El Gobierno sale al rescate.

 Da la impresión de que ha tirado por la calle de en medio y ha cortado por lo sano en la discusión con Alemania.

   Sin duda ha sentado fatal la filtración de que a Irlanda, que registró en 2010 un déficit del 32 por ciento del PIB por el rescate de sus bancos, sí podría recapitalizar directamente a sus bancos. También que Francia apoyaba esa recapitalización retroactiva por ser un caso especial. Parece que Rajoy ha pensado que para país especial España, que aún no pedido ni rescate ni ayuda y que está superando sus salidas al mercado aunque sea a alto precio.

   En las últimas horas, la prima de riesgo se ha mantenido en el entorno de los 400 puntos y España aún espera que Europa le asegure a qué nivel quedaría la diferencia con el bono alemán a 10 años para pedir o no la línea de crédito preventiva. España necesita sin más demora el saneamiento de los bancos y cajas que no son capaces por si mismos de generar recursos suficientes para cumplir con los requisitos de los decretos de De Guindos.

   Sólo con la banca saneada y con los tipos de interés más bajos, España podría cumplir con sus objetivos del año próximo y que han marcado los Presupuestos Generales del Estado para 2013. Cómo explicó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro en la defensa de las cuentas públicas en el Congreso de los Diputados, sólo con un sistema financiero saneado habrá crédito para la inversión y la generación de puestos de trabajo y por supuesto mayores ingresos para hacer frente a las deudas.

   La situación es realmente complicada y más si al tiempo hay que contrarrestar con contundencia, como ha señalado José María Aznar, los desafíos soberanistas que están lanzando los independentistas y que sin ninguna duda no ayudan a mejorar la imagen exterior de España. Menos mal que a efectos de inversión esta semana ha sido objetivamente buena después de que Ford anunciase que se va de Bélgica y que será su planta de Almusafes la que fabrique tres modelos de automóvil. No todo van a ser malas noticias.