Noticias de Cantabria
18-04-2012 10:45

El amigo Boucher

Seguramente Mr. Boucher llegó a número dos de la OCDE de la misma forma que llegó la farola a mi calle, porque la puso el ayuntamiento y de todo tiene que haber, pero tengo serias dudas de que sus treinta años de carrera diplomática le hayan servido para mucho.

   Claro, lo primero que habría que hacer es explicar al respetable quién es Boucher y por qué se merece que le conozcamos todos un poco más. Pues resulta que Mr. Richard A. Boucher es el secretario general adjunto de la OCDE, un embajador estadounidense con más 30 años de carrera diplomática a sus espaldas y al que no podemos aplicar el viejo de dicho/deseo de "a quien Dios confunda" porque sin duda el buen Dios, lo tiene ya más que confundido. El caso es que el tal Mr Boucher se vino arriba el otro día en una jornada sobre la "primavera árabe" organizada en Marsella por la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, a la que asistían diputados y senadores de los países miembros de la Alianza, junto con políticos y diplomáticos de la ribera sur del Mediterráneo y el Golfo Pérsico, y sin que se sepa muy bien por qué, en una de las mesas redondas afirmó que lo que sucede en estos países es algo similar de lo que acontece en España, a quien "nadie se quiere parecer" y que "sólo vale para el flamenco y el vino tinto". ¡Coño, Mr Boucher, que tampoco es eso! Una cosa es que no estemos pasando por nuestro mejor momento y otra bien distinta que de este país -que tiene ya algunos siglos de Historia- sólo valga el flamenco y el vino tinto; se olvida usted, entre otras cosas, de la recia jota aragonesa o de esa bendición del cielo que es buen fino o un verdejo fresquito.

   Seguramente Mr. Boucher llegó a número dos de la OCDE de la misma forma que llegó la farola a mi calle, porque la puso el ayuntamiento y de todo tiene que haber, pero tengo serias dudas de que sus treinta años de carrera diplomática le hayan servido para mucho. Y conste, amigo Boucher, que no le escribo esto desde un patrioterismo trasnochado sino desde el conocimiento cercano de esta España a la que, según usted, nadie se quiere parecer. No sólo es posible que en eso tenga razón sino que es categóricamente imposible que nadie se parezca, porque la Historia no se improvisa y de la misma forma que nosotros, entregados como usted cree que estamos todo el santo día al vino y al flamenco, nunca mandaremos un satélite tripulado a la luna lunera, ustedes tampoco, por mucho que se lo  propongan, tendrán la catedral de Burgos o habrán dado a luz un tipo capaz de pintar "Las meninas". Y no pasa nada, cada uno está a lo suyo y tiene lo que tiene y carece de lo que carece. Y por eso Diego López Garrido, que debió de dar un respingo cuando le oyó decir semejante majadería, no le dijo tantas cosas que se podrían decir de los EEUU y se limitó a exigirle que retirase esas palabras dándole, eso sí, el breve pero certero toque al recordarle que los males que nos asolan a todos -también a ustedes- tuvieron su origen en un banco, el Lehman Brothers, en el que se escucha más country que flamenco y se bebe mas cola que vino tinto (esto último no lo dijo Lopez Garrido, lo añado yo de mi cosecha).

   Mire usted, amigo Boucher; yo no soy en absoluto anti-casi nada y me parece que los EEUU son una magnífico y joven país con tantas virtudes como defectos; es decir, como nosotros, como la vieja Europa, pero en versión adolescente. Pero para ser el numero dos de OCDE, usted debería saber algo más de lo que habla o pensar algo mejor lo que dice. Porque si dijo lo que realmente pensaba, si piensa que realmente España, por muy mal que los estemos pasando económicamente, sólo vale para el flamenco y el vino tinto, una de dos: o usted está de sobra en la OCDE, o la que está de sobra es la OCDE con tipos como usted. Amigo Boucher, créame porque se lo digo de corazón: no tiene usted ni pajolera idea.

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