El futuro ya llegó

Es curioso que ahora que se está hablando tanto del aborto y del siniestro transporte de fetos creciditos, algunos al borde de hacer la primera comunión, se haya ideado la forma de traer nueva gente al mundo. Significa el triunfo del doctor Frankenstein sobre el doctor Ogino.

Vivir es una experiencia única, si bien algo complicada. El azar, el destino y el carácter han traído siempre locos a los seres humanos. Las religiones verdaderas, que son todas, han aprovechado que los eventuales inquilinos de este planeta no deseen abandonarlo. *Cómo no volver a ver a las personas que amamos en nuestra breve estancia? Aunque no haya pruebas convincentes de cierta forma de inmortalidad, ni nadie haya podido leer la Guía Michelín del cielo, se comprende que aspiremos a seguir siendo después de que en nuestro entierro alguien diga eso de "no somos nadie".

¿Cómo serán las generaciones del genoma sintético? La posibilidad de crear microorganismos, incluye que se hagan grandes. ¿Podemos crear vida, aunque individualmente nos veamos obligados a abandonarla después de algún tiempo, que nunca es el prudencial?

Creo que eso es más importante que el Ibex, que es un gran titiritero, haya pegado un salto espectacular, y que el "broker" ese que debe de ser un pedazo de cabrón listísimo, haya causado un "crack" bursátil al provocar un boquete de 5.000 millones al segundo banco de Francia. Lo cierto es que si la ciencia-ficción deja de ser ficción y entre nosotros irrumpe el "Mycoplasma genitalium", tendrá más crédito Huxley que Rouco Varela.