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Opinión 26-07-2021 07:49

PLAN ESPAÑA 2050. ¡QUÉ LARGO ME LO FIAIS! Por Juan Goti Ordeñana Catedrático jubilado de la Universidad de Valladolid

Quien no ha sabido gestionar los dos años que lleva en la Moncloa, y no presenta ningún programa para los años que vienen inmediatamente, se le ha iluminado la mente y se ha despertado con un sueño: plan «España 2050».

 

Quien no ha sabido gestionar los dos años que lleva en la Moncloa, y no presenta ningún programa para los años que vienen inmediatamente, se le ha iluminado la mente y se ha despertado con un sueño: plan «España 2050». Como es muy propio de nuestro presidente, demostrado tantas veces, ante la incapacidad de dirigir el Estado de hoy, le da por soñar el futuro. Cuando algo no sabe resolver, le da por idealizar un mundo con una visión utópica, y así tenemos un proyecto para dentro de tres décadas. Imaginar una previsión para esa década, es, como dirían los romanos, mandar el proyecto «ad kalendas graecas».

¿Qué ha movido al presidente del Gobierno a esta ensoñación? Sin duda, el desastre de las elecciones del 4 de mayo. No ha querido aceptar la realidad, y por mucho que le abucheen por los lugares donde asoma, sigue sin admitir la ilegitimidad de su situación, pues ante el tortuoso camino de acceso al poder y la inanidad de su labor de gobierno la sociedad está harta, y solicita el cambio.

Tan descabellado programa la gente lo ha tomado a chirigota, y han surgido espontáneamente las preguntas: ¿De dónde le han aflorado las luces para dentro de treinta años? ¿Pensará que hasta sus ochenta años va a seguir en la Moncloa? ¿Dónde estará la mayor parte de la población que le ha escuchado? ¿Qué será de él mismo y todo su equipo, cuando la ideología que proclama ya está agotada? Hoy día la marcha de la sociedad vuela, y lo que será al cabo de la década de los 50, nadie lo puede entrever. Sobre todo, porque este Gobierno, además de ideologías extravagantes, en sentido literal, se ha mostrado incoherente e incompetente.

No es la primera vez que el PSOE hace proyectos para el futuro, ya conocimos los que aparecieron cuando Felipe accedió al poder, y las ilusiones que despertó, pero cuando abrió la Caja de Pandora, sobre lo que en aquel tiempo dediqué un artículo, todos los bienes volaron al cielo de la utopía quedando como esperanza su cese, y acabó en una crisis económica. ¿Quién no recuerda Filesa, Malesa y Time Export?

Un segundo proyecto fue el elaborado por Manuel Cheves, cuando accedió a la Autonomía andaluza, también se propuso un brillante e incisivo propósito formulado como: «La segunda modernización de Andalucía». Con ello se apropiaba de un eslogan que unía el sentido de modernización de la Autonomía, como si su partido respondiera a la novedad de la política que iba a inaugurar una nueva sociedad en esa región. Fue una gran operación propagandística, con el propósito de

esquinar a la oposición, y crear la idea de que el porvenir de la sociedad andaluza estaba en el partido socialista. Y duró muchos años, pero el resultado ha sido muy claro, mientras se soñaba en el gran avance de la región Bética, se procedió a consumar el gran robo de los ERE o fondo de reptiles, que tan ladinamente se han retrasado para que fueran sobreseídos tantos pleitos que incluían innumerables delitos de malversación de bienes. Y así al tapar, y en gran parte olvidar todo el lío, se consumó el enorme fraude, y se sumieron los ERE por las alcantarillas del descuido y la corrupción.

Como Pedro Sánchez no podía ser menos, ha redoblado su ofensiva con un nuevo programa para 2050. Escudado, como dice, en un centenar de expertos, ha sacado un documento infumable, mientras la sociedad española continúa sumida en la peor crisis sanitaria, social y económica que se ha conocido, y estando en un momento de depresión, el presidente se ha atrevido a presentar un plan para la posible España de mediados de siglo.

Al fin un equipo presidido por el doctor «fake» en economía, Pedro Sánchez, ha parido un bodrio de unas 700 páginas, dirigido a justificar su incapacidad de reconocer la situación en que está España, y con la ensoñación de hacer algo imposible. ¿Para qué se ha reunido tanto científico para producir una bazofia de tanto esfuerzo? Pues al final se le puede aplicar la fábula de Esopo, ya que constituye el parto de montes: un misero ratoncillo. Fábula que demuestra, que la persona que más se jacta, es la que menos hace.

Considerando el contenido del documento se reduce al planteamiento de unas exigencias, que son copia de los programas del PSOE y de los postulados de Podemos, los cuales no superan las ruedas de prensa de unos embaucadores que están conduciendo España a la ruina. Si están promoviendo el desastre de la economía en estos momentos, imaginémonos a dónde llegarán con treinta años en el poder, y la situación en que se verán los españoles que vivan aquellos años. ¡Menos mal que es un plan a largo plazo y no para el año que viene!

¿Qué podemos esperar de políticos como Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, cuando están demostrando una plena incompetencia en la administración del Estado? Consideren la situación presente los ciudadanos españoles y hagan una reflexión, precisamente del porvenir inmediato que les espera, pues para 2050, es claro que no se cumplirá el proyecto de estos falsarios.

Este programa que el presidente Pedro Sánchez exhibió con gran aparato y suficiencia mediática, es la enseñanza que dedujo de su asistencia a Davos, anticipando e intentando así la proyección de estos encuentros, adelantándose tres décadas. Pero el mayor problema que plantea es que quiere rebasar el poshumanismo, que se anuncian en la nueva literatura, al objeto de alumbrar una nueva era. Como es obra de

un creador lo hace dejando al margen los cauces institucionales de la democracia, ignorando el existente y desechando el bien de la ciudadanía por lo que se considera en un proceso constituyente.

A qué responde esta ensoñación más que a la incapacidad para enfrentarse con la realidad, y emborronar el presente echando humo, como cuando se actúa en una colmena de abejas, para la ciudadanía no se alborote. ¡Cuán lejos me fiais con este sueñ

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