El derecho frente a la fuerza de los hechos (Consumatus est)

 
Sin el uso de la fuerza no existe el derecho..... La mera tramitación del texto   independentista presentado en el Parlamento por dos partidos políticos es delictual e ilegal y debe ser suspendido con la ley en la mano. No puede ser votado un texto ilegal y delictual. Y la actuación de la presidenta Forcadell es de abuso de derecho junto con flagrante prevaricación por lo que debe ser llevada a los Tribunales.
El día 9 noviembre no se puede permitir la votación porque representaría de hecho la independencia de la comunidad autónoma de Cataluña. Cierto que por cuestión semántica o por interpretación formalista no es la declaración de la independencia en sí pero en definitiva  lo seria por la carga emocional y de sentimientos con la que se envía. Dicen ellos, los independentistas, de forma eufemística, que se inicia el proceso de independencia para la desconexión de Cataluña con el resto de España. Y eso aquí y en Lima es la declaración de independencia desde el momento que se sabe el final porque en ese Parlamento tienen mayoría absoluta de escaños dos partidos, y  el resto, el pueblo soberano, a verlas venir.
Se está, desde hace tres años, ventilando de forma larvada, un golpe de estado y el gobierno de Rajoy hasta hace cuatro días miraban para otro sitio. Ahora parece que se han dado cuenta de que en Cataluña se está gestionando un golpe de estado a intervalos y  el interrogante es si Rajoy tiene huevos para intervenir. Éste debe de intervenir para cerrar de una vez por todas el proceso de independencia mediante el uso de la ley pero impidiendo los hechos porque si solamente usa el derecho y deja hacer  es como si no hubiese actuado de ninguna de las maneras. El derecho que no se puede imponer mediante incluso la fuerza deja de ser derecho. Con declaraciones y con palabras no se va a ninguna parte como hasta ahora. Hay que cerrar definitivamente este proceso de independencia ilegal y solamente se puede cerrar impidiendo con el derecho y la fuerza la no celebración de una votación el día nueve porque sería en definitiva una declaración de independencia en toda regla aunque como decimos más arriba no de manera formal y sus consecuencias producirán un daño irreparable tanto a la sociedad catalana fracturada, rota, como esta en la actualidad como a todo tipo de instituciones estatales, autonómicas e internacionales.