Noticias de Cantabria
03-11-2017 07:00

Este lunes día 6 en Santander en El Centro de Estudios Montañeses

Conferencia sobre `Salvador Hedilla, un piloto audaz` a cargo de Pedro Arce Diez

El próximo día 6 de noviembre a las 20:00 horas, vuelve el conferenciante Pedro Arce Díez a hablar sobre uno de los mejores pilotos de su época, Salvador Hedilla, y lo hace nuevamente para todos aquellos que no hayan tenido la ocasión de escucharle y conocer a través de sus palabras a este piloto que tuvo una vida de auténtica leyenda.

 

Se cumple este año el Centenario de la muerte de Salvador Hedilla Pineda (Castillo-Arnuero, 1882-Barcelona, 1917), el mejor piloto de su tiempo y, lo que es menos conocido, el mejor constructor aeronáutico de aquellos tiempos de los inicios del mundo aéreo.

La Conferencia se impartirá en el Centro de Estudios Montañeses, de Santander, en la Calle Gómez Oreña,5, este lunes 6 de noviembre a las 20:00 horas.

El pasado día 28 de octubre tamién se celebró un acto en su localidad natal, en la ermita de San Pantaleón de Castillo (Arnuero) en honor del aviador Salvador Hedilla y con motivo del Centenario de su fallecimiento.

Salvador Hedilla 

Su vida es de auténtica leyenda y murió joven, aún en plenitud de una vida que estaba siendo rica en creación y aportación aeronáutica para toda España. Hecho a sí mismo, pues con sólo trece años se va de casa a buscarse la vida y tras pasar algunos años en Santander, Gijón y La Coruña, emigra a Argentina, con las manos en los bolsillos. Pero en la nación hispanoamericana se convierte en un empresario de éxito, tanto por su participación en competiciones ciclistas, motociclistas y carreras de coches, como por los negocios que montó, relacionados con las bicis, las motos y, finalmente, los coches de aquellos primeros años del siglo XX.                                             Resultado de imagen de salvador hedilla un piloto audaz

En el verano del año pasado me pidieron desde el Ayuntamiento de Arnuero que hiciera un libro conmemorativo y he conseguido armar una historia, bien documentada y con abundantes fotos, de la existencia de nuestro héroe aeronáutico que tendré el placer de presentar el próximo viernes, día 2 de junio, en el Ateneo de Santander.

El naciente mundo aeronáutico le inoculó la pasión de volar y le fascinó, hasta tal punto que dejó Argentina y se vino a Europa; aprendió a volar, participó en exhibiciones y competiciones aeronáuticas, construyó aeroplanos y su tenacidad, esfuerzo y bien hacer, le permitieron alcanzar las máximas cotas de eficiencia, admiración y respeto.

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Ganó la Copa Montañesa de Aviación, la Copa del Mediterráneo y la Copa Tibidabo; triplete que le puso en el olimpo de la aviación en España y así lo reflejaron los medios de comunicación de la época; igualmente, también ostentó varios records aéreos de velocidad, distancia y duración en el aire. Quizás sea la primera travesía aérea entre Barcelona y Palma de Mallorca, realizada el 2 de julio de 1916, la acción que mayor trascendencia tuvo, pues abrió una ruta aérea que hoy utilizan muchos millones de personas cada año.

Se había hecho en Argentina un buen mecánico, con ideas para mejorar cualquier artilugio que cayera en sus manos, técnicas que pronto utilizó para mejorar aquellos primeros aeroplanos que se fabricaban en Francia. Pronto construiría su primer aeroplano, el Monocoque, y a este le seguirían otros, como el Kondor Taube, el Hedilla Monocoque II, los Vendôme, el Spad, etc.; además, dadas sus cualidades como piloto, probó no sólo sus aparatos, sino los de otros, como el biplano Perojo o algunos de los aparatos de la Aviación Militar, ya que también era apreciado y valorado dentro del mundo militar, por sus conocimientos, técnica, valentía, pundonor y seriedad.

Cuando a principios de 1916 se traslada a Barcelona, impulsa la fábrica Pujol, Comabella y Cía., dónde se construyeron muchos aeroplanos y pone en funcionamiento la primera Escuela Catalana de Aviación; de ambos establecimientos fue director y en la ciudad condal, se ganó el aprecio y la consideración de los catalanes, por su bonhomía, campechanía, capacidad de trabajo, fe y tesón en todas aquellas iniciativas que abordaba.

Junto a toda su ingente actividad, volar era lo suyo, y cualquier ocasión era propicia para echarse al aire, hacer unas piruetas y demostrar que poseía el dominio de cualquier aeroplano en el aire; hay quien llegó a afirmar que se encontraba más seguro en el aire que en tierra.

 

Pero nuestro ilustre trasmerano tuvo la mala suerte de perder la vida en un fatal accidente y a su entierro en la ciudad de Santander, asistieron miles de ciudadanos, que lloraron su pérdida con auténtico sentimiento de dolor y quisieron testimoniar el verdadero aprecio que le tenían; enterrado en el cementerio de Ciriego, allí permanece su singular mausoleo, coronado por un pequeño aeroplano de bronce y en este siglo que ha transcurrido, su figura no ha sido olvidada y se ha agrandado, hasta convertirle en un héroe y un mito.

          

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