¡Jaque al Rey…!,

Y ello a pesar de que las encuestas -¡Ojo a las encuestas y su condimentación por algunos sociólogos “de cabecera”!- que dan a los miembros de la Familia Real unos resultados sorprendentes: 75,3 % al Rey Felipe VI, 54,7 % al Rey Emérito, 58,1 % a la Reina Letizia y, ¡Sorpréndanse Vds!, 76,2 % a la Reina Emérita. Y ello con la que está cayendo.

Los que ya peinamos canas o hemos estudiado la Historia reciente de España, sabemos que en la Transición se llegaron a pactos, como la Monarquía, la bandera, el reconocimiento de todos los partidos, etc., todo ello a cambio de una Constitución que nos ofreciera concordia, paz y prosperidad, objetivos que se han cumplido de forma más de razonable. ¡Hemos vivido y convivido el periodo de paz más largo de nuestra Historia!.

Algunos quieren revisar y reescribir la Historia, negar los aspectos positivos que nos trajo la Transición, como fue un sistema democrático, la integración en la Unión Europea y el prestigio que en estos momentos tiene España. Quieren poner el país patas arriba, empezar nuevamente e intentar pescar en las aguas revueltas, para llevarlas a su molino…

A nadie debe de sorprenderle que la extrema izquierda, ciertos sectores del PSOE y algunos de la derecha sigan suspirando por un régimen republicano, pero en estos momentos, encuestas aparte, existe una constante presión antimonárquica en la calle que sería inaudita en cualquier país monárquico o republicano de la Unión Europea. ¿Se imaginan los desprecios, quema de imágenes, insultos, etc. que está recibiendo nuestro Rey, por ejemplo, en Gran Bretaña, y aquí no pasa nada en aras de la “libertad de expresión”?

El próximo viernes, día 17, se va a celebrar en Barcelona un acto, supuestamente en recuerdo de las víctimas de los atentados de hace un año, atentados que aún tienen muchas incógnitas por resolver, si al final se resuelven, que tengo mis dudas. Pues a ese acto, tanto la alcaldesa de Barcelona como el presidente sectario y títere de la Generalitat no se privan de despreciar, criticar y restarle legitimidad al propio Rey para que esté presente en el referido acto. ¿Al Jefe del Estado?. Oigan, esto es de locos y aquí no pasa nada. Amenazan con boicotear su presencia, declararle persona non grata, palmear a los radicales…

No me extraña que muchos españoles, y así lo dice también la encuesta, crean que Pedro Sánchez no defiende al Rey; y lo ha demostrado en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo, con aquella sonrisa socarrona; y lo ha demostrado esta semana cuando a preguntas de un periodista sobre qué va a hacer para apoyar al Monarca, evita responder y se sale por la tangente.

Este día, viernes y 17, va a ser un día importante para la historia de España y ante el mismo existe una incertidumbre tal, que es de temer que los independentistas, radicales o similares traten de convertir un acto en recuerdo de las víctimas en un aquelarre político en defensa de la independencia catalana (Y vasca, no lo olvidemos) y en un ataque frontal a los Reyes y a la propia Monarquía. ¿Qué haría Pedro Sánchez si en ese acto aparece, triunfante, Arnaldo Otegui cuyos amigotes de ETA han asesinado a 54 catalanes y han dejado malheridos a otros 224?. Muchos catalanes ya le han rendido pleitesía y aplaudido a rabiar en anteriores comparecencias, incluso Puigdemont en su día. ¿Cómo puede ser que los catalanes hayan recibido como héroe a alguien de esta calaña y pretendan abuchear al Rey?. Sólo un pueblo enfermo y una sociedad podrida hace eso, lo aplaude y lo siente.

Ya sé que muchos se preguntarán que dónde van a estar todos los catalanes no independentistas que en ocasiones anteriores salieron de su encierro casero y llenaron la calle de banderas constitucionales. Y los muchos que también asistieron de España. Y hasta Borrell, que encendió a los constitucionalistas con un vibrante discurso y ahora se pone de perfil; y Meritxel Batet va a estar en la trinchera de los independentistas o va a defender la Constitución y el orden, aunque nos deje frases para consumo interno como esta: “No se puede hacer política con el terrorismo y utilizando al Rey”.

¿Y Pedro Sánchez? Que ha prometido a los gobiernos vascos y catalán pagarle el voto de su moción de censura, que no le importa recibir en La Moncloa a un presidente con el lazo amarillo o que este mismo le menosprecie, que está cediendo en temas importantes a estas dos comunidades, en detrimento del resto, que está generando inquietud e inestabilidad con temas como el acercamiento de presos de ETA, la retirada de los policías nacionales y guardias civiles del País Vasco, los inmigrantes a los que abre las puertas y los puertos de par en par, prometiendo agilizarles sus papeles para que puedan votar(le) en las próximas elecciones, mientras está muy pendiente de su imagen, de los temas identitarios, de la ideología, de exhumar a Franco y de otras cuestiones que tienen embobados a muchos de izquierdas y no tan de izquierdas. Lo que le ha preocupado es colocar a su gente, esposa incluida.

¡La lealtad institucional no cotiza en estos tiempos! Y Cataluña quizás nos ofrezca algunos dolores de cabeza en el futuro, que no se curará con simples aspirinas.

Pues muchos ciudadanos van a estar pendientes de la actitud de Pedro Sánchez cuando se ataque al Jefe del Estado, que se le vilipendiará, insultará y escarnecerá. Los catalanes independentistas no le perdonan que parase el golpe de estado en su intervención del pasado 3 de octubre, como garante del estado de derecho, de la democracia, la unidad de la Patria, la estabilidad institucional y la convivencia de todos en el marco legal.

Sobre el tema de la República, quiero manifestar dos cuestiones:

1ª La primera es que en la Unión Europea existen regímenes monárquicos y republicanos y en ningún caso se está cuestionando el mismo; los ingleses, holandeses, daneses o suecos están encantados con su monarquía y lo mismo les sucede a los alemanes, portugueses o franceses con su sistema republicano. Y todos ellos son países democráticos, progresistas y avanzados, lo cual demuestra que ninguno de los regímenes sea mejor o peor que el otro. ¡Solo en España siempre estamos en contra de lo que tenemos!.

2ª La segunda cuestión es de régimen más interno, pues España ha pasado por la experiencia de dos repúblicas, la primera en el siglo XIX y la segunda en el siglo XX y ambas acabaron de forma indeseable, cuya explicación excede los límites de este artículo, pero algún día volveré sobre ello.