¿A qué jugamos….?
En las diversas encuestas de opinión, los ciudadanos españoles consideramos que el paro es la primera preocupación y el objetivo prioritario y lo demás, vendrá por añadidura (Mejor situación de las personas y las familias, menos gastos de parados, mayor recaudación, posibilidad de mejores prestaciones sanitarias, educativas y sociales para todos, equilibrio en las pensiones, etc…). Y los propios partidos también ponen el acento en este tema.

Sin embargo, ante la realidad de la disminución del paro en nuestro país, muy probablemente como consecuencia de las políticas del Gobierno de Rajoy y de manera significativa por la Reforma Laboral, nos encontramos que la izquierda más radicalizada está obsesionada con su derogación (Podemos, PSOE, UGT, CC.OO., etc.).
Y me causa perplejidad que algunas de estas mismas instituciones (PSOE, UGT, CC.OO., etc.) fueron los elementos activos fundamentales en el pasado no muy lejano cuando en España se producía un paro agobiante y no hacían nada, ni decían nada…
¿O ya hemos olvidado como mes tras mes durante el Gobierno de Zapatero se producía paro y más paro?
¿O ya hemos olvidado cómo UGT y CC.OO. no sólo no decían nada, ni hacían la más mínima crítica en esta época, salvo que estuvieren muy ocupados con los EREs de Andalucía, los Cursos de Formación y demás chanchullos dónde se han visto envueltos?
¿O ya hemos olvidado que en el año 2010 se bajaron significativamente los salarios de los funcionarios y estos sindicatos no movieron un músculo?
¿O ya hemos olvidado que en este mismo año se congelación las pensiones y aún estoy por leer la más mínima crítica de UGT y CC. OO.?
¿A qué jugamos?. O sólo van a criticar lo que haga la derecha, aunque sea bueno y apoyar lo de la izquierda, aunque su política sea desastrosa. Pues esto es, sencilla y llanamente, sectarismo e hipocresía. Aún recuerdo el comentario de la secretaria general de UGT en Cantabria, que no quería llegar a ningún acuerdo con el anterior gobierno de Cantabria, para no tener que hacerse la foto con sus dirigentes, dada la proximidad de las elecciones.
¡Así no vamos muy lejos!. Pues yo, cándido de mí, siempre creí que los sindicatos estaban para defender los derechos de los trabajadores, independientemente de quien nos gobierne. ¡Y así lo practiqué en mi época sindical!.
Yo observo la evolución del paro en España desde el año 2007 en que había 2.129.547 parados (¡Que ya eran muchos!) y el Gobierno de Zapatero “consiguió” con sus políticas llegar a los casi ¡Cinco!, millones de parados, que son cinco millones de tragedias personales y familiares.
Y con esta herencia, el Gobierno de Rajoy ha conseguido, después de frenar la inercia desbocada con que se encontró, rebajar el número de parados, con varias iniciativas, pero seguramente la Reforma Laboral de 2012 ha sido la palanca más útil para que cada año medio millón de personas encuentren empleo. Ahora estamos en 3.702.974 parados, que son otras tantas tragedias y existe el propósito de llegar a 20 millones de empleos, si le dejan, pues ahora más que nunca debieran unirse todos en pos de este objetivo, remando en la misma dirección.
Hubo meses en la época de Zapatero en que se destruían más de 7.000 puestos de trabajo al día; en estos últimos meses se están creando cerca de 2.000 empleos cada día; como ven es más fácil destruir que crear.
¿Y cuál es la respuesta de los sindicatos “de clase” en esta última época?. Pues hacer dos huelgas generales, poner todos los palos posibles en las ruedas y ahora obsesionarse con derogar la Reforma Laboral, utilizando a los partidos de izquierda, como el PSOE, Podemos y los demás separatistas y antisistema. Algunos aún recordamos aquellas imágenes zafias de algunos dirigentes sindicales y políticos que aplaudían con las mandíbulas mientras deglutían el marisco y otras delicadezas culinarias (No es broma, mandaron las fotos) cuando gobernaban los “suyos”.
Es decir, estos sindicatos están más por la lucha política y el derribo de un gobierno de derechas que por la defensa de los trabajadores.
Y su mantra es que “se crea empleo precario”. ¡Puede ser!. ¿Y cuál es mejor, estar en el paro o en un empleo precario?. Que contesten los parados y sus familias. Por cierto, la tasa de los contratos temporales no ha variado excesivamente desde la época de Felipe González (96,73 % en 1996) y recordar que la máxima tasa temporal la cosechó Zapatero (94,36 % en 2011), año en que también acumuló un record de parados y no observé a estos sindicatos escandalizarse. ¡Más seriedad, señores!.
Probablemente la Reforma Laboral y todas las leyes que se quieran, sean mejorables, muy mejorables; y aquí les pediría que aportasen sus ideas para construir una sociedad mejor. Es fácil criticar todo, destruir todo, sumergirse en un río revuelto, dónde ganan los más atrevidos, fuertes y desalmados.
A mí, personalmente, me sigue gustando el que cada año disminuyan medio millón de parados; que en pocos años el paro sea un recuerdo lejano; que los salarios sean los justos para una vida digna de todos; y que ello contribuya a unas pensiones sostenibles y a la posibilidad real de tener los recursos suficientes para una sanidad, educación y servicios sociales adecuados.
¡Y me preocupa!. Y me aterran algunas de las propuestas de los hipócritas, sectarios y manipuladores. Quizás tengamos que mirar algunos de los modelos regionales, como es el caso de Andalucía, donde gobierna el PSOE y tiene a UGT y CC. OO. de acólitos y aplaudidores, mientras se han llevado el dinero crudo, y tienen la mayor tasa de paro de España. ¿A esto quieren llevarnos a todos?.
¡Conmigo que no cuenten!
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Comentarios(1):
Muy acertado