Exposición sobre construcción aeronáutica
Hace unos días se ha inaugurado una Exposición de la Industria Aeronáutica Española en el Aeropuerto Severiano Ballesteros de Santander; es una amplia colección de maquetas que la Fundación Aena ha instalado y dónde destaca lo más importante de la construcción aeronáutica de nuestro país desde hace un siglo.

Debo destacar la maqueta del dirigible que en 1906 diseñó y construyó nuestro ingeniero e inventor montañés, Leonardo Torres Quevedo.
Pero se echa en falta, en esta exposición en Santander, dos hitos de la construcción aeronáutica en nuestra región, amén de otros intentos ingeniosos que en ella se han producido.
El primero es la creación de la Compañía Española de Construcciones Aeronáuticas y Similares (CECAS), que se instaló en La Albericia en 1915 –Estamos, pues, ante su Centenario-, y que construyó el avión biplano militar, de origen francés, Morane Saulnier (Foto superior), con motores Hispano-Suiza de 140 HP; estos aviones fueron destinados a la Aviación Militar Española y la fábrica estuvo dirigida por el ingeniero Luís Acedo Pérez y el piloto probador fue nuestro paisano Juan Pombo, los cuales se trasladaron a Francia con varios operarios para aprender los oficios que llevarían a buen puerto la empresa, dándose la circunstancia de que diseñaron alguna herramienta que dejó asombrados a los propios franceses. De vuelta en Santander, comenzó la construcción de los aeroplanos y en junio de 1916, el propio Obispo de la Diócesis bendijo el primer avión, al que siguieron otros ejemplares, hasta que la fábrica cerró, a pesar de tener una plantilla muy formada y eficaz, por la dificultad de obtener en Europa la materia prima precisa para la fabricación, aún en plena Primera Guerra Mundial.
En 1919, el Gobierno decidió abrir una nueva fábrica de aeroplanos, en Guadalajara, y aprovecharon el utillaje de la que poco antes se había cerrado en La Albericia, situación que nos privó de la posibilidad de haber continuado en este importante sector.
El segundo, es la fábrica de Aero-Difusión, constituida en 1954, que construyó en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, casi dos centenares de avionetas Jodel en la fábrica de La Albericia y que algunas aún siguen volando, como la de la foto inferior, que ha sido restaurada por la Fundación Infante de Orleans (FIO). Cerca de dos centenares de aeroplanos se fabricaron en esta pujante factoría, algunos de cuyos protagonistas aún viven, como su piloto-probador, Laureano Ruiz Liaño, quién con 91 años aún surca los cielos murcianos, dónde vive, aunque actualmente, está pasando unos días entre nosotros y recordando aquellos tiempos. Las avionetas Jodel se vendieron a los Aero Clubs que comenzaban a crearse en España y los diferentes modelos tuvieron una gran aceptación, por su elegancia, fiabilidad y prestaciones.
Cuando el aeródromo de La Albericia cerró en 1965, Aero-Difusión se trasladó a unos terrenos aledaños al actual Aeropuerto de Santander y en 1972 cerró de forma definitiva también sus puertas, volviéndose a perder una nueva oportunidad para nuestra región, que siempre fue pionera en el mundo aéreo.
Y volviendo a la referida Exposición, es lamentable que a los organizadores se les hayan pasado por alto estas dos singulares iniciativas; pero sugiero, como compensación y para información de los miles de usuarios del Aeropuerto, la colocación, con carácter indefinido, de unos paneles con material gráfico y textos explicativos de estas dos experiencias, para lo cual ofrezco mi colaboración desinteresada.
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