestar esta mofa.

Y existen muchas necesidades en nuestra sociedad, pero seguro que muchas de estas personas necesitadas acudirán hoy, mañana y los días sucesivos a Cáritas, a la Cocina Económica y a otras instituciones que, curiosamente, promueve y mantiene la Iglesia Católica, esa institución que a cierta izquierda le molesta tanto.

Esta extrema izquierda social, ha llegado a un sistema de borrachera ideológica, relatividad tal e hipocresía, que maximiza los problemas de la derecha, mientras minimiza los de la izquierda que le es más afín; como ejemplo claro, tenemos el caso de la corrupción de los EREs de Andalucía, con un monto de unos 1.500 millones de euros (¡Ojo!, unos 250.000 millones de las antiguas pesetas), sobre los que no se echarán nunca a la calle para reclamar justicia a los responsables de este ingente desaguisado; es más, se unirán la Izquierda Unida y el PSOE para cerrar filas y que el PP no destape otras vergüenzas de décadas de despilfarro y corrupción del dinero público en esa bellísima tierra dónde el paro alcance límites insoportables, mientras los sindicatos “de clase” se han comportado como cooperadores necesarios.

….Podría seguir citando otras muchas noticias. ¡Como muestra, basten estos ejemplos!. Existe un sector, minoritario pero muy activo en la calle, representado por una extrema izquierda social y política que, aprovechándose de la buena fe de muchos necesitados, no dudan en arrimar el ascua a su sardina para sus propios intereses partidistas.

¡No ganaron las últimas elecciones!. Y no han sabido perder democráticamente, ni asimilar la derrota, pues se creen que tienen el exclusivo patrimonio de la democracia. Pero se han propuesto, sea como sea, utilizando cualquier método,  sacar partido, especialmente para el PSOE e Izquierda Unida, ganando la calle.

La derecha, mientras tanto, observa, inerme y con gran pasividad, esta situación; incluso algunos sectores de la misma aplauden y se unen a esta interminable “manifa”. El Gobierno, timorato y excesivamente prudente, no utiliza su mayoría absoluta que le dieron los ciudadanos para implementar con sentido común, eficacia y prontitud las medidas electorales que le permitieron acceder al poder y que podrían resolver muchos de los problemas de los ciudadanos.