A vueltas con la Remonta
Nuevamente, la finca de la Remonta vuelve a ser actualidad y ello originado por la anulación del PGOU y el movimiento social que se inclina que la misma continúe como espacio público y no se construya en la misma.

Hace ya bastantes años escribí en este mismo medio de comunicación un artículo dónde hacía una sencilla historia de esta finca y finalizaba denunciando que construir en la misma era una barbaridad; hoy me reafirmo en lo mismo y, además, manifiesto que los pecados de urbanismo, como pudiera ser éste, duran un milenio…
También me pregunto dónde estaban algunos voceros hace años que callaban ante este tema, pues era el Gobierno de la nación (Zapatero) y el de Cantabria (PRC-PSOE) los que promovían esta actuación urbanística, con la disculpa de que hacía falta construir viviendas. Por este mismo argumento, podrían decidir construirlas en la Finca de la Magdalena o Mataleñas, por poner dos ejemplos bien significativos. Y en aquella época, quiero recordar, que era el Ayuntamiento de Santander, quien luchaba contra viento y marea, aunque después sucumbió a la tentación, pues llegó a ser amenazado con la bicha de un PSIR…
Ahora, gobierna el PP en España y el PSOE-PRC en Cantabria y comienzan a oírse voces. ¡Me alegro!
Así, pues, les vuelvo a recordar algunos aspectos históricos que ya plasmé en el referido artículo.
“La finca de la Remonta (289.303 m2 de superficie) tiene una larga historia; podíamos remontarnos al mundo de la Prehistoria, pues según algunos especialistas nos podríamos encontrar restos de esta época si se hiciera una excavación arqueológica; en tiempos ya bien cercanos, podríamos hablar de las actividades del Conde de Campogiro, Don Francisco Antonio del Campo, quién instaló en la misma a finales del siglo XVIII una fábrica de cerveza, otra de sidra y otra de botellas de vidrio y cuyos productos eran exportados a América. Más tarde esta finca sería propiedad de Cayo Pombo Ibarra, miembro de una conocida familia santanderina, quién tendría en la misma las primeras vacas frisonas que pastaron en nuestra región.
En 1921 la finca fue adquirida por la Diputación de Santander y cedida al entonces Ministerio de la Guerra, el cual instaló el Depósito de Sementales que ha permanecido allí hasta hace poco tiempo…”
Hace ya más de una década que este proyecto de la Finca de la Remonta se nos vendió como “Proyecto estrella”, contándonos la generosidad del entonces Ministerio de Defensa (Bono era su titular) y la trascendencia de acabar en toda Cantabria con la necesidad de viviendas sociales.
“El entonces alcalde, Gonzalo Piñeiro, se revolvió en su asiento, pues creía pisoteada la autonomía municipal y, además, él tenía su propio proyecto de La Remonta, que presentó públicamente y en el cual no había previsto viviendas y si equipamientos varios y zona verde que se uniría al Parque de Morales…”
Ahora, amplios sectores sociales y culturales están reflexionando sobre esta finca, como lo demuestra la magnífica charla que impartió hace poco tiempo el arquitecto Eduardo Manzanares en el Ateneo de Santander y con la iniciativa del Grupo Alceda y el impulso de Aurelio González de Riancho. Y en esta nutrida reunión dejó muy claro que allí no se debe construir y así lo manifestaron muchos de los intervinientes, de forma contundente, rigurosa, y seria, salvo algunos que venían con la caña de pescar en el río revuelto.
Ahora tenemos un nuevo escenario y es que el Plan General de Ordenación Urbana que amparaba esta construcción, forzado por el entonces Gobierno PRC-PSOE, ha quedado anulado, curiosamente por la insuficiencia de recursos hídricos de la “Autovía del Agua” realizada por ese mismo Gobierno. ¡Qué paradoja!.
Y la situación es distinta y en consecuencia quizás haya que empezar de nuevo, a pesar de la reforma de la Ley del Suelo pactada con el PRC y Ciuidadanos:
a) Debe abrirse un amplio debate sobre la conveniencia o no de construir en la mejor y más centrada finca de la ciudad; y debemos dejar claro que hay que preservarla para transmitirla a generaciones futuras (nuestros hijos y nietos); esto debe ser un impulso social y una voluntad política.
b) En base al riguroso planteamiento realizado por el ya citado arquitecto Eduardo Manzanares, debe abrirse un debate con la más amplia participación social, política y técnica para aprovechar la finca y sus potencialidades, que pueden afectar positivamente a todo el municipio y a municipios limítrofes.
c) Y debiera quedar claro que el Ministerio de Defensa cede gratuitamente la finca, que hace cerca de un siglo recibió de forma ventajosa.
A partir de estos parámetros, podrán proyectarse y ejecutarse todas aquellas iniciativas que nos conduzcan a una gran finca que conecte los demás espacios, ya sean vías de comunicación, parques y zonas residenciales. En el artículo a que hacía referencia al principio, finalizaba de esta guisa:
“La finca deberá ser un amplio espacio público de dotaciones, parque, zona de juegos, equipamientos diversos, etc., para uso de los vecinos del entorno, cada vez más numeroso, con los nuevos espacios urbanísticos del 1º de Mayo, Nueva Montaña, Peñacastillo, Adarzo, Campogiro, La Reyerta, Cazoña, etc., y conectada mediante viales, carriles-bici u otros sistemas”.
Hoy considero que si actuamos adecuadamente, ¡Las futuras generaciones nos lo agradecerán, a buen seguro!
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Comentarios(1):
En la REmonta no se debe construr nada salvo casetas para pajaros y arbustos para que los alados puedan disfrutar de libertad