De piquetos y piquetas

Ahora bien, las recientes huelgas del transporte, a nivel nacional, y de recogida de basuras, a nivel de Torrelavega, han puesto de manifiesto que ambos derechos entran en una brutal contraposición cuando hacen irrupción los temidos “piquetes informativos”.

No deja de ser paradójico que, en pleno siglo XXI, era de las Tecnologías de la Información y Comunicación, del Internet para todos, de los medios de comunicación escritos y audiovisuales abiertos a todo signo y color, los sindicatos convocantes de las huelgas sigan recurriendo a métodos del pasado para informar de los motivos de su huelga y convencer a quienes ejercen el derecho constitucional al trabajo. El abajo firmante, que está hasta la coronilla de recibir cientos de SPAM informativos de productos y ofertas por Internet, nunca recibió un SPAM de sindicato alguno informándome de los argumentos de la movilización social. O faltan cursos de introducción a la informática para sindicalistas o mucho me temo que, tal como suele ocurrir, dichos “piquetes informativos” pasen a ser “piquetes hostiativos” a poco que se caliente la información que pretenden transmitir a quien no secunda el paro.

Como filólogo de formación tengo debilidad por estos neologismos creados por la moda actual de paridad lingüística. Y es que al componente de un piquete, no se le puede denominar “piquetero”, vocablo reservado según el DRAE al “muchacho que llevaba de una parte a otra las piquetas a los trabajadores de las minas”. Dado que nuestra Ministra de Igualdad ha abierto el camino hacia la paridad idiomática, imagino que los señores miembros de un piquete informativo deberán denominarse “piquetos” y las señoras miembras (gracias doña Bibiana Aído) serán a su vez las “piquetas”.

Pues nada, la próxima vez, señores “piquetos y “piquetas” les ruego que su información me la hagan llegar por SPAM y me ahorre así una hora y media de atasco en la autovía de Torrelavega.