Tsunami a lo bestia en La Cañía…, por Pedro Arce Díez

Pero las cosas no son tan sencillas como pudiera parecer y va en la condición humana nuestras limitaciones y miserias; en lo político, además, se añade el deseo del empoderamiento (palabreja que no me gusta un pelo) y en el PP de Cantabria se han vivido en los últimos tiempos acontecimientos que no quisiera revolver, pero que algunos no los puedo pasar por alto, pues la ciudadanía los tiene aún muy presentes y esto que ha sucedido, ya con la designación oficial de Ruth Beítia, es como sacarse la espinita que tenían clavándoles en la garganta algunos.

Me explicaré: en el último congreso del PP sucedieron cosas que muchos consideran lamentables, como la deslealtad de la entonces secretaria general y hoy presidenta, que “a la chita callando” siega la hierba bajo sus pies a su propio presidente, lo que provoca un inusual enfrentamiento en todo el partido; pero, además, se realizan acciones de intimidación a los afiliados-votantes y se engorda el censo de forma un tanto extraña, lo que los jueces no han alcanzado a ver. Por si esto fuera poco, se produce una auténtica escisión que se llevará de forma empecinada hasta el propio grupo parlamentario, donde se ha vivido una situación bastante kafkiana y que ha dejado un poso amargo y desconcierto en muchos militantes y votantes. Y Pablo Casado lo vio claramente, pues no olviden que evitó quedarse a la clausura de aquel congreso.

Y cuando el PP de Madrid ha encuestado, analizado, valorado y “palpado” la situación en Cantabria, de cara a los próximos comicios de mayo (Pablo Casado: “Ruth Beítia es una candidata muy potente”), ha decidido cuál es la mejor opción, no sé si para ganar o, al menos, para guardar los muebles. Y el partido en Madrid quizás ha podido observar que algunos “precandidatos” al sobreactuar se han "quemado", como le ha sucedido a Buruaga, que iba de papable y salió con cardenales. Otra cuestión es si Beítia conseguiría más votos que Buruaga el próximo mes de mayo, o si tiene mayor talante para una posible negociación, pues no parece quemada por ningún costado; aunque desde dentro la achacarán su escasa experiencia política, pero la política también es talante personal, humildad, deseos de aprender y otras muchas cuestiones que quizás sepan apreciar mejor los votantes....

Y aquí entra un factor que suelen desdeñar todos los partidos y es el hecho de que la elección de los políticos la hacen los votantes, no los afiliados; ya hemos visto como Pedro Sánchez ha despreciado a la inteligencia de los votantes y en esa cabeza debieran aprender los demás, incluidos los dirigentes del PP de Cantabria, así como otros partidos de nuestra región que están implosionando.

Y el PP ya debiera de haber aprendido de las nefastas experiencias de ruptura que se produjeron hace ya casi tres décadas, en las que fui testigo de segunda fila,

....época en la que algunos desalmados y avariciosos pretendían repartirse el botín de Santander y Cantabria desde la trastienda de un conocido pub del Paseo de Pereda… ¡Siempre despreciando a los de la boina!

Y ahora algunos se están preguntando si creen que Ruth Beítia está preparada para ser candidata del PP a la presidencia del Gobierno de Cantabria. ¡La duda ofende! Su trayectoria personal, académica, deportiva, laboral y política ha sido brillante, lo que quizás no puedan ofrecer otros candidatos que pretendían escalar al podio. Y posee la ventaja de no tener que cargar con ninguna mochila que la impediría llegar a lo alto del cajón, pues su espontaneidad, talante y trato personal ha sido más que correcto. Tanto es así que el actual presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, para menospreciarla, tuvo que llamarla “esa saltadora”.

Ahora lo inteligente sería cerrar filas (¡”Nadie sobra en este equipo”!, ha dicho Beítia), hacer unas auténticas candidaturas de integración, con personas de auténtica valía, que puedan aportar experiencia, trabajo y objetivos claros para Cantabria; abstenerse de incluir a parientes, paniaguados y adláteres que nuca llegaron a cotizar a la Seguridad Social y pretenden vivir a costa del erario público, sin haber pasado por un filtro de la igualdad, el mérito y la capacidad. ¡Y seguro que Ruth Beítia jugará limpio, como lo ha hecho en su vida deportiva! Y evítense también recelos si en las candidaturas se incluyen a personas independientes y con claro prestigio social o profesional, pues la mayoría de los votos proceden de “independientes”. ¡No lo olviden!

Y la propia presidenta, María José Sáenz de Buruaga, en una actitud realista y comprensiva, ha actuado correctamente, frenando cualquier actitud montisca y poniéndose a disposición del partido y aceptando los próximos retos electorales; se supone que con lealtad y disposición a la unidad y la concordia. ¡Pelillos a la mar y el PP es lo primero!

Y, finalmente, hágase una campaña limpia, en positivo y sin complejos, con objetivos claros de lo que es la verdadera “derecha”, progresista (de progreso, no de ideologización), constructiva, buscando el bien de los ciudadanos y conectando con sus aspiraciones y necesidades. Las quimeras que se las dejen a quienes no pretenden gobernar y las promesas para no cumplirlas, a los de siempre, ya me entienden.

Y en mayo, “a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga”; y como habrá que sentarse a pactar, lo harán mejor aquellas personas que no están chamuscadas de la lucha callejera de los escaños.

¿Y cómo lo ven los demás adversarios políticos? Muchos se han quedado sin habla y esto lo dice todo.